sábado, 10 de abril de 2021

Las neuropsicosis de defensa (1984): punteo del texto.

 III. En los dos casos examinados (neurosis), la defensa 🡪 disociación del afecto de la representación intolerable. La representación permanecía en la conciencia aislada y debilitada. 

Hay aún otra forma de la defensa mucho más enérgica y eficaz, consistente en que el yo rechaza la representación intolerable conjuntamente con su afecto y se conduce como si la representación no hubiese jamás llegado a él. En el momento en que esto queda conseguido sucumbe el sujeto a una psicosis que hemos de calificar de «locura alucinatoria». Un ejemplo:


Una muchacha ofrece a un hombre su primera inclinación amorosa, cree firmemente ser correspondida, se equivoca, pues el joven frecuenta su casa es por distinto motivo. Pronto comienza a sufrir desilusiones. Al principio se defiende conservando su fe en que el amado volverá un día y pedirá su mano. Su esperanza se concentra, por último, en determinado día, en el que se celebra en su casa una fiesta familiar.

El joven no acude. Cae la sujeto en una locura alucinatoria: su amor ha llegado; oye su voz en el jardín y baja a recibirle. Vive por espacio de dos meses en un dichoso sueño: el joven está siempre a su lado; no la abandona un instante, y todo ha vuelto a ser como antes (como en época anterior a las desilusiones, tan trabajosamente rechazadas). Histeria depresión de ánimo han quedado vencidas. Durante la enfermedad no habla la sujeto para nada de la última época de dudas y sufrimientos. Es feliz mientras se la deja tranquila, y sólo se exalta cuando alguien le impide realizar alguna consecuencia de su dichoso ensueño. 


El contenido de una tal psicosis alucinatoria consiste precisamente en la acentuación de la representación, amenazada por el motivo de la enfermedad. El yo ha rechazado la representación intolerable por medio de la huida a la psicosis. El proceso escapa tanto a la autopercepción del sujeto como el análisis psicológico-clínico.


El yo se separa de la representación intolerable, pero ésta se halla inseparablemente unida a un trozo de la realidad, y al desligarse de ella, el yo se desliga también, total o parcialmente, de la realidad. Una vez alcanzada la repulsa de la representación intolerable, en la locura alucinatoria.


Las tres formas de la defensa aquí descritas, y las tres formas de enfermedad a las que la defensa lleva, pueden presentarse reunidas en una misma persona. La aparición simultánea de fobias y síntomas histéricos, tan frecuentemente observada en la práctica, es uno de los factores que dificultan la separación de la histeria de las demás neurosis, y obligan a establecer las «neurosis mixtas». 


En las funciones psíquicas debe distinguirse algo (montante del afecto, magnitud de la excitación), que tiene todas las propiedades de una cantidad - aunque no poseamos medio alguno de medirlo -; algo susceptible de aumento, disminución, desplazamiento y descarga, que se extiende por las huellas mnémicas de las representaciones como una carga eléctrica por las superficies de los cuerpos.

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