domingo, 8 de enero de 2023

Neurosis obsesiva: cuando pensar se hace un mundo

En la π’π’†π’–π’“π’π’”π’Šπ’” (π’π’ƒπ’”π’†π’”π’Šπ’—π’‚) los π’‘π’†π’π’”π’‚π’Žπ’Šπ’†π’π’•π’π’” π’π’ƒπ’”π’†π’”π’Šπ’—π’π’” pueden llegar a ser incontenibles, irrefrenables, obstinados, inoportunos, acechantes, perturbadores, angustiosos, vacuos, improductivos, mecΓ‘nicos, redundantes.

Hacen un culto de la conversiΓ³n de lo improbable, en posible (incluso, dotada de una realidad inequΓ­voca) debido a una religiosidad gozosa en la que el sujeto se somete a los designios de un π’…π’Šπ’π’” π’”π’π’Žπ’ƒπ’“Γ­π’ π’š 𝒅é𝒔𝒑𝒐𝒕𝒂 (π’”π’–π’‘π’†π’“π’šΓ³) que le exige tales padecimientos en pos de una expiaciΓ³n de 𝒄𝒖𝒍𝒑𝒂 en la que el sujeto sabe, tiene la 𝒄𝒆𝒓𝒕𝒆𝒛𝒂, que Γ©sta le concierne, y por lo cual, es capaz de toda serie de tribulaciones, rituales, ceremoniales, dudas (indialectizables y atormentadoras), y toda serie de mortificaciones, sinsabores y tormentos autoimpuestos como resarcimiento agΓ³nico, de una deuda infinita, a la cual reΓΊsa renunciar para evitar un daΓ±o, una catΓ‘strofe, que puede recaer sobre sΓ­, sobre quienes ama o quienes son alcanzados por una responsabilidad incalculable, producto de un acto propio que coquetea con su deseo.

Por eso mismo, de ese pensar se hace un mundo (𝑺𝒖 𝑴𝒖𝒏𝒅𝒐).

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