viernes, 13 de junio de 2025

La interpretación como arte contingente: entre el decir y el ojalá

En el psicoanálisis, interpretar no consiste en reconstruir con exactitud un pasado, ni en ofrecer una explicación esclarecedora. Lejos de cualquier pretensión de verdad histórica o de sentido pleno, la interpretación se define por su valor de acto, por su condición de significante en acto. Por eso Lacan la sitúa como solidaria del significante, y no del sentido, del saber, ni de la comprensión.

En La dirección de la cura y los principios de su poder, esta idea se formula en una expresión precisa y paradójica: “decir bastante, sin decir demasiado”. Una medida incierta, que no se deja cuantificar, y que señala el delicado equilibrio que debe mantener la función interpretante del analista: decir algo que cause, sin saturar; provocar una lectura, sin cerrar el sentido. No se trata, entonces, de explicar, sino de dar a entender; no de nombrar, sino de aludir.

Esta concepción de la interpretación se enlaza con otra afirmación de Lacan en Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis:

“… el arte de escuchar casi equivale al del bien decir. Esto reparte nuestras tareas. Ojalá logremos estar a su altura.

Aquí se despliegan varias coordenadas esenciales. Por un lado, la referencia al arte no solo indica una habilidad técnica, sino también una disposición subjetiva. Escuchar es un arte porque exige al analista una posición específica, una forma de estar disponible a lo que irrumpe.

El “casi” marca otro punto decisivo: el bien decir no es del analista, sino del analizante. El analista escucha, acoge, opera... pero no ocupa el lugar del que produce el enunciado poético. El bien decir —ese que puede tener efectos de verdad y agujero— es un efecto del trabajo del analizante, como lo será más adelante en Lacan, en su formulación de la interpretación como equívoco y poesía.

Por último, el “ojalá” abre la dimensión de lo contingente: la interpretación no es la voluntad del analista, sino el resultado de un encuentro, de una coyuntura significante que puede o no producirse. No es garantía, es posibilidad. En este sentido, la interpretación no se programa ni se impone: acontece cuando se da el cruce entre un decir del analizante y una intervención que, sin ser totalizadora, logra tocar el punto justo. Allí donde no hay cálculo posible, hay arte.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario