Fuente: Naparstek, Fabián (2009) "Introducción a la clínica con toxicomanías y alcoholismo II", Capítulo "La era de la fiesta permanente".
Me quiero detener en precisar el uso actual de la droga y finalmente su relación con la locura. Con este fin voy a comparar dos tipos de fiestas: Una antigua y la otra actual. Tengo la idea que la fiesta es un lugar central en la vida de los jóvenes y un lugar especial para el uso de las drogas. Es allí donde los jóvenes suelen encontrarse, manifestarse, consumir, etc…
El primer punto que quiero destacar es bien conocido y se extrae de la concepción de la cultura que desarrolla Freud en su "Totem y Tabú", donde efectivamente habla de la fiesta. En el mito de la constitución de la cultura Freud destaca varios rasgos de los cuales voy a subrayar algunos. Freud nos plantea que existía una horda primitiva donde un protopadre poseía a todas las mujeres. Los hijos lo matan y hacen cultura a partir de un pacto. Se entiende que el pacto es simbólico, es la entrada de la palabra en el lazo social y que para hacer cultura no hubiese alcanzado con solo matarlo. Este pacto está sostenido fundamentalmente en una renuncia y una repartija. Es una idea central en Freud: no hay cultura sin renuncia. Se reparte el botín de guerra por una vía negativa. Es decir, que no es una distribución equitativa al estilo socialista. Es una repartija que se asegura de que al menos a nadie le tocará una parte en especial. Todos renuncian a algo. No importa si a alguien le toca diez mujeres, una o ninguna, sino que se aseguran que al menos una no le tocará a nadie. Todo esto Freud lo deduce desde la llamada fiesta totémica: una vez por año se mata al animal que representa al padre, se lo comen, y realizan un encuentro con un "exceso limitado y obligatorio"(2). Es importante destacar que las dos características de la fiesta totémica responden al exceso y lo obligatorio. El exceso implica que aquello que durante el tiempo de las normas no se puede realizar, se permite en la fiesta. Está prohibido tocar el tótem y en la fiesta se lo comen. Todas las leyes que rigen la comunidad pueden ser infligidas durante la fiesta. Lo obligatorio responde a un pacto de sangre y se enlaza especialmente a la culpa. Para pertenecer había que participar. De esta forma se aseguraban que todos se sintieran igual de culpables ante la falta cometida. En todo caso, se trata de una fiesta donde lo que prima no es lo singular, sino el tumulto. Todos con todos, donde no hay lo singular. Queda así armada una cultura con una renuncia de un lado (represiones, inhibiciones, neurosis, religión, familia, estado, ideales, etc.) y el exceso a un costado. Sin embargo, hay un resto que no se puede digerir - al padre se lo intenta comer cada año y eso indica que hay un hueso que no se termina de tragar -, ni ordenar, ni hacerlo entrar en ley, pero hay que darle lugar cada tanto. Es una lógica que Freud utiliza especialmente para el Súper Yo. Su idea es que mientras mas virtuoso es el individuo, mas exige el súper yo es. La persona que cada tanto se da un gusto, está menos exigido por el Súper Yo.
Se entiende que para Freud era mejor que aquello tenga su lugar cada tanto y que la gente tenga sus pequeños excesos. Es mejor eso a que la gente intente dejar totalmente afuera ese resto. Entiendo yo que sigue la fórmula lacaniana donde aquello que es expulsado retorna en lo real.
Se puede representar esto que vengo describiendo con el siguiente esquema de la temporalidad de la civilización descripta por Freud.
Esquema:
Goce. Ley. Padre muerto.
/-----------/-------------------------------------------------------------/ Cultura.
Así las cosas, el goce queda a un costado de la ley, como goce clandestino. La psicosis muestra muy bien los efectos devastadores cuando el goce no se hace clandestino e invade por todas partes. En ciertas tribus indígenas – como lo he descripto anteriormente - la droga era parte de la cultura y fundamentalmente de estas fiestas. La descripción de dichas tribus mostraba muy bien que el consumo de droga estaba al servicio de ratificar el pacto con el padre, con la autoridad, para revalidar la cultura dentro de la fiesta. Es la droga al servicio del ritual religioso y de la cultura. Ordalías que sirven para hacer entrar al individuo o confirmar un individuo en un grupo. En ese caso es un consumo limitado y reglado (3).
Vayamos ahora a la actualidad. Lo que antes era algo limitado en el tiempo y espacio ahora se extiende a todo. Esto es consecuencia de la llamada caída de los ideales y de la autoridad. Vivimos un empuje a la satisfacción total por el consumo, a una especie de fiesta permanente – llámese fiestas revés o fiestas de los dj ́s, etc. -, donde no habría límite, donde no habría renuncia, donde Imposible is Nothing (como dice la publicidad). Lo que antes estaba al costado y acotado, ahora es el protagonista. Hablar de hipermodernismo - como lo introduce Lipovetzky - implica llevar al extremo el modernismo. La idea de Lipovetzky es que se resaltó el derecho a gozar - las diferentes luchas del derecho al goce - y del derecho al gozar se pasó al empuje al goce. Por eso dice que no estamos en la posmodernidad ya que implicaría un cambio y acá no se trata de un cambio, sino de llevar al punto límite lo mismo. Así el mundo queda dividido entre empuje al goce - lo que antes era una obligación limitada a participar de la fiesta, hoy es empuje al goce del consumo - y depresión - que es una de las patologías mas extendida en la actualidad. Antes era entre orden y pequeños desordenes cada tanto. Ahora el que consume obtendría un goce sin freno, el que no, se deprime. Se puede decir entre consumo y abstinencia. La llamada globalización hace creer que en cualquier parte del mundo se puede gozar de lo mismo, todos por igual. Las guerras étnicas - que Lacan de alguna manera anticipó - aparecen como una resistencia a mantener algo de cada cultura; mantener algo de lo singular frente al todos por igual.
Pero se puede dar un paso más y ubicar lo siguiente. De acuerdo a lo que he planteado hasta ahora, lo que antes era un resto a un costado, ahora se ubica en el centro. Hay un culto por el resto, una cultura del resto. En este punto hay que tener en cuenta que el resto puede ser un desperdicio o lo que causa a un trabajo. El que causa al trabajo es un resto fecundo que en Freud se ve muy bien con lo que él llama el resto diurno. Es un resto que empuja al trabajo, que pide que se lo tramite. Sin embargo hoy hay más bien un culto del resto como desperdicio. El desperdicio es algo propiamente humano y es lo que resta de toda operación - simbólica - y cae como residuo. No lo he verificado en otros países, pero en la Argentina en las fiestas de los jóvenes se consume al final de la misma lo que se llama el JUNTADITO o MEZCLADITO. El JUNTADITO es una mezcla de todos los restos que han quedado de lo que se ha bebido en la noche. Se juntan en un solo vaso, jarra o recipiente y se lo toman. Consumir el juntadito en un intento de que no quede resto de la fiesta. Se entiende, quien toma ese resto se identifica a él y queda tirado en la calle como el resto mismo de la civilización.
Pero también hay una forma de intentar desconocer el resto en el empuje eufórico a una fiesta permanente que se muestra muy nítidamente en la promoción del after. Me refiero al término inglés para nombrar lo que sigue luego. Contamos hoy con el after hour, after office y hace poco me han hecho saber que en Inglaterra se ha puesto de moda el after party. El show debe seguir y la fiesta debe continuar ininterrumpidamente. A cada after seguramente se le podrá agregar un nuevo after. Es un intento de barrer con las alternancias de intervalos de tiempo entre ley y goce de la que Freud hablaba para su época. La sexualidad queda también marcada por esta tendencia a la continuidad. El viagra es utilizado cada vez más por los jóvenes en el after party y para evitar las alternancias propias del falo. La manía laboral también está marcada con esta tendencia a acumular cada vez mas trabajos after hour. Se entiende que la manía por la rapidez entra claramente en esta estructura que intenta evitar la irrupción del resto como lo que cae en el corte. Así como el fast food está al servicio de la manía laboral, la fast therapy está al servicio de hacer creer que impòssible is nothing.
Se trata de la promoción del objeto a como brújula de la civilización - como afirma Miller (4) -. Esta promoción es lo que transforma al sujeto hipermoderno en un sujeto desinhibido. Como dice Miller "La dictadura del a hace estallar el matrimonio, dispersa la familia y modifica los cuerpos (cirugía, dieta, anorexia, etc.)"(5). Eric Laurent a su vez agrega que además del goce de la sobredosis (de la overdose) existe la alloverdose (6) . La experiencia del todo respecto del goce. La sobredosis tiene lugar siempre y cuando haya una medida sobre la cual se sobre pasa la dosis. En cambio Eric Laurent desarrolla como en la actualidad hay una búsqueda generalizada del goce total sin resto. Lacan decía que se trataba del “ascenso del a al cenit de la civilización” (7). Esto Miller lo escribió como: a > I8. La prevalencia del a sobre el significante, sobre los ideales, sobre el Nombre del Padre. La explicación que da Miller, ya no en Comandatuba, sino en su curso del año anterior, es que el a cuestiona el Nombre Del Padre. Y por eso a la última clase del seminario de la Angustia la llamó "del a a Los nombres del padre" (9). El a es lo que no se deja nombrar, lo que resta a la función nominadora del nombre del padre y por eso lo cuestiona. Cuestiona al padre universal. Miller dice: "cuestiona la unicidad del nombre del padre"(10).
Llegado a este punto se puede comparar el esquema de la civilización descripta por Freud con un nuevo esquema que representa este nuevo estado de la civilización. Es un esquema que describe una diacronía temporal invertida respecto del anterior esquema. En la civilización freudiana – si se la puede llamar así – la mayor parte del tiempo estaba regulada por la ley y sus instituciones. Al costado teníamos esos pequeños excesos festivos cada tanto. En la actualidad habría un empuje a una fiesta permanente con un intento de hacer desaparecer el resto. A mi gusto, a un costado se encuentran los defensores del Nombre del padre y de las creencias bajo la forma del fanatismo.
Empuje al Goce. Dicatadura del a. NP. fanatismo
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Se puede comparar a estos sujetos – que Miller llama desorientados - de la actualidad con el hombre libre. Efectivamente esa noción de la tiranía del a es una noción que Lacan utiliza para el hombre libre. Esos mismos sujetos que no pueden zafar de esas libertades que lo dejan totalmente desorientados. Por otra parte, el hombre libre según Lacan era el Loco. Lo cual acerca nuestra clínica actual claramente a la locura. El daba un argumento que apuntaba al mismo punto respecto del objeto a. El loco es el que no está interesado por el Otro ya que él tiene el objeto a. Es libre respecto del Otro ya que no le demanda el a. Sus voces lo demuestran, decía Lacan y agregaba (11). "El tiene su causa en su bolsillo" (12). Fuerzo la frase y digo que la época actual pretende meternos la causa en el bolsillo (con las múltiples significaciones que pueda tener) con el objeto fetiche de la mercancía y nos deja en la locura de la libertad respecto del Otro. Se entiende, tiranía del a, de un a suelto, y libertad respecto del Otro. Es la lógica de la psicosis remarcada por Lacan. En este texto que vengo comentando (“Pequeño discurso a los psiquiatras”) Lacan adelanta lo que Miller llama la tiranía del a - adelanta con una increíble deducción para la época – cuando dice que: “Si hay uno de los frutos mas tangibles que ustedes puedan tocar todos los días, de lo que devenga de los progresos de la ciencia, es que los objetos a se meten en todas partes, aislados, solos y siempre listos a sorprenderlos en el primer encuentro”, Se entiende aquí que son los objetos a aislados, no enlazados de manera particular en el fantasma de cada quien. Agrega Lacan: “Hago alusión a las mass-media, a saber esas miradas errantes y esas voces caprichosas de las cuales están destinados muy naturalmente a estar rodeados cada vez mas ..... se los meten por los ojos y por las orejas”(13). Se ve que nos metan esos objetos a por los ojos y las orejas y eso tira abajo al Otro y nos deja en la desorientación de un a que no hace punto de capitón singular.
En este sentido la sexualidad actual también recibe el impacto del cambio. A mi gusto hay una tendencia hacia una sexualidad maníaca y desorientada. Para dar cuenta de esto me permito tomar a la vieja fábula de la Cenicienta como forma antigua de la sexualidad.
La Cenicienta deja su rastro: el zapato. El príncipe no pudo mas que salir a buscar aquella mujer que encajara en el molde del zapato. El zapato le funcionaba como una linterna que alumbraba en un campo sumamente oscuro. La neurosis freudiana muestra que el amor hace creer en la contingencia del zapato, pero más bien la estructura enseña que el molde o el "cliché" estaba desde antes. Cada hombre con su zapato sale al mundo a ver qué mujer "hace consonancia" con su horma - como decía J. Lacan: "con su inconsciente" (14) -.
La "condición fetichista"(15) del hombre - o como Freud la llamó luego, la "condición erótica"- no sigue al empuje del mercado. Dicha condición pide siempre el mismo zapato. La sexualidad perversa que Freud muestra claramente en su época, es una sexualidad firmemente orientada. La perversión así entendida hace de brújula al hombre en un campo indefinible.
Sobre la base de la falta de objeto pulsional la sexualidad ordenada perversamente (condición fetichista, - o sea, heterosexualidad-, homosexualidad y fetichismo; mas tarde agregará al masoquismo, sadismo, exhibicionismo y voyeurismo) sigue fielmente la fijación a un objeto fantaseado.
En efecto, cuando Freud habla de la perversión polimorfa habla de la variedad de perversiones en el recorrido diacrónico y libidinal del niño, pero la perversión por excelencia es unimorfa. De una sola forma. En cambio, en la actualidad, un muchacho de unos 20 años llega a la consulta diciendo que en lo que respecta a la sexualidad, él parte "de cero". No tiene y no encuentra nada anterior que lo pueda guiar. Necesita probar cada vez para saber cuál es su camino. Encuentros con travestís, homosexuales, partenaires del otro sexo, etc., son una muestra de su búsqueda. Finalmente dice que es como "si fuera a comprarse zapatos y no supiera cuanto calza". "Se trata de lo básico, no del gusto" termina agregando. Se entiende allí que hay un problema de horma respecto a la sexualidad. Como si no tuviese el antiguo zapato de nuestro príncipe perversamente orientado. Esto es lo que me hizo pensar, a partir de varios casos clínicos con estas características, que hay en la actualidad una tendencia que marca una caída de la perversión como directriz sexual, como respuesta al agujero del sexo. Es evidente, a su vez, que esta caída toca especialmente al campo masculino en términos de su orientación por el "gnomon" fálico - como lo llamaba Lacan-. Como él mismo lo afirmaba, no se han inventado nuevas perversiones - entre otras cosas por su fijeza -, pero el mercado ha logrado que el petit a no sea un capitón singular para cada sujeto. Hoy se trata del fetichismo por la mercancía generalizada que depende del mercado. Un mercado que va contra la fijeza del fantasma y pide un nuevo zapato cada vez. Así entiendo lo que J.-A. Miller muestra claramente como la tiranía actual del petit a. Es una tiranía desligada de la singularidad de cada sujeto y es justamente por eso que la llama tiranía (16). Se genera así una tensión entre empuje al mas de goce de la ALLOVERDOSE (17) o la singularidad del síntoma. La tiranía actual del a es una tiranía desligada de la singularidad.
Por esto mismo el psicoanálisis nunca se llevó bien con las tiranías. Así mismo, este mismo panorama es lo que permite a J.-A. Miller hablar de los "nuevos híbridos"(18). En los términos que vengo planteando, llamo a esto: la sexualidad inclasificable de los jóvenes de hoy. Así como hay que diagnosticar la estructura de un sujeto entre neurosis, psicosis o perversión también en psicoanálisis debemos diagnosticar la posición sexual. No damos por sentado ni la posición sexual, ni la elección sexual respecto de la anatomía. Así entiendo, que este joven que partía de cero era un inclasificable sexual. Se ve en este sentido que es un a desligado del sujeto, que no es el a en un fantasma que orienta perversamente y de manera repetitiva y siempre igual a la sexualidad. Se desprende de este razonamiento cómo la época se asemeja a la fórmula de la locura que describe Lacan en estos párrafos que vengo comentando. Cómo ya lo subrayé, el loco que es el hombre libre respecto del Otro, sin embargo padece por ello mismo la tiranía de un objeto a suelto que lo invade por todos lados. En efecto, Lacan describe de la misma manera a la época. Un objeto petit a suelto y libertad respecto del Otro.
La caída de los emblemas paternos ha traído aparejado, entre otras cosas, esa tendencia a la desaparición de las formas masculinas y unimorfas - la forma "hommosexuelle", "hombresexual" (19) - de acceder al sexo.
Ahora bien, estos cambios en la práctica sexual se correlacionan con un consumo festivo: éxtasis, alcohol, cocaína, psico estimulantes, etc. Son todas drogas que responden a una demanda de euforia. Diferente es el consumo de heroína que es un psicodélico que permite suprimir la angustia y abstraerse del mundo y que finalmente aniquila la sexualidad. O la marihuana que puede ser mas un tranquilizante. Por otro lado, esto lleva hoy a lo que llamé una sexualidad bajo influencia, a una sexualidad reforzada ya que además se llega al acto sexual luego de la fiesta, luego del reviente, destruidos. La fiesta de los DJ, son un ejemplo, de una sexualidad bajo el efecto del éxtasis. Por otro lado, el viagra hoy es de consumo masivo y fundamentalmente para jóvenes y no tan jóvenes. Lo que apareció como una droga supuestamente para la gente mayor, hoy es de uso masivo. Se ve allí que se intenta desconocer el límite fálico, pero no solamente como límite simbólico, sino orgánico. Hay un consumo con un retorno a lo sexual, luego de una época donde se intentó dejarla afuera. Este consumo masivo deja a los individuos cada vez más solos. Efectivamente, está el goce globalizado y está la soledad globalizada. La gran dificultad hoy es establecer lazos duraderos o fuertes entre los diferentes sujetos y el encuentro entre los sexos se ve así alterado.
Por lo tanto, lo que Freud propuso respecto del lugar de la droga en su texto “El malestar en la cultura”, creo que no se puede sostener hoy en día. Entiendo que la época de Freud y la nuestra son diferentes y que, por ende, las coordenadas cambian. En la época de Freud – como ya lo anticipé en otro texto - la toxicomanía es un síntoma aislado, entre otros. En la actualidad, hay una tendencia que lleva a una respuesta única y globalizada, se trata de un goce unitario y para todos por igual, intentando barrer con todas las diferencias. Esta tendencia parece diferente a la destacada por Freud en su malestar en la cultura. Es una época donde priman los ideales y hay cierta preponderancia del Nombre del Padre, por eso la droga se ubica - en el caso de ciertos alcohólicos -, como posible partenaire. En ese momento, la toxicomanía – como ya lo dije anteriormente - parece ser una respuesta al costado de otras, como algo localizado y puntual. Pero, a su vez, tenemos otro momento que responde a la época, llamada por J.-A. Miller, de la inexistencia del Otro, en donde ya se trata de la "toxicomanía generalizada" (20), como un modo único y globalizado. Es el tiempo del consumo generalizado como supuesta y única respuesta al malestar. Pero además, se ve cómo la época ha emparejado un modo de goce bajo la forma del consumo y la locura. Se ve allí una relación estrecha entre la descripción que hace Lacan de la psicosis y la época del consumo generalizado.
Notas:
Notas:
1 - El presente trabajo es un extracto de la tesis para la maestría 1 en la Universidad de parís 8, presentada y aprobada en 2007.
2 - FREUD, Sigmund: “Tótem y Tabú” (1913-1914), Obrass Completas, Ed. Amorrortu, 1976, Buenos Aires. Tomo XIII, page. 142.
3 - FURST, P., Alucinógenos y cultura, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1980, p. 42–23.
4 - MILLER, J.-A.: “Una fantasía”, conferencia de Comandatuba, Inédita, 2004 5 - Op. cit., pagina 8. 6 -
5- LAURENT, Eric, "La societé du symptôme", in Quarto 79, revue de l'Ecole de la Cause Freudienne, Bruxelles, Belgique, 2004, pagin
7 - LACAN, J.acques: Radiofonía & Televisión, Ed. Anagrama, 1977, Barcelona, pages 25-26.
8 - LAURENT, Eric: "La societé du symptôme", Op. cit., page 6.
9 - MILLER, J.-A., “Curse de laOrientation Lacanienne”, clase 19, 19-06-2004, Inédito. Ver Lacan, Le séminaire, livre X, L'Angoisse, Ed. Seuil, Paris, 2004, page 375.
10 - MILLER, J.-A., “Curse de laOrientation Lacanienne”, clase 17, 12-05–2004, Inédito.
11 - LACAN, Jacques: “Petit discurs aux psychiatres” (1967), Inédit. Op. cit.,
12 - Op. cit..
13 - Op. cit..
14 - Lacan, J.: "Conferencia en Ginebra", En Intervenciones y textos 2, Ed. Mannatial, Bs. As. 1988, pag. 131. 15 - Freud, S.: "Tres ensayos de teoría sexual", Ed. Amorrortu, Bs. As., 1985, tomo VII, pag. 139.
16 - Miller, J._A.: Curso de la orientación lacaniana, clase 20, año 2003-4, inédito. Ver también conferencia en Comandatuba.
17 - Laurent, E.: "La societé du symptome", en Quarto 79, revue de l'Ecole de la Cause Freudienne, Bruxelles, Belgique, 2004, pag. 9.
18 - Miller, J.-A.: "Le neveau de Lacan", Ed. Verdier, Paris, 2003, pag. 165.
19 - Lacan, J.: "Seminario, libro 20, Aún", Ed. Paidós, Bs. As., Barcelona, México, 1985, pag. 103.
20 - SINATRA, Ernesto.: “La toxicomanía generalizada y el empuje al olvido", Más allá de las drogas, Plural Editores, Bolivia 2000, página 39.
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