domingo, 5 de septiembre de 2021

Paranoia y fenómenos elementales

El objetivo del presente trabajo es examinar los tipos de fenóme nos elementales que Lacan clasificó para la paranoia en distintos momentos de su enseñanza y explorar el valor clínico que les asignó. El propósito de este recorrido es el de determinar la utili dad y vigencia clínica de dichos fenómenos en este tipo clínico. En función del objetivo del trabajo se propone un estudio de ca rácter exploratorio. Se tomarán principalmente las referencias de Lacan vinculadas al tema asignándole relevancia a la exploración de la categoría de “fenómeno elemental” desde su tesis doctoral hasta la deinición de la paranoia como nudo trébol. 
FENÓMENO Y DIAGNOSTICO 
Si bien la psiquiatría se ocupó de describir con precisión las manifestaciones clínicas de la paranoia, su diagnostico al decir de Freud, se basa en las formas que adquiere la exteriorización del fenómeno, mientras que el psicoanálisis apunta a su tejido y su trama. Así como es posible determinar el diagnostico tomando la estructura del sueño, también lo es, a través de la delimitación de la estructura del fenómeno, ya que éste da cuenta del nudo que lo soporta. 

En la actualidad, tanto las descripciones sobre la paranoia, realiza das por la psiquiatría clásica, como las elaboraciones del psicoanálisis, buscan ser sustituidas por las clasiicaciones de los manuales diagnósticos, tales como el CIE o el DSM en sus diferentes versiones. En ellos, la categoría de paranoia ha desaparecido, generando de su uso solo una retórica de la historia de la psiquiatría. En oposición a esta tendencia, el psicoanálisis no ha dejado de insistir en sostener y explorar la categoría de psicosis paranoica, sino también ha continuado examinando la particularidad estruc tural que asumen sus manifestaciones clínicas contemplando siempre la singularidad del caso. 

EL FENÓMENO ELEMENTAL DESDE LA PSIQUIATRÍA AL PSICOANÁLISIS 
La noción de fenómeno elemental tiene sus raíces en la psiquiatría clásica. Este campo disciplinario fue el que incursionó en la observación y “descripción formal de las perturbaciones psicopatológicas” (Bercherie, 1999:7). Su inluencia ha hecho que algunos de sus desarrollos sean antecedentes fundamentales en este tema. Si bien Lacan le adjudica a De Clérambault el término fenómeno elemental, éste nunca lo utilizó. Sí se encuentra en su obra la noción de “fenómeno primordial”, con el cual se refería al automatismo mental. Para este autor el automatismo surge como algo que se impone al sujeto, algo que lo habita y que no se comprende, que es enigmático y que deja al sujeto en la mayor perplejidad A estos fenómenos de automatismo los estudiará en relación a la psicosis alucinatoria crónica. Según De Clérambault estos fenómenos reúnen tres características, son no sensoriales, de tenor neutro y de carácter anideicos, además son iniciales en la psicosis y anteceden a la formación delirante (Mazzuca, 2001). Llama a este conjunto de fenómenos como “pequeño automatismo” cuando a éste se le agregan elementos temáticos, se pasa a lo que denomina “gran automatismo mental”, de manera tal que los fenómenos como el delirio y la alucinación serán para este autor fenómenos secundarios. 

LOS FENÓMENOS ELEMENTALES EN LA TESIS DE LACAN 
En su tesis de 1932, Lacan pretende penetrar al mecanismo de la psicosis, entre otras cosas, analizando un número determinado de fenómenos llamados primitivos o elementales. Con este nombre designa los síntomas que expresan “primitivamente los factores determinante de la psicosis y a partir de los cuales el delirio se constituye” (Lacan, 1932, p. 188) mediante un mecanismo racio nal según algunas teorías. 

En ese momento define al fenómeno elemental como un “elemento nuevo, heterogéneo, introducido en la personalidad por la x mórbida (Lacan, 1932, p. 188). Lacan toma de Westerterp el método para examinar el estado psíquico que precedió a las elaboraciones del sistema delirante de su paciente a quien llamó Aimée. En esta perspectiva plantea que los exámenes de la evolución delirante en las psicosis, dan cuenta que el delirio no es constituido mediante un “desarrollo regular” sino por el contrario, muestran puntos fecundos, a partir de los cuales se crea el deliro. 

Los fenómenos elementales del deliro que delimita en Aimée son: “los estados oniroides, trastornos de incompletud de la percepción; interpretaciones propiamente dichas; e ilusiones de memoria” (Lacan, 1932, p197). Estos dos últimos fenómenos se manifiestan como trastorno de la percepción y del recuerdo, ligados a los lazos sociales. Otros fenómenos elementales que nombra en su tesis, son la vivencia de signiicación personal, deinida por Neisser, la extrañeza del medio, fenómenos deja vú, y adivinación del pensamiento. 

La noción de paranoia en este momento la toma de Claude, quien dividía por un lado la psicosis paranoica y por otro lado la paranoide. 
- La psicosis paranoica (sean o no alucinatoria) se manifiesta como una exageración de la personalidad, un delirio sistematizado, conservación de la actividad intelectual, mantenimiento del contacto con el ambiente. 
- Mientras que la psicosis paranoide es aquella que se caracteriza por la desintegración de la personalidad, variedad del delirio, deterioro de la actividad intelectual, pérdida del lazo social. (Bercherie, 1986, p. 202). 

En “Acerca de la Causalidad psíquica” (1949) Lacan postula que en la paranoia lo que se produce es una “inmediatez de la identificación”, esto es, una identiicación no mediatizada por el Otro, es decir, la infatuación del sujeto. Por lo tanto, si “un hombre cualquiera que se cree rey está loco, no lo está menos un rey que se cree rey” (Lacan, 1949, p.161). 

El loco presenta un desconocimiento de su propia locura, en la media que intenta imponer la ley de su corazón a lo que experimenta como el desorden del mundo, al decir de Lacan, una “empresa insensata”, en la medida que desconoce la implicación de su ser actual en este desorden. Es la idea del alma bella de Alcestes. Este esta loco, dice Lacan, ya que no reconoce en su bella alma su implicación en el desorden contra el que se rebela. “El riesgo de la locura se mide por el atractivo mismo de las identii caciones en las que el hombre compromete a la vez su verdad y su ser” (Lacan, 1949, p 166). Se trata entonces de examinar “el grado” de identiicación que sostiene el sujeto con el Ideal. 

LA PARANOIA EN EL SEMINARIO III  Y DE UNA CUESTIÓN PRELIMINAR 
En el Seminario 3 (1954-1955) examina los fenómenos elementales en la paranoia y en el automatismo mental, e incluye a la alucinación como la “forma más característica” de los fenómenos elementales (Lacan, 1955). Según Mazzuca, es posible pensar los fenómenos elementales de la paranoia en el registro del signiicado, mientras que los del automatismo mental, dentro del registro del signiicante. Por ejemplo, la interpretación delirante implica una intuición que estabiliza un significado de la intención del Otro (Mazzuca, 2001 p.198) 

En este seminario, Lacan critica la noción de paranoia de Kraepelin y hace del fenómeno elemental el resorte de la estructura. Es decir, diferencia la neurosis y psicosis desde la estructura (del lenguaje) y no desde el punto de vista de los de la descripción del fenómeno. Asimismo postula que el delirio es un fenómeno elemental. “Es decir que la noción de elemento no debe ser entendida en este caso de modo distinto que la de estructura, diferenciada, irreductible a todo lo que no sea ella misma” (Lacan, 1955, p. 33). Sostiene que la presencia de trastornos del lenguaje es una condición necesaria para el diagnóstico de psicosis. Además, subra ya la distinción entre la realidad y la certeza en la psicosis. De esta manera considera que en el sujeto psicótico no está en juego la realidad, sino la certeza. 

En el escrito “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis” (1958), sitúa a la alucinación verbal como el paradigma del “síntoma psicótico” y distingue los fenómenos de mensaje y los fenómenos de código. Los primeros, comprenden la interpretación elemental, a la que llama “significación de significación,” lo que implica una significación presente pero indeterminada (Soler, 2004). Los segundos, están compuestos por las formaciones neológicas en su forma y en su empleo. En la “Presentación de la traducción francesa de las memorias del presidente Schreber”, (1966), ubica al paranoico como aquel que identiica el goce en el lugar del Otro. Ingresa de este modo otra vertiente para pensar la psicosis, por un lado, la vertiente del len guaje y por otro lado la vertiente del goce. 

EL NUDO TRÉBOL 
Si bien es en el seminario Ou pire (1971-1972) donde Lacan introduce por primera vez el nudo borromeo, es en el seminario RSI (1974-1975) y el seminario El Sinthome (1975-1976) donde realiza propuestas novedosas sobre la paranoia. En RSI, dice “la paranoia es un pegoteo imaginario. Es la voz que se sonoriza, la mirada que se vuelve prevalerte. Es un asunto de congelación del deseo” (Lacan, 1975, p. 157). 

Intentemos desglosar esta deinición; que quiere decir con “la paranoia es un pegoteo imaginario”. Lo imaginario es la consistencia, el cuerpo, las identificaciones. El paranoico es alguien que cree en las identificaciones, es un creído dice Lacan. Es alguien sostenido en la identificación al Ideal. Lo cual se releja en una serie de fenómenos, como aquellos ligados a la redención, el paranoico suele estar impregnado de buenas causas. Con la oración “es la voz que se sonoriza, la mirada que se vuelve prevalerte. La voz no implica el sonido, sino la presencia del texto, es decir, de la metonimia de las significaciones. Es una voz que sonoriza la mirada, es una voz pegoteada en la metonimia de las signiicaciones de la mirada (Soler, 2009). 

Por la oración “Es un asunto de congelación del deseo”, entendemos que Lacan alude, por un lado, de la existencia de un modo de deseo en la psicosis paranoica, por lo cual, la versión del deseo en la paranoia es la de un deseo congelado. Esto es, solidificado, tieso, rígido en un campo metonímico reducido a las signiicacio nes escopicas. 

En el seminario El sinthome, (1975-6) plantea que el nudo es el soporte del sujeto, esto es RSI, soportan al sujeto real. Lo imaginario es el cuerpo, lo simbólico, ya no es la cadena significante (Soler, 2009), sino el conjunto de Unos, y lo real, aquello que que da por fuera de lo simbólico e imaginario, lo imposible de simbolizar. Entonces, a partir del modo de anudamiento o relación entre los registros se determinará tipos de nudo. Asimismo es posible aprehender fenómenos clínicos concernientes al cuerpo (lo imagi nario), al verbo (lo simbólico) y al goce (lo real). 

En este seminario haciendo referencia a su tesis doctoral dice que la paranoia y la personalidad son la misma cosa. En la medida en que un sujeto anuda de a tres lo imaginario, lo simbólico y lo real en una sola y misma consistencia, y en esto consiste la psicosis paranoica” (Lacan, 1975, p. 53). Si ubicamos los tres registros en continuidad produciendo un empalme de las junturas de lo real con lo imaginario, de lo imaginario con lo simbólico y de lo simbólico con lo real, nos queda como resultado el nudo trébol. Es decir, la paranoia es pensada aquí como un nudo trébol constituido por una única consistencia de modo tal que hay una continuidad de los registros (Schejtman, 2008). 

Pero antes de continuar con el nudo, qué quiere decir que la personalidad y la paranoia son la misma cosa. Si por personalidad entendemos la rigidez de los rasgos que hace que a nivel imaginario nos diferenciemos de otros, en la paranoia con lo que nos encontramos es con la fijeza de los rasgos del sujeto, con lo que Lacan llamaba la psicorigidez, hasta el punto que si movilizamos esta rigidez corremos el peligro de desanudar el nudo. Si la paranoia implica que RSI están en continuidad, ello trae como consecuencia una continuidad de los goces. Esto es: 
- del goce fálico, que estaría entre lo simbólico y lo real por fuera de lo imaginario, 
- del goce del sentido, ubicado entre lo simbólico e imaginario, y 
- el Goce del Otro que lo sitúa entre lo real y lo imaginario. 

Entonces, si esto esta en continuidad, no habría una discontinuidad de los goces y como resultado de ello podemos encontrarnos con fenómenos, tales como la metonimia del sentido, donde no hay un limite entre la zona del sentido y lo que queda fuera de sentido. Todo comienza a tener sentido; esto es, la creación de un metalenguaje donde el sentido queda restringido al campo escópico, a la mirada del Otro, es decir, al Goce del Otro. Para finalizar, podemos decir que encontramos cierta continuidad en la enseñanza de Lacan con respecto a los tipos de fenómenos elementales que Lacan localiza en la paranoia. Los mismos caracterizados desde un principio por la prevalecía del registro imaginario. No obstante, suponemos que sus últimos desarrollos abren nuevas vías que complementan sus elaboraciones anteriores. Fundamentalmente aquellas que conciernen a la continuidad entre los registros, y a la prevalencia de la pulsión esópica e invocante. 

NOTA 

[1] El presente trabajo muestra algunos aspectos del proyecto doctoral “La relación entre fenómeno y estructura en la psicosis no desencadenada”, pre sentado en la Facultad de psicología (UNLP). 

BIBLIOGRAFIA 

LACAN, J. (1986) De la psicosis paranoica en sus relaciones con la persona lidad. México: Siglo XXI, 1932. 

LACAN, J. (2000) “Acerca de la causalidad psíquica”, en Escritos I, Buenos Aires, Siglo XXI, Paidós, 1949. 

LACAN, J. (2000) El Seminario, Libro III: “Las psicosis”, Buenos Aires, Piadós, 1955-6. 

LACAN, J. (2002) “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”. En Escritos II, Buenos Aires, Siglo XXI, 1958. 

LACAN, J. El Seminario, Libro XIX, “Ou Pire” Buenos Aires, Inédito. 1971-1972. LACAN, J. El seminario, Libro XXII, “RSI”, Inédito, 1974-1975. LACAN, J. (2007) El Seminario, Libro XXIII: “El sinthoma”, Buenos Aires, Pai dós, 1975-6. 

LACAN, J (2001) “Presentación de la traducción francesa de las Memorias del Presidente Schreber”, en Intervenciones y Textos 2, Buenos Aires, Manantial, 1966. MAZZUCA, R. et al. (2001). Las psicosis. Fenómeno y estructura. Buenos Aires, Eudeba. 

QUINET, A (2006) Psicose e laço social, Río de Janeiro, Jorge Zahar Editor. SCHEJTMAN, F. (2008) “Síntoma y Sinthome”. En Ancla, Revista de la Cátedra II de psicopatología, Facultad de psicología, UBA, Vol II, pp. 15-59. SOLER, C. (2009) Las querellas de los diagnósticos, Buenos Aires, Letra viva. SOLER, C. (2004). El inconsciente a cielo abierto en la psicosis. Buenos Aires, JVE.

Fuente: Aguirre, Javier Luis (2010) "Paranoia y fenómenos elementales" Facultad de Psicología, Universidad Nacional de La Plata. Argentina

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