Las bases teóricas y sus implicaciones.
El pensamiento sistémico representa un cambio de epistemología.
El cambio principal es el abandono de la visión causal, lineal, de los fenómenos humanos a favor de una visión circular, sistémica.
El pensamiento sistémico orienta nuestra mirada hacia las interacciones entre individuos (o hacia los sistemas) mas que hacia el individuo aislado. No nos interesaremos únicamente por las interacciones entre aquel para quien la ayuda se solicita y las personas significativas de su entorno, sino también por las interacciones entre estas personas.
No podemos aislar al niño o su síntoma del contexto con el que interactúa. Nos preguntaremos qué es lo que ocurre entre este niño y los diferentes sistemas significativos de su entorno que producen, amplifican o mantienen el síntoma. No nos preguntaremos “por que” sino “como”.
La inadaptación en clase no es una cualidad inherente al niño, sino el resultado de una interacción entre sus características personales, por un lado, y las condiciones del medio familiar, escolares y sociales, por el otro.
El síntoma forma parte del equilibrio actual del sistema. Su existencia es un signo de que hay un disfuncionamiento en este sistema. Una modificación o una desaparición del síntoma tendrá forzosamente repercusiones en otros miembros de los subsistemas significativos.
El objeto de estudio del interventor especializado en la escuela.
El objeto de estudio no es ni un individuo, ni el síntoma aislado, sino el proceso interrelacional que participa en la emergencia, la amplificación y/o el mantenimiento de los síntomas manifestados por el individuo.
Por lo tanto, es evidente que él o los que solicitan ayuda (maestro, inspector, profesores) como actores en este proceso, forman parte del objeto de estudio.
El objeto de estudio es interactivo. No se estudia la problemática de un niño, sino la forma en que interactúa con otras personas del contexto en las que se sitúa el problema, y el modo en que estas personas interactúan entre ellas.
Entre las numerosas interacciones de una situación problemática, existen algunas en las que es mas útil, prioritario, intervenir. Se toma uno de los bucles interactivos.
Ej: Franco y: sus compañeros; su maestro; su inspector.
El padre de Franco y: el inspector; los distintos miembros de su familia; el maestro de su hijo.
Entre el maestro y: los niños de la clase; el inspector; sus colegas.
Los objetivos de la intervención sistémica.
Objetivo esencial: Separar al niño de su lugar como portador del síntoma, desbloqueando el proceso interrelacional que hace nacer, mantener o reforzar el síntoma.
Se trata de cambiar la manera de interactuar de los individuos implicados y no de los propios individuos.
En el ejemplo de Franco: Objetivos:
Intentar apartarnos de la lucha simétrica entre la escuela y el padre, y crear un terreno de colaboración entre ellos haciendo circular las informaciones, intentando introducir los matices en las percepciones reciprocas.
Intentar situar las dificultades del niño en su contexto: contexto escolar, contexto familiar.
Intentar concentrar la mirada de la escuela sobre la escuela y lo que sucede en ella, y la mirada de la familia sobre la familia y lo que sucede en ella, con el fin de apartarse de las acusaciones reciprocas.
Las modalidades de intervención.
Surgen de la singularidad del encuentro entre los diferentes actores de una situación problemática y el interventor externo (psicólogo), cada intervención debe, por lo tanto, reinventarse.
Pero las bases comunes a toda intervención sistémica serán:
Connotación positiva: Se trata de una mirada positiva sobre una situación problemática.
Se abandonan las criticas culpabilizadoras: al no razonar en términos de causa-efecto, no existe “culpable” del disfuncionamiento.
El hecho de pensar positivamente y, por ej, valorar los esfuerzos hechos para resolver el problema, permite un acceso más fácil al sistema. Pues los distintos protagonistas de la interacción problemática, al sentirse menos juzgados, mejor reconocidos, tendrán una tendencia menor a resistirse a la intervención.
Reemarcamiento: Es una nueva lectura (positiva) de una situación problemática que tiene como fin cambiar la percepción de esta e introducir un cambio.
Esta nueva lectura debe ser lo suficientemente próxima a la percepción que tiene quien solicita ayuda como para ser recibida y lo suficientemente distinta como para ser dinámica.
Esta nueva lectura se basará, a su vez, en una percepción ampliada (o contextual) del problema planteado.
El contrato de trabajo.
Se debe clarificar con las personas implicadas, el contrato de trabajo que precisara el modo de intervención, así como los limites de esta. Un contrato claro crea buenas condiciones para una colaboración dinámica.
Definir la relación.
Es precisar las propias competencias y disponibilidades delimitando sus dominios de intervención y declarando de un modo explicito lo que se piensa hacer y no hacer.
Al hacerlo así, el psicólogo adopta una posición denominada “elevada”, es decir, no acepta ser alguien “sin papel” cuya función sea totalmente definida por el demandante.
El definirse con claridad contribuye a disminuir las expectativas mágicas reciprocas y las decepciones inevitables.
Marcar el contexto.
Significa crear, junto al demandante, un contexto de colaboración, de búsqueda común de soluciones.
¿Quién es el cliente de la intervención?
El demandante es el cliente, pero en un sentido cliente-colaborador. Se considera al maestro como un operador de cambio potencial; se va a intentar trabajar con él para cambiar las reglas del proceso interrelacional problemático.
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