sábado, 30 de diciembre de 2023

El padre real: ¿Ddónde ubicarlo?

¿Donde ubicar los puntos de impasse en los cuales Lacan leerá al Padre Real en el mito de la horda primitiva?

Freud se enfrenta allí con algo problemático, irrepresentable en el origen, sin sentido. Es esto lo que lo lleva a interrogar el estatuto de la exogamia, en la medida en que no puede sostenerse sin la ley. Y a eso irrepresentable Freud, recurriendo a la ley de prohibición del incesto, le pone palabras: el horror al incesto, articulando indisolublemente ley y nominación, aunque no lo piense con este término. En este punto ubico, si se quiere, dos campos.

Horror /// Horror al incesto

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Padre Real ///Padre Simbólico

Del lado del horror al incesto ubicamos: la prohibición, la exogamia, lo predicable y la promesa, en resumen: el complejo de Edipo, o sea, el Padre Muerto.

Del otro lado, el horror, a secas, si bien es una metáfora, puede servir para dar cuenta en la obra freudiana de ese real insituable, impredicable que es ese Padre al que Freud no puede dejar de definir atributivamente: tiránico, feroz, violento.

Esto no fechable, lo llamo atemporal, es lo concernido en la pregunta acerca del origen del monoteísmo. Me parece que un obstáculo que encontramos en la obra freudiana es el intento de responder a este obstáculo con la serie: “trauma temprano-latencia-estallido de la neurosis-retorno parcial de lo reprimido” . Se trata de una operación en dos tiempos que da cuenta del retorno de lo reprimido. Este modo de pensar es acabadamente válido para el síntoma clínico, el problema es si sirve para pensar el modo de retorno de lo traumático cuantitativamente definido. El mismo Freud nos señala el estatuto de este problema, no habla de Verdrangung sino de Untergang, que significa, sepultamiento o, como lo define, “irse al fundamento”, algo distinto que la represión.

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