jueves, 4 de enero de 2024

La agresividad hacia uno mismo: Pulsión de Muerte

En el año 1920 Freud postuló que en el psiquismo existen dos fuerzas opuestas, que se hallan ligadas -en el mejor de los casos-:

La Pulsión de Vida (Eros): tiende a la conservación y la unión entre los miembros de la especie.

La Pulsión de Muerte (Tánatos): una fuerza psíquica, primera, primordial y demoníaca que pulsa en el psiquismo y tiene como fin la regresión hacia lo inorgánico (la muerte).

S. Freud circunscribe de manera precisa a la Pulsión de Muerte definiéndola como “pulsión autodestructiva”, es decir, aquella que se dirige hacia uno mismo, produciendo sobre el sujeto un gran padecimiento. Las Presentaciones Clínicas más frecuentes son:

✅ La repetición una y otra vez de experiencias dolorosas.

✅ La Neurosis de Destino bajo el eterno retorno de lo mismo (generación tras generación).

✅ Las exigencias sádicas del Superyó (autocastigos, inhibiciones severas).

✅Las compulsiones / acting out / pasaje al acto (autolesiones, consumos problemáticos, intentos de suicidio).

La Pulsión de Muerte -primaria y demoníaca- desligada de la Pulsión de Vida y no inscripta en el inconsciente, se expresa de forma directa y abrupta en la vida del sujeto, induciéndolo a una satisfacción pulsional sin ley.

Dirigida al interior del sujeto como pulsión autodestructiva, la Pulsión de Muerte se incrustará como un trauma que insiste en ligarse al inconsciente, sin poder lograrlo.

¡¡Importante!!

La Pulsión de Muerte sólo encontrará su satisfacción de manera sufriente y masoquista para la subjetividad.

Por razones que son siempre singulares y que habrá que construir en un análisis, se descubre que, en los sujetos que son atacados con extrema crueldad por la Pulsión de Muerte -bajo la forma de autodestrucción-, el Otro primordial no pudo donar suficientemente su campo libidinal (amoroso) en tiempos de su temprana constitución. Esto hubiese permitido y facilitado que este empuje pulsional autoagresivo se integre con las Pulsiones de Vida (Eros), esa fuerza vital, promotora y hacedora del deseo.

¡¡Clave clínica!! ¿Qué-hacer como analistas frente a la Pulsión de Muerte -autodestrucción-?: Intervenciones Clínicas

Allí donde prima en el sujeto la Pulsión de Muerte bajo la forma de autodestrucción, el análisis promoverá la ligadura libidinal de la Pulsión de Muerte con la Pulsión de Vida. A través de lo que Freud denominara “Construcciones en Psicoanálisis”, que resulta ser la Intervención Clínica privilegiada en estos casos.

¿Por qué son eficaces las Construcciones para trabajar analíticamente con la Pulsión de Muerte?

Porque las Construcciones en Análisis le permiten al analista reconstruir tramos de la historia infantil que han quedado apartados de la simbolización, para así otorgar movilidad a fragmentos discursivos congelados y/o significantes superyoicos mortíferos -naturalizados por el sujeto- que se hallan separados y desligados de la Pulsión de Vida.

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