1. Síntoma y Fantasma: Dos Dimensiones Clínicas fundamentales
En la Práctica Clínica, una y otra vez nos enfrentamos a estas dos Dimensiones Clínicas fundamentales: el Síntoma y el Fantasma. Si bien están articuladas, responden a lógicas diferentes.
¡¡Clave Clínica!!
Mientras el Síntoma remite al retorno del Deseo reprimido bajo una forma disfrazada (inhibiciones, síntomas y angustias), el Fantasma se organiza como una escena repetitiva en la que el sujeto se ubica en una posición determinada frente al Deseo del Otro primordial. El Fantasma es primordialmente Inconsciente.
2. El Síntoma: Una Formación del Inconsciente
2. El Síntoma: Una Formación del Inconsciente
El Síntoma se define como un compromiso entre Deseo inconsciente y Defensa. Se presenta bajo múltiples formas: un malestar en el cuerpo, en el decir o en el acto.
No es solo algo que duele o molesta; también cumple una función dentro de la economía psíquica.
No es solo algo que duele o molesta; también cumple una función dentro de la economía psíquica.
¡¡Clave Clínica!!
El Trabajo Analítico no busca suprimirlo, sino acompañar los desplazamientos que abren interrogantes sobre su sentido. Así, el Síntoma se vuelve una vía privilegiada para el acceso al deseo del sujeto.
3. El Fantasma: Escena Inconsciente y Lugar SubjetivoEl Fantasma no es un recuerdo ni una imagen clara, sino una construcción estructurante del Inconsciente.
Se trata de una escena que no se recuerda, pero que se repite en la experiencia del sujeto.
En esa escena, el sujeto ocupa un lugar determinado que por un lado sostiene su Identidad Yoica, y por el otro limita el despliegue de su propio Deseo.
¡¡Clave Clínica!!
El Fantasma es la respuesta que se da el sujeto frente a una pregunta fundante y fundamental: ¿qué soy para el Otro?
Es importante aclarar que dicha respuesta se precipita de manera conclusiva al final de la adolescencia y define los modos en que el sujeto desplegará sus Deseos y sus Goces en el trayecto de su vida.
4. Una relación estructural: el Síntoma sostenido en el Fantasma
Es importante aclarar que dicha respuesta se precipita de manera conclusiva al final de la adolescencia y define los modos en que el sujeto desplegará sus Deseos y sus Goces en el trayecto de su vida.
4. Una relación estructural: el Síntoma sostenido en el Fantasma
El Síntoma no se presenta solo: siempre está sostenido en la Escena Fantasmática del sujeto.
El Fantasma le da un marco que le permite al Síntoma repetirse y mantenerse en el tiempo. Ese marco le da consistencia al malestar y organiza su forma de aparecer.
Mientras el Síntoma se expresa a través de palabras, actos o sensaciones, el Fantasma le da una escena que orienta esa expresión.
¡¡Clave Clínica!!
El Fantasma le da un marco que le permite al Síntoma repetirse y mantenerse en el tiempo. Ese marco le da consistencia al malestar y organiza su forma de aparecer.
Mientras el Síntoma se expresa a través de palabras, actos o sensaciones, el Fantasma le da una escena que orienta esa expresión.
¡¡Clave Clínica!!
Por eso, al abordar un Síntoma, es fundamental tener en cuenta la posición que ocupa el sujeto en la escena que lo sostiene.
5. El Fantasma en la Histeria, la Obsesión y la Fobia
5. El Fantasma en la Histeria, la Obsesión y la Fobia
¡¡Clave Clínica!!
Cada Estructura Clínica se relaciona con una manera distinta en que el Fantasma se pone en juego.
- En la Histeria, el sujeto suele ubicarse como objeto del deseo del Otro, intentando sostener su falta.
- En la Obsesión, aparece una escena donde se intenta controlar ese deseo, muchas veces desde el saber o la culpa, lo que termina inhibiendo el acto.
- En la Fobia, el Fantasma no está del todo estructurado, y el objeto fóbico cumple la función de mediador frente a lo real.
- En la Histeria, el sujeto suele ubicarse como objeto del deseo del Otro, intentando sostener su falta.
- En la Obsesión, aparece una escena donde se intenta controlar ese deseo, muchas veces desde el saber o la culpa, lo que termina inhibiendo el acto.
- En la Fobia, el Fantasma no está del todo estructurado, y el objeto fóbico cumple la función de mediador frente a lo real.
Lejos de ser teóricas, estas diferencias orientan de forma directa la lectura clínica y nuestras intervenciones.
6. La Interpretación del Síntoma: Función y Dirección
Interpretar un Síntoma implica intervenir en la lógica que lo sostiene, no explicarlo ni traducirlo.
La Intervención Analítica apunta a generar un movimiento que permita inscribir el Síntoma de otro modo, en relación al Deseo del sujeto.
Ese movimiento habilita que se lo desplace de su fijación, se abran preguntas y se inicie una elaboración subjetiva.
La Intervención Analítica apunta a generar un movimiento que permita inscribir el Síntoma de otro modo, en relación al Deseo del sujeto.
Ese movimiento habilita que se lo desplace de su fijación, se abran preguntas y se inicie una elaboración subjetiva.
¡¡Clave Clínica!!
La Dirección de la Cura se orienta a que el sujeto pueda apropiarse de la verdad que se juega en su Síntoma. Desde nuestra función, nos ocupamos de leer esa lógica y de acompañar el trabajo del sujeto respetando sus tiempos.
7. El Fantasma no se interpreta, se atraviesa
7. El Fantasma no se interpreta, se atraviesa
A diferencia del Síntoma, el Fantasma revela una ficción estructural que organiza la posición del sujeto frente al Deseo del Otro.
Atravesar el Fantasma durante el tiempo de una cura implica que el sujeto abandone el lugar fijo que lo definía.
Atravesar el Fantasma durante el tiempo de una cura implica que el sujeto abandone el lugar fijo que lo definía.
¡¡Clave Clínica!!
Este cambio genera una transformación subjetiva que le permite al sujeto vivenciar un acontecimiento inigualable: encontrar e identificar cuál es su propio deseo.
8. El Atravesamiento del Fantasma: Efecto Clínico
Cuando un sujeto atraviesa el Fantasma, cambia su forma de responder a los mandatos del Otro.
Ya no se sostiene en la misma escena ni repite el goce que lo mantenía fijado.
Surge entonces un Deseo más propio, más singular, que abre nuevas maneras de vivir y existir.
Ya no se sostiene en la misma escena ni repite el goce que lo mantenía fijado.
Surge entonces un Deseo más propio, más singular, que abre nuevas maneras de vivir y existir.
¡¡Clave Clínica!!
Este atravesamiento no elimina el Fantasma, pero sí le quita la consistencia identitaria que encierra al sujeto en una única modalidad de fijación pulsional.
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