martes, 14 de enero de 2020

Notas acerca de la psicología del aprendizaje y la memoria


INTRODUCCION:


¿Qué clases de comportamiento corresponden a la psicología del aprendizaje y a la de la memoria? Normalmente entendemos por memoria aquellos procesos que tienen por objeto “acordarse de algo” (la reproducción de algo vivido o aprendido anteriormente).

Otra clase de rendimientos de la memoria es la que abarca los conocimientos adquiridos por la instrucción, por la lectura, etc.

En ambos casos cabe la posibilidad de que el recuerdo vaya unido a imágenes representativas. Pero normalmente no suelen presentarse en la memoria imágenes claras.

Una tercera modalidad de la memoria se refiere a acciones, movimientos y costumbres aprendidas. A este grupo le pertenecen las habilidades como el ir en bicicleta, nadar, etc.

Sin embargo, no es habitual designar la ejecución de una acción aprendida como un rendimiento de la memoria, aunque también se trata aquí de un aprendizaje, de una retención y de una reproducción.

La psicología del aprendizaje abarca

- psicología de la memoria (vivencias, conocimientos)

- aprendizaje verbal
- aprendizaje perceptivo-motor (jaulas-problema, aprendizaje de laberintos) - reacciones condicionadas.
- solución de problemas de nivel más alto y psicología del pensamiento.

PSICOLOGIA DE LA MEMORIA PROPIAMENTE DICHA:

Métodos experimentales para el estudio de la memoria.

Método de la retención de fragmentos: se presenta un fragmento, se lee y el sujeto debe escribir todo lo que recuerde o bien referirlo oralmente.


Método del estudio: se muestran sílabas ordenadas o palabras durante un determinado tiempo. Se debe reproducir 2 o 3 veces seguidas sin error.

Método del ahorro: se emplea cuando se trata de series de palabras, cifras. El sujeto lee, por ej. Una serie de sílabas sin sentido hasta que las reproduzca sin error. Se deja pasar cierto tiempo y se vuelve a repetir la serie. ¿Por qué se usan sílabas sin sentido? Porque según Ebbinghaus se deben usar para el aprendizaje material lo más libre posible de asociaciones.

Método de los aciertos: la serie se retiene por parejas, presentándose cada par aisladamente. En el examen se les presenta los primeros miembros de los pares de sílabas en un orden cualquiera, teniendo que reaccionar el sujeto con el segundo miembro correspondiente.

Método del reconocimiento: se muestran 20 fotos. Las fotos se mezclan con 20 nuevas y se vuelven a enseñar en un orden cualquiera. Las fotos reconocidas se marcan.

ASOCIACION, REPRODUCCION Y RECONOCIMIENTO:
Un proceso mnémico se puede dividir en 3 partes:

El aprendizaje: es voluntario. Tiene varios nombres: experiencia, ejercicio, entrenamiento, fijación.

La retención: es conservar de alguna manera lo aprendido durante el tiempo que media entre el aprendizaje y su reproducción.

La reproducción o reconocimiento: lo que ocurre durante la segunda fase que no es observable directamente, sólo lo podemos investigar considerando en conjunto los hechos de la primera y de la tercera que pueden ser estudiados directamente.

LEYES DE LA ASOCIACION:

- Contacto (contigüidad) en el tiempo y en el espacio.
- Igualdad.
- Contraste.

Un fenómeno de reproducción muy conocido es la búsqueda de un nombre que de momento no se recuerda: se presentan falsos nombres. Lo esencial de este proceso no son las asociaciones sino la tendencia a la organización.


El aprendizaje y la reproducción se acompañan, a menudo, de representaciones concretas de cualquier índole; las visuales y auditivas son las más corrientes.

DESARROLLO INTELECTUAL (PIAGET)
PSICOLOGIA DEL NIÑO: Estudia el crecimiento mental, o el desarrollo de las conductas hasta esa fase de transición, constituida por la adolescencia, que marca la inserción del individuo en la sociedad adulta.

El crecimiento mental es indisociable del crecimiento físico, especialmente de la maduración del sistema nervioso y endocrino que prosigue hasta los 16 años.

De ello resulta que para comprender ese crecimiento mental, no basta remontarse hasta el nacimiento, porque existe una embriología de los reflejos.

Las influencias del ambiente adquieren mayor importancia a partir el nacimiento, desde el punto de vista orgánico y mental.

NIVEL SENSO-MOTOR:
Es anterior al lenguaje. El lactante, a falta de función simbólica, no presenta todavía pensamiento ni afectividad ligada a representaciones que permitan evocar las personas o los objetos ausentes.

Primeros 18 meses: el niño elabora el conjunto de las subestructuras cognoscitivas así como cierto número de reacciones afectivas elementales.

La inteligencia senso-motora: A falta de lenguaje y de función simbólica, las construcciones se apoyan en percepciones y movimientos, es decir, mediante una coordinación senso-motora.

estímulo-respuesta y asimilación: El mecanismo para alcanzar la progresión de los hábitos adquiridos a la inteligencia es la asociación.

El estadio 1: el organismo no es nunca pasivo. Los reflejos del recién nacido (de succión o el reflejo palmar, prehensión), dan lugar al “ejercicio reflejo”, es decir, una consolidación por ejercicio funcional.

El estadio 2: se constituyen los primeros hábitos, que dependen directamente de una actividad del sujeto. 

El estadio 3:  Hacia los 4 meses y medio hay coordinación entre la visión y la aprehensión. Ejemplo: un bebé atrapa el cordón que cuelga sobre su cuna. Repite enseguida ese acto una serie de veces, con resultados insólitos, lo que constituye una reacción circular.

Estadios 4 y 5: 
ejemplo: se le presenta una situación: alcanzar un objeto demasiado lejano o que va a desaparecer bajo una sábana. Lo logra, pero si la coordinación de los medios y de los fines es nueva y se renueva en cada situación, los medios empleados sólo se toman de los esquemas de asimilación conocidos (4 estadio).

Durante un 5° estadio (11 o 12 meses), se añade a las conductas precedentes una reacción esencial: la búsqueda de medios nuevos por diferenciación de los esquemas conocidos.

Estadio 6: este estadio señala el término del período senso-motor y la transición con el período siguiente.

El niño se hace capaz de encontrar medios nuevos, no ya sólo por tanteos exteriores sino por combinaciones interiorizadas, que desembocan en una comprensión repentina o insight. 

LA CONSTRUCCION DE LO REAL.
La inteligencia senso-motora organiza lo real, construyendo, por su funcionamiento mismo, las grandes categorías de la acción que son los esquemas del objeto permanente, del espacio, del tiempo y de la causalidad.

Ninguna de estas categorías se da al comienzo; y el universo inicial está enteramente centrado en el propio cuerpo, en un egocentrismo tan total como inconsciente (falta de consciencia del yo).

En el transcurso de los 18 primeros meses se efectúa, por el contrario, una descentración general, de modo que el niño acaba por situarse como un objeto entre otros, en un universo formado por objetos permanentes, estructurado de manera espacio-temporal.

El objeto permanente: Se comienza a elaborar en el segundo año.


El universo inicial es un mundo sin objetos, que sólo consiste en “cuadros” móviles e inconsistentes, que aparecen y luego se reabsorben por completo, bien para no tornar, bien para reaparecer en forma modificada o análoga.

Hacia los 5 o los 7 años, cuando el niño va a agarrar un objeto y se tapa éste con una sábana, retira simplemente la mano, o si se trata de un objeto de especial interés se pone a llorar: reacciona como si el objeto hubiese sido reabsorbido (estadio 3)

Pero cuando empieza a buscar debajo de la sábana (estadio 4), puede hacerse la prueba de esconder un objeto debajo de un almohadón A, y luego, delante del niño cambiarlo debajo de un almohadón B. El niño de esta edad busca debajo del A.

En el estadio 5 (9 a 10 meses), el objeto es buscado, por el contrario, en función sólo de sus desplazamientos, salvo si éstos son muy complejos.

La conservación del objeto es, principalmente, función de su localización.

El espacio y el tiempo:
Al principio no existen ni un espacio único ni un orden temporal que engloben los objetos y los acontecimientos. Sólo se da un conjunto de datos heterogéneos, centrados todos en el propio cuerpo: espacio bucal, táctil, visual, auditivo, posicional, pero sin coordinaciones objetivas.

La causalidad:
En el estadio 3, todavía cuando el niño llega a sonreír a lo que ve y a manipular los objetos según diversos esquemas, sólo conoce como causa única su acción propia, independientemente, inclusive, de los contactos espaciales.

Esta causalidad inicial puede denominarse mágico-fenomenista. Fenomenista porque cualquier cosa puede producir cualquier otra cosa; y mágica porque se centra en la acción del sujeto, sin consideración de los contactos espaciales.

A medida que el universo es estructurado por la inteligencia senso-motora según una organización espacio-temporal y por la constitución de objetos permanentes, la causalidad se objetiva y se espacializa; Es decir, que las causas reconocidas por el sujeto no están ya situadas en la sola acción propia, sino en objetos cualesquiera, y que las relaciones de causa-efecto entre 2 objetos suponen un contacto físico y espacial.

LA FUNCION SEMIOTICA O SIMBOLICA
Luego del período senso-motor (alrededor del año y medio, 2 años). Es la etapa en la que el niño puede representar algo (un significado cualquiera) por medio de un significante diferenciado y que sólo sirve para esa representación: lenguaje, imagen mental, gesto simbólico.

La función semiótica y la imitación:
Cuando se constituye (hacia los 9-12 meses) el esquema del objeto permanente, existe, la búsqueda del objeto desaparecido.

Aparición de la función semiótica: en el curso del segundo año, aparece un conjunto de conductas que implican la evocación representativa de un objeto o de un acontecimiento ausentes.


Hay, ante todo, una imitación diferida, es decir, la que se inicia en ausencia del modelo. 

Hay, seguidamente, el juego simbólico o juego de ficción, desconocido en el nivel senso-motor.

El dibujo o imagen gráfica es, en sus comienzos, un intermediario entre el juego y la imagen mental, aunque no aparece antes de los 2 o 2 años y medio.

Viene luego la imagen mental que aparece como una imitación interiorizada.

El lenguaje naciente permite la evocación verbal de acontecimientos no actuales.

Papel de la imitación: consituye a la vez la prefiguración senso-motora de la representación.

Al término del período senso-motor, el niño ha adquirido una capacidad suficiente, en dominio de la imitación, para que se haga posible la imitación diferida: la representación en acto se libera entonces de las exigencias senso-motoras para alcanzar un nivel intermedio en el que el acto se hace diferenciado en parte de representación de pensamiento.

En resumen:
La función semiótica engendra 2 clases de instrumentos: los símbolos y los signos (son arbitrarios o convencionales). Los símbolos pueden ser creados por el niño, los signos son colectivos (adquisiciones de modelos exteriores). Él lo acomoda a su manera y lo utiliza.

EL JUEGO SIMBOLICO:
Señala el apogeo del juego infantil.

El juego transforma lo real, por asimilación, a las necesidades del yo, mientras que la imitación es acomodación más o menos pura a los modelos exteriores, y la inteligencia es equilibrio entre la asimilación y la acomodación. 

El instrumento esencial de adaptación es el lenguaje, que no es inventado por el niño sino que ya le es dado. Es, pues, indispensable para el niño encontrar un medio propio para expresarse: este es el sistema de los símbolospropios del juego simbólico, tomados de la imitación.

LAS OPERACIONES CONCRETAS DEL PENSAMIENTO Y LAS RELACIONES INTERINDIVIDUALES: 7 u 8 años.

LOS 3 NIVELES DEL PASO DE LA ACCION A LA OPERACIÓN:
Nivel senso-motor: de acción directa sobre lo real.

Nivel semiótico: señalado por obstáculos serios y nuevos.

Nivel de las operaciones concretas: afecta también a las transformaciones de lo real, pero por acciones interiorizadas y agrupadas en sistemas coherentes y reversibles (unir, disociar).

El primer obstáculo para la operación es, pues, la necesidad de reconstruir en el plano de la representación lo que ya estaba adquirido en el de la acción. Esto señala el paso de un estado inicial (todo centrado en el cuerpo), a un estado de descentración en que se centra en las relaciones objetivas con relación al conjunto de objetos y de los actos señalados en el universo.

En tercer lugar, cuando el lenguaje y la función semiótica permiten la comunicación, el universo de la representación ya no va a estar formado sólo por objetos, sino igualmente de sujetos, a la vez exteriores y análogos al yo.

Las operaciones implican siempre una posibilidad de intercambio, de coordinación individual e interindividual.

LA GENESIS DE LAS OPERACIONES CONCRETAS:
Las operaciones consisten en transformaciones reversibles, y esa reversibilidad puede consistir en inversiones o en reciprocidad. Nociones de conservación: prueba del líquido en los vasos.

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