Hoy intentaremos revisar el concepto de asociación libre en el marco del encuadre psicoanalítico, en lo que refiere a la clínica con niños y adolescentes. La asociación libre es un modo de acceder e indagar el inconsciente, aunque no es el único método de hacerlo en estos casos.
El método de la asociación libre no se creó de la nada, sino por la renuncia activa al proceso traumático, vía la catarsis y la hipnosis. Se renuncia búsqueda activa del recuerdo y la representación para dejar hablar al paciente libremente. Aún así, Freud mantuvo el enfoque sobre la formación de síntomas. En un tercer momento, el analista renuncia a enfocarse en un tema determinado y se basa en la superficie psíquica. Es el cambio de la posición de atención enfocada a la posición de atención flotante.
El campo de la clínica con niños fue el primer traslado del método psicoanalítico aplicado en adultos y aquí comenzaron los problemas. Freud mismo se dio cuenta que el método de asociación verbal no se podía aplicar de igual manera y hubo que hacer modificaciones técnicas. El niño, según Freud, no tolera el método de la asociación libre.
Una de las innovaciones fue el juego, que es un eje como hoy se piensa a la clínica con niños, con los aportes de melanie Klein. Para esta psicoanalista, el jugo es un equivalente de la asociación libre. No todos los psicoanalistas siguieron esta idea de la escuela kleiniana; Ana Freud no lo consideraba así. Donald Winnicott amplió las ideas de Melanie Klein, donde el juego es un camino para acceder al inconsciente del niño.
Evidentemente, no se puede analizar de igual manera a un niño que a un adulto, por lo que hay que introducir modificaciones técnicas en este último caso.
En el juego no solamente hay asociaciones representacionales en las escenas del juego al igual que en el sueño, sino que además en el juego hay una actividad, hay acción. En el juego está la pulsión, así que en el sueño encontramos un aspecto asociativo y otro aspecto en la puesta en acto. Dependiendo el juego que se trate, estamos más cerca de la asociación libre o más lejos.
Cuando Freud descubre la compulsión a la repetición, encontramos allí un tope a la asociación libre. La compulsión a repetir en acto implica los límites de la representación. Las representaciones son aquí utilizadas como acción o hay un límite a la capacidad representacional. Hay una preminencia de la puesta en acción, lo cual es un lpimite a asociar, ligar, elaborar. La compulsión a la repretición es un límite del trabajo analítico, donde más allá del principio del placer se repite el padecimiento y donde Freud coloca a las pulsiones destructivas.
Aún así, se trata de representaciones puestas en acto, donde hay un predominio de la función motor del aparato psíquico, donde hay descarga pulsional (y donde se ubica el padecimiento). Lo que se repite es el padecimiento.
La capacidad representacional tenía que ver con el primer concepto de inconsciente de la primera tópica y el inconsciente reprimido. El método busca recuperar y ligar, de un inconsciente reprimido y representacional, representaciones cosa (inc) vía las representaciones de palabra (pcc-cc). El inconsciente representacional tiene derivaciones en los síntomas y se trata de ligarlos, trabajarlos, etc.
Cuando se empieza a ver que algo de lo inconsciente proviene una fuerza actual y no representacional, el repetir en lo actual y presente, lo que notamos es que el paciente no lo liga con representaciones o recuerdos anteriores. El trabajo analítico tiende a ligarlo con representaciones, pero aquí encontramos el límite al trabajo analítico. Lo que se repite es:
1) Inhibiciones
2) Rasgos patológicos de carácter
3) Síntomas.
La compulsión a la repetición no trae el recuerdo que Freud quería, sino el eterno retorno de lo igual. La pregunta del analista es: ¿Cómo hacer de eso que se repite algo nuevo? Winnicott hablaba de la creación psíquica, donde a la repetición no hay interpretarla para reducirla, sino producir lo que no existía, creación de novedades de sus propias capacidades psíquicas. La clínica de Winnicott abre la dimensión psíquica a los fenómenos transicionales, reconceptualizado como los procesos terciarios, que se agregan a los procesos primarios y secundarios, y que permite lidiar con padecimientos que no son los síntomas neuróticos tradicionales ni explicables por el inconsciente reprimido.
La compulsión a la repetición requiere de otras maniobras clínicos, como trabajar con la transferencia, hacer construcciones, que la atención deje de ser flotante y sea más focalizada (a los focos que el paciente evita). A veces el analista debe prestar representaciones que el paciente no tiene.
La asociación libre siempre trae algo nuevo, mientras que la compulsión a la repetición trae lo mismo. Se trata de pacientes más graves, que no son las neurosis clásicas, pero tampoco psicosis. Hay todo un terreno, que son los llamados cuadros fronterizos, muestran nuevas problemáticas como la angustia, los pasajes al acto, acting, etc.
Leer la presentificación del paciente, no conectable con representaciones de su historia, nos pone en el límite de que la asociación libre no sirve siempre como un modo de acceso. Muchas veces este material tiene un tope a las asociaciones y no hay algo más profundo ni por detrás. Toca construir con eso.
Cuando el niño juega, se trata de algo actual y pesente. Son representaciones actuales, aunque los niños también recuerdan. El niño, mediante el juego, despliega su inconsciente mediante acciones representacionales. Esta es una modificación del método para que el inconsciente del niño trabaje y para que el analista pueda acceder a derivados del inconsciente.
La noción clásica de Freud es la del inconsciente reprimido. La compulsión a la repetición lo llevó a Freud a revisar la noción de inconciente. Descubrió el narcisismo, el yo, los mecanismos de defensa, el ello y luego planteó al superyó. Lo inconsciente no coincide con una sola dimensión psíquica: habrá inconsciente reprimido que sea partes del yo (mecanismos de defensa y narcisismo), partes del superyó. El ello, que es pulsional y no representacional, también es inconsciente.
Lo que llevó a esta modificación fue la pulsión, porque con la anterior concepción de inconsciente reprimido la pulsión era un concepto límite entre lo somático y lo psíquico. Con la segunda tópica, la pulsión forma parte de lo psíquico. Eso explica a lo pulsional como una tendencia a actuar para la cual se necesitó ampliar la noción de inconsciente. La noción de inconciente, de esta manera, se complejizó.
Otra de las innovaciones fue el dibujo, que es una modalidad de expresión psíquica que permite que el inconsciente se manifieste.
El analista busca, con sus intervenciones, tocar lo real psíquico, ya sea para abrir a nuevas ligazones, aliviar el sufrimiento, y que no se limita a la interpretación.
La compulsión a la repetición abrió al paradigma del inconsciente en acto. La cuestión acá, según André Green, es la capacidad representacional vs. la limitación representacional de lo psíquico. La representación de cosa y de palabra serían una segunda etapa. Esto se descubrió por la sintomatología de los pacientes, como ocurre en los pacientes fronterizos, que han sido investigados por varias líneas. Para estos pacientes se tuvo que adecuar el dispositivo.
El inconsciente de la segunda tópica está esparcido en el ello, el yo y superyó. Las modificaciones del método tuvieron que adecuarse a estos cambios, aunque la asociación libre quedó como un estándar.
Otra de las nociones contemporáneas del trabajo en análisis es el trabajo mutuo con el paciente. El paciente aporta material psíquico y el analista favorece las ligazones, aporta ideas. El analista no es un oráculo.
Hagamos el siguiente esquema:
- La neurosis está estructurada con la cuestión de la angustia de castración.
- La compulsión a la repetición abre la puerta a angustias anteriores (evolutivamente), que son las angustias de pérdida, de intrusión, las angustias que estudiaron Melanie Klein, Winnicott, Bion y otros analistas. Estas angustias provocan otros síntomas que no son exactamente productos de la represión, sino la escisión.
La escisión psíquica no produce síntomas a la manera del retorno de lo reprimido, sino de lo que fue escindido de la representación. Hay más inconsciente que el que tiene que ver con el lenguaje y la palabra y es más de lo que está estructurado como un lenguaje. Las distintas formas del inconsciente nos permite llegar a más pacientes y nos brinda más técnicas.
Si nos limitamos únicamente a la asociación libre, no llegaremos a cuestiones que son de otra cualidad psíquica, porque tiene otra materialidad. No siempre la asociación libre opera.
Freud, en Construcciones en psicoanálisis, revisa la práctica analítica. Aquí ya no habla de técnica analítica. Estamos a 17 años de Más allá del principio del placer, para orientarnos y se refiere a qué materiales ofrece el paciente para poder discernir y construir el inconsciente. Él se refiere a tres: sueños, asociaciones libres y repeticiones. Algo parecido dice en El esquema del psicoanálisis. Estos tres materiales se conectan. El sueño es un producto de donde pueden salir asociaciones. Hay asociaciones que son compulsivas, que no son libres. La compulsión a la repetición también puede abrir a nuevas asociaciones libres. Esta es la artesanía del psicoanalista.
Muchos analistas piensan que el trabajo con la asociación libre es abrir, abrir y abrir. También lo es cerrar. En cada sesión tiene que haber algún cierre. Si no hay conclusiones, resignificaciones, se abre al infinito. La asociación libre permitir abrir a lógicas particulares de ciertos tramos psíquicos, donde se abre y se cierra, se cierra y se abre.
El psicoanálisis con otro tipo de pacientes, como los niños y los adolescentes, aporta más materiales. El juego, los dibujos y el actuar del paciente sirven para indagar el inconsciente. Quienes han ido más allá de la neurosis han tenido que flexibilizar su modo de atender a lo inconsciente para poder leerlo e inteligirlo. Uno d elos problemas que tiene nuestra disciplina es tomar como dogma algo que está sujeto a la investigación y a la modificación.
Fuente: Nota de la conferencia dictada el 5/5/20, por el Dr. Carlos Eduardo Tkach, titulada "El método psicoanalítico con niños y adolescentes. ¿Resulta eficaz la libre asociación?"
No hay comentarios.:
Publicar un comentario