Este diagnóstico se refiere al conocimiento del hombre con una conflictiva antisocial, a los procesos físicos, psicológicos y sociales que han conducido al delito. Es un proceso en sí complejo y a la vez dinámico en la que entran todos los elementos para la comprensión del individuo, de su familia y de su medio social. No se refiere únicamente al diagnóstico que se le realiza al individuo cuando ingresa a la prisión, sino que abarca ingreso, estadía (procesado-sentenciado) y el egreso progresivo.
Cada individuo presenta una estructura básica de personalidad que no cambiará y los estudios de diagnóstico se referirán a esa estructura básica. Se debe tener en consideración que los modos y mecanismos que el individuo utiliza en su relación con el medio social, en sus relaciones interpersonales cambian y muchas veces los cambios son sumamente notorios al haber tomado conciencia de sus comportamientos violentos, de su conflictiva existencial, no sólo agresiva hacia los demás sino también autodestructiva.
Se distingue un diagnóstico inicial, un diagnóstico en función de los años de estadía del individuo en prisión y un diagnóstico previo a la salida de la institución penitenciaria, así como un diagnóstico post-institucional.
Desde una criminología clínica e institucional, el diagnóstico comprende:
ESTUDIO DEL DELINCUENTE:
Estudio médico: Comprende el examen clínico al interno cuando ingresa a la institución, elaboración de la historia médica, así como brindar asistencia y atención al interno que la necesite. Pone en conocimiento de las autoridades los casos de enfermedades transmisibles que se presenten. Toma en consideración las cicatrices y tatuajes. Señala un diagnóstico médico y da las indicaciones a nivel del tratamiento.
Estudio odontológico: Comprende un examen bucal minucioso.
Estudio psicológico: Es el estudio de la personalidad del interno, de sus múltiples y complejos aspectos que lo han llevado al delito. En el diagnóstico individual se utilizan generalmente las siguientes técnicas psicológicas: historia clínica, tests proyectivos, tests de personalidad, entrevistas focalizadas y abiertas. Las técnicas deben ser seleccionadas teniendo en cuenta la edad, nivel educacional, nivel socio-cultural, la problemática y conflictiva que presenta, es decir de su sintomatología.
Estudio psiquiátrico: Se acentúa la observación en relación a una sintomatología psicopatológica.
Estudio pedagógico: Es la exploración pedagógico-cultural que revelará datos del historial escolar y de la actitud previa del alumno frente al maestro y a la escuela, de las relaciones entre alumnos.
Estudio laboral: Conocimiento de los antecedentes laborales del interno y de sus intereses y aptitudes para planear el tratamiento como capacitación.
Estudio jurídico: Coordina la elaboración de las fichas de identificación y el prontuario criminológico de cada interno. También controla los datos que aportan conocimientos acerca de la evolución y actualidad de la situación jurídica del interno.
Estudio sobre seguridad: Es el sector encargado de informar al interno sobre su ubicación dentro de la institución. Proporciona la ropa al interno y lo orienta en cuanto a la asistencia a las diversas áreas o departamentos técnicos.
Estudio sobre actividades artístico – culturales: Conocimiento de las actividades que el individuo realizaba anteriormente de índole artístico – cultural y detección de intereses de aprendizaje en tales áreas para su formación individual.
Estudio actividades deportivas: El maestro de deportes realizará el estudio sobre las actividades deportivas practicadas por el interno y las posibilidades de integración a nuevos grupos o actividades deportivas.
Estudio religioso: La actividad religiosa realizada por el interno y su interés en participar de ceremonias, de acuerdo a creencias.
Estudio de la familia: El autor del delito como miembro de un grupo familiar y social.
Estudio del delito: Los procesos individuales, familiares y sociales que llevan al delito.
Estudio victimológico: Relaciones autor-víctima del delito. Familia de la víctima.
ESTUDIO Y ANÁLISIS DEL DELITO: el delincuente proyecta a través del delito sus conflictos ya que esta conducta implica siempre perturbación y ambivalencia. La conducta delictiva posee una finalidad que es indudablemente la de resolver las tensiones producidas. La conducta es siempre respuesta al estímulo configurado por la situación total, como defensa; en el sentido de que protege al organismo de la desorganización, es esencialmente reguladora de tensiones. Toda conducta delictiva es siempre un vínculo, se refiere a otro.
El delito es una conducta simbólica. Este proceso simbólico se impone más claramente en los crímenes cuyas motivaciones extrañas parecen surgir de mecanismos inconscientes.
Toda conducta delictiva, en el momento que se manifiesta, es la “mejor” conducta en el sentido de que es la más organizada que el individuo puede realizar y es la que intenta regular la tensión que siente y que le resulta intolerable. Es un síntoma, es decir una forma de organizar la experiencia, aunque sea de exponerla a la destrucción. Es como una defensa psicológica que utiliza el sujeto como un medio para no caer en la disgregación de su personalidad.
La conducta delictiva es una conducta concreta del individuo, pero el delincuente en su totalidad es más que ese aspecto porque la conducta delictiva es solamente la expresión de su relación con la víctima en un lugar (espacio) y en una fecha (tiempo) determinados. Revela muchos aspectos acerca del delincuente pero no nos explica por qué ese hombre cometió esa conducta asocial. Para aproximarnos a una comprensión de la conducta delictiva es necesario conocer al individuo, su historia y los rasgos de su personalidad, es decir, todos sus aspectos. Esta conducta es siempre significativa, tiene un sentido cuando la relacionamos con la vida del sujeto en las situaciones concretas en que dicha conducta se manifiesta.
Las preguntas que deben plantearse para un diagnóstico y conocimiento criminológico son:
¿qué ha sucedido?
¿quién es la víctima y quién el autor del delito y sus relaciones? Implica la consideración de los estudios de personalidad, la tarea de elaborar el diagnóstico individual.
¿cuándo? Está referido a la conducta que el individuo ha realizado antes de cometer el delito, es decir a los factores desencadenantes o actuales que actúan sobre la disposición. Existe una interacción entre los factores desencadenantes y la disposición en el sentido de que esta última acentúa, promueve, estructura la actuación de determinadas causas desencadenantes y estas últimas pueden a su vez modificar la disposición.
¿cómo? Nos plantea no sólo las circunstancias del delito, de qué manera procedió en su conducta el autor del delito, sino también el grado de participación en la conducta. Es muy importante para el diagnóstico clínico-criminológico el conocimiento de la participación del individuo en el delito. Si ha sido realizado por varias personas, el grado de participación implica abordar el estudio de la psicología del grupo.
¿dónde? Las circunstancias del delito, vale decir sus accidentes de tiempo, lugar, modo y ocasión constituyen datos sobre la capacidad criminal del individuo.
¿con qué? los medios empleados no se refieren únicamente a las armas utilizadas para cometer el delito sino que hacen referencia a todos los instrumentos subjetivos y objetivos que el individuo utilizó para hacer posible la conducta asocial.
¿por qué? se refiere a los motivos que determinaron al individuo a delinquir y esta pregunta nos enfrenta con uno de los problemas más serios que presenta el estudio de la delincuencia, la crimiogénesis. Toda conducta está sobredeterminada, tiene una policausalidad muy compleja que deriva de distintos contextos o múltiples situaciones en los que se halla todo ser humano. Se debe considerar que las “causas” siempre se refieren a un esquema referencial, a un conjunto “recortado” de relaciones sobre el delito.
Las diferentes conductas delictivas en relación a las características de personalidad permiten un conocimiento del diagnóstico del interno:
CRIMINOLOGÍA: ESTUDIO DE LA ESTRUCTURA FAMILIAR
La familia es un grupo que funciona como un sistema de equilibrio inestable o dinámico. Esta estructura familiar, que presenta características propias, contiene una historia familiar única, con un proceso histórico particular y que vive en un marco socio-económico y cultural también determinado contribuye fundamentalmente a la naturaleza de la conducta delictiva realizada por un miembro del grupo familiar.
A lo largo de la vida del niño, tienen influencia decisiva como elementos del medio, los constitutivos del hogar muy particularmente el clima afectivo en que está inmerso, la personalidad de la madre y el carácter de las relaciones con ésta, así como las relaciones entre los padres e hijos y entre los hermanos, las preocupaciones y las relaciones emocionales dominantes. El ambiente material, la situación económica social llega a tener enorme importancia por su repercusión, de ella muchas veces depende el clima psicológico. La insatisfacción de anhelos y necesidades elementales ocasiona fatalmente variaciones del humor, angustia y rozamientos de grave influencia sobre la vida emocional del niño.
Psicológicamente el individuo pertenece a todos aquellos grupos con los que comparte el mismo tipo de conducta. Así el individuo crece como miembro de cierto grupo nacional, con sus tradiciones propias y su fondo cultural. El individuo nace en el seno de una amplia división cultural con sus características. Por lo tanto desarrollará ciertas aptitudes, rasgos emocionales, actitudes y creencias como resultado de su pertenencia a ese grupo. Al individuo se lo puede considerar, en parte, como resultante de su pertenencia a muchos grupos. La individualidad de cada persona en función del fondo de experiencia que comparte se explicaría, por la multiplicidad de grupos que se superponen y con los que el individuo puede identificarse desde el punto de vista de la conducta. Es necesario, entonces, considerar la influencia del hogar, las relaciones con los padres, el clima afectivo, el ambiente materia, la situación económico-social de cada delincuente.
FAMILIA Y DELINCUENCIA:
Familia desintegrada 🡪 es donde se observa más claramente la etiología del delito. Son familias desintegradas por múltiples causas: muerte de uno de los padres, separaciones, abandono del hogar, encarcelamiento del padre, hogar nunca establecido, etc. el niño crece en un ambiente contradictorio que lo conduce a la marginación, a la desconfianza y a la violencia.
Familia integrada 🡪 están todos los miembros importantes del núcleo familiar pero el niño crece en un ambiente con carencias afectivas, la familia se siente indiferente ante el niño o por el contrario lo sobreprotege.
Teniendo en consideración el delito podemos referirnos a diferentes tipos de familias:
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