Definimos el proceso psicodiagnóstico como una situación en la cual interactúan dos o más actores con roles bien definidos y con un contrato en el cual una de las partes pide ayuda y otra acepta el pedido y se compromete a satisfacerla en la medida de sus posibilidades.
Se caracteriza por: duración limitada cuyo objetivo es lograr una descripción y comprensión lo más profunda y completa posible de la personalidad del paciente. Enfatiza la investigación de algún aspecto en particular, según la sintomatología, las características de la derivación y el contexto diferente en el cual se realiza. Abarca los aspectos pretéritos, presentes (diagnóstico) y futuros (pronóstico) de esa personalidad. Dicha investigación debe lograr no sólo la descripción y la comprensión de la personalidad del paciente, sino que además deberá explicar la dinámica del caso tal como aparece en el material recogido, integrándolo en un cuadro total, que incluya los aspectos patológicos y adaptativos a fin de formular recomendaciones terapéuticas y/o de elaborar un informe que reunirá características específicas al ámbito en el cual se esté trabajando.
Momentos del proceso psicodiagnóstico:
Requerimiento inicial: recepción de la demanda hecha por el propio sujeto o por un tercero.
Primer contacto y entrevista inicial con el paciente: primer contacto directo con el paciente, aquí se incluye la primera entrevista.
Administración de tests y técnicas proyectivas: administración de la batería psicodiagnóstica seleccionada previamente y ordenada de acuerdo con el caso; también se incluye aquí el tiempo que el psicólogo debe dedicar al estudio del material recogido.
Cierre del proceso: devolución oral.
Informe escrito al derivador.
La explicación al sujeto de las distintas fases que comprenden el proceso se denomina “encuadre del proceso psicodiagnóstico”. El encuadre consiste en la transformación de cierto número de variables en constantes. La implantación de estas normas proporciona información a partir del uso que el consultante hace de ellas.
La primera tarea del psicólogo será hacerse cargo de la existencia de la definición subjetiva privada (esperanzas, miedos, exigencias, suposiciones y expectativas reales o imaginarias que trae el paciente), que puede ser conocida en parte pero no del todo por él, y para ello deberá realizar el esclarecimiento a través de una nueva definición conjunta de la situación de test, de los objetivos y propósitos; nunca interpretando sino dando información para procurar obtener una “definición objetiva” de la situación de examen.
La entrevista psicodiagnóstica: consideramos a la entrevista como un instrumento fundamental del método clínico y es por lo tanto una técnica de la investigación científica de la psicología. Es uno de los pasos técnicos a dar en la toma de contacto con una persona que dice desear ser ayudada por iniciativa propia o por instancia de otro, con la finalidad de llegar a un diagnóstico de síntesis, al pronóstico y a la orientación terapéutica. Existen diferentes tipos de entrevistas:
Dirigida: las preguntas ya están previstas, al igual que el orden y la forma de plantearlas. Se trata de un cuestionario.
Libre: dicha libertad reside en una flexibilidad suficiente como para permitir en todo lo posible que el entrevistado configure el campo de la entrevista según su estructura psicológica particular.
Semidirigida: característica del proceso psicodiagnóstico y comparte elementos de las antes mencionadas.
En el proceso psicodiagnóstico usamos tres entrevistas:
Entrevista inicial: combina momentos de entrevista libre y momentos de una actitud más directiva inquiriendo sobre aquellos aspectos a los que el sujeto no se haya referido espontáneamente.
Entrevistas de administración de tests: los instrumentos deberán ser lo bastante abarcadores en cuanto a cantidad y calidad de la información para que permitan recoger la mayor cantidad de elementos diagnósticos en el menor tiempo posible. Será muy importante contar con una batería que incluya varias y diferentes tipos de pruebas y además deberá tenerse en cuenta la secuencia en que se administran, ya que esto determinará el monto de ansiedad con el cual se va a trabajar.
Entrevista de devolución.
Batería psicodiagnóstica: los tests: una batería diagnóstica completa debe incluir diferentes grupos de técnicas que guardarán coherencia intra e intertests que permita la validación de la misma. Se recomienda administrarlos en el siguiente orden:
Los tests gráficos : son los más adecuados para comenzar un exámen psicológico, a menos que el examinado sufra serios trastornos orgánicos. Esto permite al sujeto estar más aliviado y además su administración insume poco tiempo y modifica la fantasía con que ha llegado y que generalmente es persecutoria, colaborando también al establecimiento de un buen vínculo con el psicólogo. Bender, HTP, FK, dibujo libre, dibujo de un animal
Luego continúa la administración con una prueba de inteligencia. Weschler o Terman
Se administran luego los tests verbales. Desiderativo, rorschach
Finalmente se toman los temáticos. TAT, Phillipson
Test guestáltico visomotor de L Bender: prueba psicomotora. El material del test consiste en nueve diseños separados. Cada diseño está impreso sobre fondo blanco en una lámina sola. Se le presenta una hoja en blanco y se le pide que copie uno a uno los dibujos. No hay límite de tiempo. A veces se le solicita al paciente que reproduzca de memoria tantos dibujos como pueda. Esta fase investiga la memoria visual y además presenta una situación menos estructurada. Lo más frecuente es que se utilice como recurso para detectar signos de organicidad cerebral.
Test gráfico-proyectivo HTP: el supuesto general es que el dibujo de una persona representa la expresión de sí mismo o del cuerpo en el ambiente. Los principios interpretativos se basan, sobre todo, en la significación funcional otorgada a cada parte del cuerpo.
Test de Rorschach: es un conjunto estándar de 10 manchas de tinta que tienen por finalidad servir de estímulo para la realización de asociaciones. Las pautas de asociación y pensamiento del paciente son entendidas o enfocadas más claramente en razón de que la ambigüedad del estímulo proporciona pocas pistas para respuestas convencionales o estándar.
Test de inteligencia: comprende 11 subtests, incluyendo seis subtests verbales y 5 de rendimiento.
Test de Raven: explora las cualidades de la inteligencia, capacidad de abstracción y adaptación a situaciones nuevas. Determina el grado de cociente intelectual del sujeto analizando cuantitativamente los niveles de desarrollo alcanzados de acuerdo con tablas de estricta estandarización.
Test de apercepción temática (TAT): está compuesto por 30 imágenes y una lámina blanca. La mayoría de las láminas representan personas haciendo así más estructurados los estímulos. El TAT exige que construya o cree una historia. Un aspecto importante de cada historia era la figura con el parecía identificarse el narrador y al que presumiblemente atribuía sus propios deseos, esfuerzos y conflictos. Las características de las personas existentes junto al héroe se consideraban representativas de la concepción que el sujeto tenía de las demás personas existentes en su entorno. Las historias deben ser consideradas desde el punto de vista de la originalidad del tema o de la trama.
Test de completamiento de frases (TCF): las respuestas son útiles para establecer el nivel de confianza con respecto a las predicciones sobre la conducta manifiesta.
Técnica de asociación de palabras: consiste en presentar palabras estímulo al paciente y hacerle que responda con la primera que se le ocurra.
Inventario multifácico de personalidad de Minnesota (MMPI): el inventario se compone de 550 afirmaciones del tipo siguiente: “estoy preocupado por cuestiones sexuales”, a las que el individuo debe responder “verdadero”, “falso”, o “no sé”. Ofrece puntuaciones en las diez primera escalas: 1) hipocondría, 2) depresión, 3) histeria, 4) desviación psicopática, 5) masculinidad-femineidad, 6) paranoia, 7) psicoastenia, 8) esquizofrenia, 9) hipomanía, 10) introversión social. Las catorce puntuaciones finalmente obtenidas se reúnen en un perfil; cualquier puntuación que esté dos desviaciones estándar por encima de la media se considera potencialmente patológica.
Test desiderativo: “¿Qué es lo que más le gustaría ser no pudiendo ser persona?”, como forma de atenuar el impacto de la expresión “Si tuviera que volver a este mundo”, que alude explícitamente a la muerte. Bernstein estructuró un cuestionario de seis preguntas destinadas a recoger tres elecciones y tres rechazos. Cada elección se acompaña de su explicación respectiva. Este test sugiere al sujeto que se aniquile imaginativamente como persona para pensarse como otro ser no humano. Implícitamente, para realizar el test, tiene que imaginarse muerto; por ello resulta un instrumento indicado para explorar la angustia, fantasías y defensas en torno de la muerte y en relación con la integración y fortaleza yoica. La prueba también permite explorar los diferentes tipos de ansiedad que presenta el sujeto, sus elecciones objetales y el tipo de elección que realiza, las defensas implementadas, las diferentes reacciones emocionales, la imagen del propio esquema corporal y rasgos de la personalidad. Las sucesivas muertes que las preguntas del psicólogo hacen imaginar al paciente equivalen, en las respuestas de este, a un orden de aspectos a matar, una escala de valoración desde lo que se anhela conservar ante todo hasta lo que se anhela perder ante todo.
Test de Warteg: analiza las características de la personalidad de base y rasgos psicopatológicos.
Test de relaciones objetales de Phillipson (TRO): técnica proyectiva de estimulación visual y producción verbal. Se basa en la teoría de las relaciones objetales y la hipótesis subyacente es que la persona percibe dinámicamente el mundo que le rodea. En cualquier tipo de interacción con su medio reflejará también los procesos dinámicos a través de los cuales expresa y regula las fuerzas conscientes e inconscientes que operan en su interacción con la situación. Consta de 13 láminas: tres series de 4 láminas cada una y una lámina en blanco. En cada serie hay una lámina con un personaje, con dos, tres y finalmente con un grupo de personas de cantidad no siempre determinada claramente. Cada serie se distingue de las demás por los diversos grados de estructuración del ambiente físico y por el clima emocional que despierta. Estas láminas operan como estímulos que tienden a evocar relaciones interpersonales altamente conflictivas.
Serie A: el mundo humano es vago, el sombreado es claro y el ambiente que muestra carece de detalles. Explora las relaciones de objetos de dependencia muy temprana y su vinculación con el contacto físico y sensitivo.
Serie B: presenta el contraste de blanco y negro y los matices de gris. Los trazos son definidos. Los elementos de esta serie están perfectamente delineados, los objetos muestran una estructura definida en lo referente al contenido de realidad. Esta serie enfatiza el clima de amenaza y frialdad.
Serie C: el mundo humano presentado en esta serie es más realista, el ambiente más rico en detalles y la presentación, menos definida que en la serie B pero más que en la serie A. el color está utilizado con dos modalidades: INTRUSIÓN o DIFUMINADO para reducir el desafío emocional que implica su inclusión. En general los colores de esta serie sugieren: calidez, frialdad, temor o enojo, enfermedad, daño o animación.
Test de apercepción infantil (CAT-A): son 10 láminas compuestas específicamente por personajes animales y otros ligeramente antropomórficos. Las láminas exploran: problemas de alimentación, rivalidad entre hermanos, complejo de Edipo y escena primaria, agresión, miedos, masturbación, hábitos de limpieza, etc. Bellak propone un análisis interpretativo en función de 10 variables: 1) tema principal, 2) héroe, 3) las figuras son visualizadas y se reacciona frente a ellas como…, 4) el héroe se identifica con…, 5) figuras, objetos y circunstancias externas introducidas, 6) objetos o figuras omitidas, 7) naturaleza de las ansiedades, 8) conflictos significativos, 9) castigo por un crimen, 10) desenlace.
Hora de juego diagnóstica: el fin es conocer la realidad del niño que traen a consulta. Expresa sólo un fragmento de su repertorio de conductas, reactualizando en el aquí y ahora un conjunto de fantasías y relaciones de objeto que se sobreimpondrán al campo del estímulo. La hora de juego diagnóstica engloba un proceso que tiene comienzo, desarrollo y fin en sí misma, opera como una unidad. A partir de la observación de la actividad lúdica, el psicólogo podrá evaluar la adecuación del niño a la realidad y por ende su estructuración psíquica. Deben tenerse en cuenta los siguientes indicadores: 1) la elección de juguetes y de juegos, 2) la capacidad simbólica del infante, 3) la modalidad en la elección de objeto, 4) las relaciones de objeto que establece, 5) la motricidad, 6) la creatividad, 7) la tolerancia a la frustración.
Tests neuropsicológicos: el uso de estos tests sirve para validar los hallazgos basados en impresiones de la exploración clínica general y aportan información adicional acerca de otros aspectos del intelecto y de la personalidad. Un ejemplo de pruebas específicas es la Escala Weschler; Stanford-Binet, Batería de Halstead-Reitan, en las que una ejecución significativamente inferior a lo esperado debería suscitar la posibilidad de una lesión cerebral.
Importancia del psicodiagnóstico en los diferentes ámbitos de utilización:
Área educacional: los problemas más frecuentes son la prevención y/o psicodiagnóstico de problemas de aprendizaje y la orientación vocacional. El nivel de maduración para el aprendizaje depende del complejo interjuego de factores intelectuales, emocionales y el equipo biológico que el niño trae al nacer. En toda evaluación debe develarse el por qué y el cómo del problema de aprendizaje. El “por qué” consiste en las condiciones que han hecho posible que el sujeto eligiera esa sintomatología y no otra. El “cómo” es la peculiar modalidad por medio de la cual el pensamiento inhibe la función o la tergiversa con comportamientos cognitivos, confusos o lábiles. Para orientar a un sujeto en su elección vocacional se intentará lograr un perfil lo más objetivo posible que integre una multiplicidad de datos respecto del nivel, habilidades e intereses a fin de sugerir a partir de allí las posibles carreras en las cuales el sujeto podrá tener éxito, también se tendrán en cuenta las áreas de conflicto que dificultan la elección, las identificaciones, ansiedades y fantasías, a fin de ayudar al cliente a arribar a una elección lo más autónoma y certera posible.
Área Laboral: el rol del psicólogo como asesor institucional o experto en capacitación y desarrollo, también realiza la selección de personal o evaluación de recursos humanos. La finalidad de esta evaluación será el diagnóstico de una situación total de individuo y empresa y el énfasis estará puesto en el pronóstico de desempeño del individuo. El objetivo es hallar la persona más cercana al ideal para cada puesto perfilado en la descripción de la tarea.
Área Forense: las personas a ser evaluadas, son citadas por un tercero, por lo que la tarea también requiere del psicólogo un claro conocimiento acerca de las preguntas específicas que el derivante desea que la evaluación y los test le ayuden a responder. Los rasgos esenciales a evaluar tendrán diferente relevancia según se trate de hacer un diagnóstico diferencial.
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