sábado, 17 de julio de 2021

El concepto de sinthome, ¿Es útil para la clínica?

El término sinthome es una forma arcaica de la palabra síntoma (symptome), que Lacan propuso en 1975 como título al seminario 23.
Un año antes había dicho que el síntoma solo podía definirse como el modo en que cada sujeto goza de su inconsciente, en la medida que el inconsciente lo determina. De esta manera, estableció un pasaje del síntoma como mensaje a descifrar al síntoma como puro goce que no se dirige a nadie. En este sentido, el sinthome es una formulación significante inanalizable, se trata de un núcleo de inmune a la eficacia de lo simbólico.

En el seminario del 23, el sinthome aparece como un cuarto anillo a la tríada de los registros real, simbólico e imaginario en el nudo borromeo. 


La función de este cuarto anillo es la de mantener unido a un nudo que permanentemente amenaza con deshacerse. Lacan lee a la escritura de Joyce, como un sinthome, un cuarto término que mantenía unido al nudo norromeo RSI, evitando el desencadenamiento de la psicosis. Es decir, aquí el arte de la escritura le servía a Joyce como suplencia.

El sinthome es lo que permite vivir y organizar singularmente el goce, por lo que no requiere una disolución analítica. Todo lo contrario, la tarea del análisis es llevar a la identificación con el sinthome.

Ahora, el concepto de Sinthome, ¿sirve para atender en la clínica? ¿nos suma algo para pensar el tratamiento de nuestros pacientes? ¿supera al concepto de sublimación en Freud?

El concepto de sinthome orienta episetomológicamente, como también nos orientan los conceptos de neurosis, psicosis y perversión. En realidad, no hay estructuras clinicas netamente separadas con bordes y diferencias claramente establecidas y con direcciones a la cura diferentes. El seminario 23 intenta plantear una dinámica de continuidades entre la neurosis, la psicosis y la perversión. Ahora, ¿En qué supera esto la formulación de Freud de 1927 en El fetichismo? Freud dijo allí que no era tan correcto hacer una división tajante entre neurosis y psicosis a la manera de un modelo botánico que pone etiquetas. Las distinciones no son tan netas y hay que tener cuidado si estas clasificaciones no determinan que un tratamiento sea efectivo o no.

Uno de los maestros de Freud, Wilhelm Griesinger, en 1845 dijo que hay que tratar al enfermo y no a la enfermedad. Tratamos con personas y no con estructuras. Tampoco tratamos con sujetos, pues este es un concepto técnico para hablar de la sujeción inconsciente. Lo mismo pasa con el fantasma, que no es algo que existe a priori sino que se construye, o con el significante, que es algo que se produce por la intervención del analista en la transferencia, cuando interpreta y "entromete significante" (Televisión).

Ahora, ¿Qué aporta el sinthome? No demasiado... Podríamos pensar que la formación reactiva de un neurótico obsesivo es un sinthome, porque le coagula su identidad e imaginariamente le arma una forma de ser, pero de manera defensiva contra algo que hay que descubrir qué es. Otro de los puntos es que el sinthome se suele utilizar en la clínica de la psicosis y no en la clínica general. Si seguimos la idea lacaniana, resulta que el síntoma también nos anuda, aunque la tarea analítica sea el desanudamiento. En el caso de Joice, un desanudamniento implicaría el desencadenamiento.

También se habla del sinthome como un saber hacer con el goce del síntoma, lo cual en nada agrega al concepto de sublimación, que tiene que ver con el momento de atravesar el fantasma. Veamos de qué manera.

El fantasma es una fórmula lógica que intenta dar cuenta de la pluralidad de fantasias que tenemos los neuróticos y que articulan una posición inconsciente (sujeto) con una modalidad de sufrimiento:

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El objeto a, antes que nada, significa la angustia y la satisfacción pulsional, el goce. El fantasma muestra la posición subjetiva, que es simbólico, imaginaria y real. Por la repetición de ciertos patrones, nuestras vidas están determinadas y al fantasma hay que atravesarlo muchísimas veces para que en cada vuelta se reduzca, con suerte, el sufrimiento implicado en esa posición. Y esto no es un tema de racionalización, no se trata tan solo de saber el porqué, sino de un cambio real interno en la posición de esa persona.

Recordemos, finalmente, que el concepto de sublimación apunta a la cuestión energética, porque es un destino de la pulsión. El ello no es una entidad abstracta ni racional, sino que es orgánico, corporal y tiene un punto de intraducibilidad. La idea de "ello" es que algo está por fuera de la palabra y el lenguaje. En e caso de la psicosmática, vemos que el ello se manifiesta en una enfermedad física y que la operatoria tiene que ser simbólica para poder hablar de eso como un conflicto interno.

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