viernes, 24 de octubre de 2025

Cómo distinguir el síntoma del fantasma

 La importancia de Diferenciar el Síntoma y el Fantasma en la Clínica

El síntoma irrumpe con malestar: se manifiesta en el cuerpo, en la conducta, en los pensamientos. Duele, desconcierta, limita. Es una formación del inconsciente, donde lo reprimido retorna disfrazado. El síntoma se padece.
Aunque están íntimamente ligados, el síntoma y el fantasma no son lo mismo.

El fantasma, a diferencia del síntoma, se manifiesta como una escena psíquica repetitiva—aunque no seamos conscientes de ello—, y en la que siempre ocupamos un mismo lugar subjetivo, incluso si su efectuación nos genere sufrimiento.
 
¡¡Punto Clave!! 
“El síntoma es la punta visible del iceberg; el fantasma, la trama invisible que lo sostiene.”

¿Qué implica Habitar un lugar en la Escena Fantasmática?
Habitar la escena fantasmática es ocupar un lugar fijo dentro de una estructura inconsciente que responde a la pregunta por el deseo del Otro, organizando el deseo del sujeto y protegiéndolo de la angustia que este le genera.

La pregunta fantasmática que suele orientar ese posicionamiento subjetivo puede ser: ¿Soy quién te salva? ¿Soy quién te falta? ¿Soy el culpable? ¿Soy el rechazado? Estos lugares se ocupan sin conciencia ni elección, por el contrario se inscriben en una línea continua de repetición.

 
¡¡Punto Clave!!
Habitar esta escena fantasmática ofrece cierta estabilidad subjetiva. Sin embargo, esta "seguridad" es protección y cárcel porque su fijeza y repetición impide la experiencia de un deseo diferente y más propio del sujeto, que es la causa de su malestar y sufrimiento. 

¿Cómo se presenta el Fantasma en las distintas Formas Clínicas de la Neurosis: Histeria, Obsesión y Fobia?


a. En la Histeria, el fantasma se configura como una escena en la que el sujeto se ofrece como objeto del deseo del Otro, sosteniendo su falta, sin asumir su propio deseo.

b. En la Neurosis Obsesiva, el sujeto se posiciona como quien piensa y controla el deseo del Otro, postergando y/o evitando el acto que expresa su propio deseo.

c. En la Fobia, el fantasma no se halla plenamente estructurado. El objeto fóbico cumple la función de localizar y anclar la angustia, evitando que lo real irrumpa sin mediación.


El Síntoma: ¿Qué nos revela?

Para S. Freud, el síntoma es una formación del inconsciente que surge como compromiso entre un deseo reprimido y las defensas del yo. Se manifiesta en el cuerpo o en la conducta —a través de actos, movimientos, sensaciones o síntomas físicos— y provoca sufrimiento en el sujeto. Aunque es una expresión simbólica del deseo reprimido, el síntoma genera malestar intenso y revela el conflicto interno que atraviesa al sujeto. 

¿Qué hace el analista frente al Síntoma?

El analista escucha el síntoma como una formación del inconsciente que condensa un conflicto entre deseo y defensa. Su intervención consiste en leer su lógica, ubicar su función en la economía psíquica y producir interpretaciones que desestabilicen su fijación. Interpretar el síntoma implica hacer emerger el deseo reprimido que lo sostiene. No se busca suprimir el síntoma, sino transformar la posición del sujeto frente a ese malestar. 
 
¡¡Punto Clave!!
Interpretar el síntoma no implica eliminarlo, sino abrir interrogantes allí donde hay repetición, haciendo lugar a la pregunta por el deseo que lo sostiene. 

¿Por qué el Síntoma se interpreta y el Fantasma se atraviesa?

El síntoma se interpreta porque su sentido simbólico permite al sujeto tomar conciencia del deseo reprimido que lo sostiene y modificar su repetición.

En cambio, el fantasma no es una representación sino una ficción que estructura la posición del sujeto frente al deseo del Otro. Por eso, no puede ser abordado como una instancia sólo significante.
 
¡¡Punto Clave!! 
Atravesar el Fantasma implica desarticular esa ficción y la repetición que fija al sujeto, abriendo nuevas formas de relación con el deseo. 

¿Qué sucede cuando el sujeto atraviesa el Fantasma?

Cuando el sujeto atraviesa el fantasma, se produce un desplazamiento en la identificación que sostenía la ficción estructurante del deseo del Otro.
 
¡¡Punto Clave!!
El atravesamiento del fantasma posibilita la aparición de un deseo singular, más allá de la repetición del mandato inconsciente que hasta entonces lo anudaba. Así, el sujeto puede liberar su goce y resignificar su experiencia subjetiva.

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