Escrito por Eduardo Urbaj. Reescritura de la Conferencia: “Los Nombres del Padre”. Centro Dos, 13/6/17
Lacan, siguiendo de cerca a Freud, tempranamente en su enseñanza va a elevar al Padre al estatuto de un significante privilegiado y excepcional que cumple una función determinante en la constitución subjetiva y de cuya presencia o ausencia dependerán los destinos de la estructura por venir.
En el seminario 3 conceptualiza con rigor el Significante del Nombre del Padre, y en los dos años siguientes desarrolla el valor de lo que va a llamar la metáfora paterna. Es un tiempo en la enseñanza de Lacan en donde le da primacía a lo simbólico.
Lacan va probando distintas fórmulas para situar la metáfora paterna y en la clase 9 del seminario V la escribe de un modo que se ha difundido ampliamente. Voy a partir haciendo un breverepaso de la misma como trampolín para tomar impulso y llegar finalmente a ubicar la cuestión de las consecuencias clínicas de pasar del NP a hablar de Los Nombres del Padre, en plural. Trataré de dar cuenta de por qué 20 años después Lacan pluraliza al NP y qué nos enseña e ilumina esto para pensar nuestra clínica.
Para ubicar esta formula hay que situar a un recién venido al mundo que no sabe nada sobre su ser, y a quien nombramos como una X, un bebe que sólo puede ocupar un lugar en este mundo como sujeto a advenir en relación al deseo de una madre.
DM/x
Pero esta madre porta un deseo atravesado por la ley del padre.Lacan lo escribe así: arriba NP Nombre del Padre y debajo de la barra el Deseo de la Madre. NP/DM
Y arma una equivalencia: y pone del otro lado NP(A)/FALOO sea igual o equivalente a Nombre del Padre en términos del Otro sobre el falo.
Esta x es también una incógnita, la pregunta angustiante pordefinición ¿qué me quieres? , porque en ella se juega el destino del ser del sujeto; es la pregunta de como estoy yo implicado en el deseo de mi madre. Pregunta crucial para la existencia porque de los cuidados maternos depende enteramente ese bebe para su supervivencia y constitución subjetiva. ¿Como se da la entrada del sujeto en la estructura? El nacimiento del sujeto dependerá de si habrá habido o no allí una madre (o cualquier sustituto que cumpliera es función) que lo esperaba para restañar su falta fálica. Y si hubo el NP en la madre, el NP va a reprimir el deseo de la madre y de ese modo divide al Otro (A) por el Falo. El Falo viene a ser aquí lo que divide al Otro.
¿Que soy en el deseo de mi madre?: un falo. Es condición para que el sujeto pueda darse esa respuesta que la función paterna esté en operaciones. Entonces ya no es el falo que la madre tiene sino el que la divide.
El nombre del padre es un suplemento (¡puede no estar!) que al ocuparse de reprimir el deseo de la madre va a liberar al sujeto de lo angustiante de ser esa X. En el deseo del Otro el sujeto no sabe cómo está implicado ¿y si el otro quiere que yo sea un objeto comestible? Lacan ilustra esta dimensión cuando comenta lo que la mantis religiosa hace con el macho en la cópula: se lo devora. En N.P. el sujeto encuentra una respuesta.
Una de las significaciones que Lacan toma para el Nombre-del-Padre, es la idea de algo que se hace no en nombre propio sino “en nombre de...” Lacan lo toma de Moisés, quien acepta hablar a su pueblo “en nombre de Dios”. Pero cuando Moisés quiere “saber” en nombre de quién él hablará, Dios le responde con esa frase enigmática “Soy lo que soy” o “seré lo que seré”, que pone un punto final allí donde se acaban las explicaciones y la función del padre se figura en esta enunciación cortando el goce. Como cuando un padre le dice a su hijo que pregunta por qué y por qué. Porque lo digo yo y punto. Se acabó.
Entonces en NP el sujeto encuentra una respuesta que lo alivia: lo que la madre desea es el falo, lo que le falta, y en ese punto la función fálica se articula a la castración. Hay pasaje de goce fálico a significación fálica. Quiere hacer de mi lo que le falta, pero en tanto falo no podré cubrir su falta más que parcialmente. Si el padre como función está operando el lugar de la falta no va a quedar obturado.
La significación fálica permite el encuentro con la medida. La medida fálica pone al deseo a transitar ya que establece como ley irreductible que entre el placer esperado y el encontrado siempre habrá una distancia. La medida fálica es la imposibilidad de la completud.
Pero para ubicar con precisión como se hace eficaz la presencia del Nombre del Padre hay que tener muy presente que el NP no es un dicho sino un decir. Tiene valor solamente si es una enunciación. Incluso puede enunciarse sin tener un enunciado. Y el Nombre del Padre inicialmente lo tiene que transmitir la madre en sus propios dichos. Es por amor que una madre va a privarse de hacer de su hijo totalmente su falo. Si no, lo devoraría. Porque es su falo lo va a recibir y va a tener un “deseo de madre”.
Si el Nombre del Padre está operando en esa madre, a su vez sabrá por amor evitar hacer de ese niño plenamente un objeto de su goce fálico. Va a haber una posibilidad para ese niño de ubicar en ese deseo de la madre, que él no está implicado allí completamente. Hay un resquicio donde la madre desea otra cosa y él no está llamado a llenarla plenamente. Y así- el DM articulado al NP- va a propiciar la vía de entrada del lenguaje y de la pulsión.
Y cuando el lenguaje “entra” produce un agujero en lo Real del cuerpo. Ese recien venido al mundo advendrá como recién nacido. Nacido como sujeto supuesto a lo Real. Lo Simbólico es un agujero en lo Real. Y al mismo tiempo produce lo Real. Antes no hay Real hasta que el lenguaje no lo agujerea. Lo real existe a partir de que tiene un agujero. Es una cuestión lógica. Antes no hay real porque no hay diferencia.
Se trata de un significante que puede faltar, puede estar forcluido, lo que determina las psicosis. Mucho después Lacan lo va a escribir de otro modo: como un conjunto al que se le extrae un significante, que queda así en el borde, mientras todos los demás quedan dentro del círculo, pero no ya en confusa colección donde “todo es lo mismo”, sino ordenados.
Ahora bien, el nombre del padre hace lo que puede con el deseo de la madre, porque Lacan dice que el NP nunca logra tachar completamente al deseo de la madre, porque si no seria absolutamente exitoso.
El Nombre del Padre no logra que se arregle todo y necesita complementos. ¿Cuales son? Los que Lacan llama Los Nombres del padre. Lacan va a decir que los tres del Nudo (Real, Simbólico e Imaginario) son nombres del padre, los “nombres primeros en tanto que nombran algo”... Y si se anudan al modo borromeo, ese anudamiento, el borromeico es el nombre del padre. Por eso si el nudo del sujeto es borromeo no es psicótico.
Pero también va a ubicar a los tres de Freud como Nombres del Padre. ¿Cuáles son los tres de Freud? Inhibición, síntoma y angustia, y es en estos tres que nos vamos a detener para desarrollar por qué tienen el valor de ser nombres del padre y veremos cómo esto nos orienta en la clínica.
El Nombre del Padre no logra que se arregle todo y necesita complementos. La Inhibición, el Síntoma y la Angustia son Nombres del padre porque cumplen una función equivalente a la que el NP pretende llevar a cabo: van a complementar lo fallido de la función del Nombre del padre.
Así como Lacan pasó de hablar de el nombre del padre a “los” Nombres del Padre, también pasó de hablar de “el” goce a “los” goces. Y también distinguió tres en el nudo aunque agregó un cuarto –goce femenino o el Otro goce”– que allí no es ubicable. Los tres goces son: El goce del Otro, el goce fálico y el goce sentido. Veamos como Inhibición, Síntoma o Angustia en las neurosis, vienen a ser complementos, refuerzos de este suplemento que es el Nombre del Padre.
Cuando el goce fálico avanza sobre lo Real amenazando con tragarse su agujero, pretendiendo recubrir completamente lo Real con la maquinaria significante, lo Real reacciona produciendo síntomas. Como ejemplo podemos situar el calentamiento global, o los tsunamis, como un síntoma del avance del hombre sobre la naturaleza sin respetar su homeostasis. O como se altera el clima de una zona donde se hacen diques sin calcular el efecto que pueda tener sobre la ecología. Yendo a nuestra clínica, podemos ver como en la fobia se ve muy claro que ese síntoma es un decir que NO a ser el objeto del Otro. Un freno al avance del goce fálico que al chico le llega como goce del Otro. El nombre del padre es siempre un decir que no. Un No al deseo de la madre. Tomemos el caso de Juanito: al tenerle miedo a los caballos Juanito domestica el temor a ser tragado por la madre. ¿Como lo vestía la mamá a Juanito antes de irse a dormir? Le ponía un pijama enterizo para que Juanito no pudiera meter la mano y masturbarse cuando se quedara sólo. La enunciación es “todo el goce es con mamá”. Después tenemos al padre de Juanito que tiene ciertas dificultades para decir algo que corte este lazo incestuoso y libere a su hijo de estar al servicio de completar a la madre…
El nombre del padre es un decir que NO, una enunciación que efectivamente tenga el valor de una voz de trueno que corte el goce fálico de la madre que para el niño es puro Goce del Otro. (No hay circularidad recíproca entre los goces).
La fobia a los caballos no hace sino restituir lo fallido de la metáfora paterna. Allí donde Juanito no encontraba en el padre un decir que No al deseo de la madre y a su propia tentación de ir hacia la madre, que era lo que ya lo angustiaba, encuentra un freno al incesto en el miedo a los caballos. Es habitual poner el énfasis en ubicar al caballo como sustituto del padre, lo cual es correcto. Pero se pierde de vista que en gran parte del historial Juanito habla del caballo como sustituto de la madre. Juanito habla del caballo como portador de un gran pene y le supone uno igual de grande a su grande y adorada madre. Es muy interesante la resolución del caso en el punto en el cual Juanito justamente puede a través de la interpretación de Freud hacer pasar el caballo de la madre al padre. Hay una visita de Juanito con el papá a Freud en el que Freud le pregunta, ¿cómo era el caballo? y Juanito dice que tiene bigotes y anteojera y Freud le dice: “mira a tu papá”, y el papá tenia bigotes y anteojos. “Tu papá es el caballo”. Queda ubicado el lugar de la interdicción en el padre, como aquel que va a frenar los deseos incestuosos, que no es otra cosa que la imaginarización de la posibilidad de una satisfacción plena. El incesto se nos presenta en cualquier figuración de una satisfacción plena, ahí donde uno se imagina un objeto que colme de goce plenamente, va a aparecer inhibición, síntoma o angustia.
Un síntoma, por ej. si se trata de un encuentro sexual y se imaginariza que ese encuentro va a ser pleno, como estar en el paraíso, se vuelve incestuoso y va a aparecer algún síntoma, impotencia, eyaculación precoz, etc… o va aparecer la angustia o la inhibición.
Ahí donde una mujer es absolutamente idealizada se produce la inhibición para poder abordarla. En este punto la inhibición te pone a salvo del objeto incestuoso, del objeto peligroso, allí donde alguien va a quedar tomado como objeto de goce. Lacan en el nudo distingue estas tres modalidades de la defensa en relación a matices diferentes del goce. La inhibición le pone freno al goce sentido. Protege al sujeto de un mal temido imaginarizado en un encuentro cargado de un sentido pleno, la figuración de una satisfacción sin límites. “Haceme lo que quieras” fue la frase que paralizó a un hombre que creía saber cómo brindarle satisfacción a una mujer. Y lo dejó impotente. Inhibido para abordarla. El podía desplegar su potencia fálica mientras su mirada estaba puesta en complacerla, pero la pregunta por qué es lo que él desea, con el otro ofrecido allí como un objeto a su disposición lo deja perplejo enfrentado a un universo de goce infinito, sin límite, y la inhibición lo proteje de tener que abordar una misión que le resulta imposible de acotar.
Podemos trazar algunas equivalencias, porque la angustia que te detiene, al señalizar el objeto que sos para el goce del Otro cumple una función muy importante. Hay que ser muy cauteloso antes de levantar un síntoma o empujar a un paciente al acto allí donde hay una inhibición. No hay que apresurarse a levantar ese síntoma o esa inhibición sin haber visto antes cual es la función que esa inhibición, ese síntoma o esa angustia está cumpliendo para ese sujeto.
Un clásico, caso real de un analista, el caso de una mujer que tenia fobia a viajar en avión, es una fobia típica. No era un gran problema para ella. Era una mujer encantadora. Pero se pone de novia con un importante empresario, que al principio la banca, van en auto pero la quiere llevar a Europa, etc. Fue a hacer un tratamiento cognitivo conductual y en un tiempo no muy extenso ella supera esta fobia y comienza a volar. Lo que empieza a pasar es que hace un rasgo de carácter. Esta mujer divina, encantadora empieza a tener ataques de mal humor y se convierte en una bruja insoportable. No sé si fue así, pero el marido habrá pedido que le devuelvan a la fóbica porque podían viajar por todo el mundo pero ella había perdido todo su buen humor. Es un caso verídico. No sé como se las arregló el analista, pero es un buen ejemplo de lo que puede pasar cuando se levanta el síntoma sin ubicar previamente la función que tiene en la estructura, qué valor tenía para ella de freno de vaya uno a saber qué moción pulsional reprimida.
Cuando el goce del Otro avanza como un Real imposible de simbolizar amenazando devorarse al agujero del registro imaginario, la estructura, si responde, lo hará con el desarrollo de la angustia que cumplirá así la función del NP. Alli donde el otro pretende saber qué te conviene, qué es lo bueno para vos, qué es lo que tenés que hacer, y quedás momentáneamente indefenso, a merced del Otro, la estructura psíquica va a detectar el peligro de quedar sometido, avasallado por el Otro, y ese peligro va a ser señalizado por la angustia. La angustia te frena, es un no. No a ese poder que el otro quiere ejercer sobre vos.
Durante años hubo un programa famoso en TV de nombre “José Match”, que conducía un tal José María Listorti, un personaje que se hizo famoso por su capacidad para armar escenas perversas en las que gozaba a sus invitados hasta el límite de lo que eran capaces de soportar. Posiblemente muchos lo conozcan porque tenía mucho rating lo cual es un dato interesante para un psicoanalista: La atracción que ejerce lo que Freud llamaba “la pulla indecente”: en el programa traía chicas de otro país para que no lo conocieran y había cámaras ocultas, y las hacía participar de un supuesto concurso de un programa de televisión e iba in crescendo el grado de burla y humillación al que las iba sometiendo con insinuaciones obscenas y todo tipo de groserías. Y estas chicas van dejándose someter y se va viendo en sus caras cómo están cada vez más angustiadas. La joda era ver hasta donde aguantaban. Cuando decían basta y explotaban les decían que era una cámara oculta. Es una escena perversa porque el perverso busca la angustia del otro. Ahí se ve como la angustia empieza a hacerse presente hasta que finalmente la frena. En algunos casos es impresionante ver que están visiblemente angustiadas pero aún así siguen soportando la humillación… porque están en un programa de TV.
Un caso particular donde se ve muy bien la función de la angustia como nombre del padre es en los llamados ataques de pánico. Justamente porque en esos fenómenos la angustia falta a la cita y nada detiene el avance del goce. Es un colapso temporal de la función del Nombre del Padre porque la angustia no señaliza el peligro que implica para este sujeto haber quedado atrapado en alguna situación donde él está allí como un objeto de goce del Otro: lo que tenemos en general es una estructura que ha eliminado la angustia como mecanismo de defensa.
El ataque de pánico se desencadena cuando se carece del recurso de la inhibición, del síntoma o de la angustia para hacer una barrera frente al avance de los goces. Para terminar podemos redondear ubicando esta pregunta ¿Por qué relacionar Nombre-del-Padre y agujero? ¿Cuál es la importancia de tal hecho? Lacan habla de los agujeros, los ubica en el nudo, parecía estar planteándose una pregunta muy interesante: ¿Qué puede hacerse con un agujero?...
Topológicamente, no son demasiadas las posibilidades que da un agujero: obturarlo, hacerlo “desaparecer”, hacerlo reaparecer (y que recobre su vigencia) si está obturado, recorrer su borde para lograr connotar algo de lo abismal que todo agujero implica... Los agujeros tienen algo de irreductibles, porque a pesar de las operaciones que se realicen para su “obturación”, ésta será ineludiblemente fallida. Entonces allí donde falla la función del NP, un agujero que debe permanecer abierto y semi-velado queda obturado y si la estructura responde, los mecanismos de restitución de lo fallido de la metáfora paterna, tomarán el valor de Nombres del Padre.
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