Narcisismo, amor y sexo se hilan muy fácilmente, pero también se confunden porque su límite es bastante impreciso, tanto en la obra de Freud como en la de Lacan. Los 3 tienen en común que se prestan fácilmente para ser tematizados ideológicamente. La experiencia del amor y del sexo son suficientemente conmocionantes como para que en todas la culturas haya algo que intente normativizar y encarrilar estas experiencias. Por ejemplo, en el Código Civil está la reglamentación del matrimonio, que debe concretarse con la relación sexual. ¿Por qué tanta necesidad de que la moral sexual y amorosa tengan que estar tan establecidas?
Hay un camino simple pero pobre, que es expresar que en el sistema capitalista es importante la estabilidad de la sociedad, de las relaciones y de la familia. Kraepelin llega a concebir algo bastante cercano a la verdad, que es la relación entre la psicosis y la familia del psicótico. Tiene razón en eso, algo pasa en la familia. Sigue el mismo camino que Charcot, quien le dio tanta importancia a la educación de las madres, que puede tematizar la histeria. Los pensamientos de Kraepelin fueron tomados por el nazismo, en el sentido de que la estabilidad familiar debía ser una condición necesaria para el sistema capitalista. Entonces, la educación y la normatividad de esto hacían que fueran eliminados lo homosexuales, por ejemplo. No digo que Kraepelin fuera nazi, porque él era de una época anterior, aunque su pensamiento haya tenido que ver con la política sexual y educacional del nazismo.
Podemos definir a la ideología como un sistema que permite hacer pasar lo cultural por natural. Un obrero puede pensar que es natural ir a trabajar a una fábrica y que lo exploten, o que es natural casarse. O que si se tienen relaciones sexuales placenteras se tienen que enamorar y convivir. Estos deseos no son espontáneos ni naturales, tienen que ver con la cultura y con normas muy precisas establecidas en relación a esto. Una pareja tiene que ser de 2, no puede ser de 3 o 4. O la orientación sexual de cada uno.
Hay una fuerte tendencia a asociar un tipo de elección u orientación sexual con el ser. Y sabemos que la pasión del ser en occidente es fatal, causa de mucho sufrimiento. Una persona puede tener fantasías homosexuales, actos homosexuales o amores homosexuales. Eso tiene que ver con el deseo, el amor y el cuerpo. Ahora, “ser homosexual” no tiene que ver con estas cosas, ni con la pulsión, ni el deseo ni nada, tiene que ver con el ser. Si se hace vacilar el ser, aparece la angustia. Para la clínica es muy importante una expresión uruguaya, que es que si alguien viene y dice que es homosexual, heterosexual, yo le digo “Bueno, si usted lo dice...”. O sea, usted es el dueño de decir que cree ser, pero es una idea del ser parmenídea: el ser en Parménides es uno, único, nunca empezó ni nunca termina y es contínuo. Mucha gente dice “A los 5 años me di cuenta que era homosexual” por esto y por lo otro. No dice “Empecé a…” o “me gustó la idea de…”, sino que dicen que eran. Nunca empezó ni terminó, siempre va a ser así y es obligatorio. Para los psicoanalistas, es muy importante no creer y no asociar ninguna cuestión al ser.
Hubo una discusión acerca de una afirmación de Lacan de que el analista aparece al final del análisis. Muchos tomaron esto como que había que analizarse antes de ser analista. No hace falta haber atravesado el fantasma ni un análisis demasiado avanzado para empezar la clínica, pero sí es fundamental e ineludible la posición del sujeto en relación al ser. Si el analista cree en el ser, entonces es muy complicado porque se le van a atribuir muchas cuestiones del ser en la transferencia. Un paciente tiene derecho a creer lo que quiera ideológicamente, en el ser y en sus distintas formas. Lo importante es que el analista no se lo crea. Esto no es reemplazar una moral por otra, sino que el analista no se crea la cuestión del ser, porque es condenatorio respecto de su analizante.
El analista tampoco debe creerse de todas las cosas que parecen naturales. En el seminario del saber del analista, Lacan discute con Simone de Beauvoir, El segundo sexo, libro clásico del feminismo, porque si uno plantea que hay un segundo sexo, está haciendo consistir al primer sexo. Lacan dice que no hay 2 sexos, que estamos acostumbrados a pensar en el apareamiento biológico de los animales. Los animales se aparean y nosotros nos creemos que si tenemos relaciones sexuales nos estamos apareando. Esto no es propio de nuestra especie, el concepto de instinto consiste en pensar que hay una misma conducta en todos los miembros de una misma especie respecto del mismo estímulo. En la especie humana el instinto está especialmente roto. Hay una sexualidad y entonces uno se la puede agarrar con una persona del mismo sexo, del opuesto, con una columna o solo. Es muy difícil encontrar esto de la misma conducta desencadenada por el mismo estímulo en todos los miembros de la especie humana. Tenemos que hacer una limpieza ideológica. Hay que cuidarnos especialmente de ideologías como que si una pareja dura más, es mejor. El ideal de duración implica que la duración sea un valor positivo. Y en realidad que una pareja se detenga no es una cuestión de fracaso. También se asocia la vida en pareja con la salud. ¿Cómo está fulanita? - Muy bien, está en pareja. Hay que ver qué pareja y si está sola, no es que tenga un defecto.
Si hay algo que se fractura, es el narcisismo, la imagen del yo. Quiero aclarar que si uno interpreta por el lado del narcisismo, siempre la pega. No hay situación que no suponga al narcisismo, por eso la pega pero no logra decir nada. No se debe usar al narcisismo en lugar de la causa “lo hizo por narcisista”.
La forma que adquiere la relación amorosa a lo largo de la historia ha ido cambiando. Algo siempre queda de ese discurso en toda esta historia. Esto nos sirve para relativizar la idea del amor.
Safo.
Una vez en la AFBA estábamos empezando a ver el seminario de la ética con Antígona y convocamos a una persona que sabía muchísimo de la cultura grecolatina. La subjetividad con la que nosotros trabajamos es una subjetividad post-cartesiana. Lo que nosotros entendemos por sujeto es algo que tiene que ver con la instalación de la burguesía en el poder y con el racionalismo planteado por las tradiciones cartesianas.
¿Pero cómo imaginar una cultura previa? Sólo podemos imaginarla por los textos, entonces esta persona contó que había recibido en la guardia a una mujer que había hecho un intento de suicidio buscando a un tal Osvaldito el colectivero. Ella estuvo de una punta a la otra, pasando de un colectivo a otro buscando a Osvaldito. Al no encontrarlo, hizo un intento de suicidio y llegó a la guardia. Las guardias eran lacanianas y hubo una discusión acerca de la mirada, la voz, etc. Ella se preguntaba qué tiene que tener una persona para que con su presencia o ausencia alguien decida estar vivo o suicidarse, no puede ser cualquier cosa, tiene que ser algo muy valioso. Ella decía que la otra persona tiene algo de lo sagrado.
Para los griegos, el semejante portaba algo de lo sagrado. Esto quiere decir que los dioses hablaban en las personas. Cuando uno se enamoraba o estaba con alguien, estaba en contacto con los dioses. Los cristianos ponen un crucifijo encima de la cama matrimonial y eso es una idea que viene de aquella época. Por ejemplo, si un hombre tenía problemas de erección, iba y le hacía un sacrificio o un homenaje a Príapo, que era el dios de la erección. ¿Qué se la agarró Príapo conmigo, qué tengo que hacer para calmarlo? O iban a los templos a soñar, porque tenían la sospecha que en los sueños hablaban los dioses. Es que en lo que uno habla, habla de algo que no sabe qué dice. El otro no es pura consciencia, en el otro hay transmisión de objeto, de muchas cuestiones. En esta versión, impone pensar en lo sagrado. No hay nada más parecido al amor que la transferencia, porque hay alguien que escucha pensando que hay algo ahí que habla en el otro y que no es su yo.
Safo tiene una oda donde convoca a Afrodita y a Zeus:
(...)
y qué es lo que tanto ahora en mi alma loca
conseguir quería: “¿A quién deseas
que al amor te traiga? Ah dime, Safo,
¿quién te hace daño?
Que, si huyó de ti, pronto irá a buscarte;
si aceptar no quiso, dará regalos;
y si no ama hoy, te amará muy pronto,
aun sin quererlo”.
Y Safo le responde que no quiere nada de eso, sino que su amor vuelva a su corazón. Pero de eso se va a encargar Afodita, no Safo.
Lacan hace una diferencia entre amante y amado. Muchas veces se piensa que la separación es por perder el objeto o perder la persona. Y en realidad de lo que se trata es de impedirle al otro seguir siendo amante. “No hagas cosas para que no te ame”. Si se pierde el amor del otro se puede seducir, hacer muchas cosas. Pero si uno pierde el amor por el otro, ¿qué va a hacer? No puede convencerse a sí mismo de amar y esto es mucho más fuerte en muchos duelos que la de dejar de ser amado.
Siglo de oro español.
En el año 1000 existieron las jarchas mozárabes. Eran poemas de 2 versos escritos por mujeres, donde uno puede ver la construcción de frases pulsionales.
Hay poemas de Lope de Vega y Quevedo acerca del amor. Quería leerles un soneto de Lope de Vega y analizarlo.
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.
Es verdad que quien lo probó lo sabe. Es interesante pensar que puede no probarse el amor, que alguien pase su vida sin este tipo de amor. Y esto es muy importante en relación al analista, para que pueda entender que las personas no se enamoran de una forma universal y obligatoria. Una vez tuve una supervisión con un psiquiatra en un caso de psicosis ordinaria en un paciente. Yo le decía que no era una psicosis, sino que estaba enamorado. El psiquiatra me miraba raro, ¿qué es esto de estar enamorado? Cuando Virgilio dice que los árboles aprendan a decir el nombre de Amarilis, eso es estar enamorado. El psiquiatra me miró peor, (risas) pero lo importante es saber la contingencia de esto y como el analista debe estar advertido que alguno de los fenómenos no son patológicos o psicóticos.
Desmayarse es una caída de la identificación a la imagen primera que sostiene la bipedestación. Ya ahí hay un contrapié al narcisismo. Y con esa alteración al narcisismo, encontramos que describe esa comunidad de sentimientos tan contradictorios. Agrega esto de “no hallar fuera del bien centro y reposo”. Si está el otro, todo se organiza y si no está todo se confunde. El poema de Miguel Hernandez, dice:
Menos tu vientre,
todo es confuso.
Menos tu vientre,
todo es futuro
fugaz, pasado
baldío, turbio.
Menos tu vientre,
todo es oculto.
Menos tu vientre,
todo inseguro,
todo postrero,
polvo sin mundo.
Menos tu vientre,
todo es oscuro.
Menos tu vientre
claro y profundo.
El primer poema dice “huir el rostro al claro desengaño”, porque algo de la renegación hay en el amor. Y por otro lado se pueden beber las palabras del otro como un licor suave, cuando en realidad son venenosas, por ejemplo. También está esto que se tergiversan todas las lógicas y entonces creer que un cielo en un infierno cabe.
Este es el amor que fragmenta, que produce toda esta desestabilización yoica, el desmayo e imagínense cómo no va a haber algo en la cultura que intente darle un orden. Por ejemplo, el matrimonio. Yo hice una pequeña investigación acerca de las distintas formas de matrimonio. Había un matrimonio que a mi me producía bastante envidia, que es el de los verdaderos católicos. Una vez fui a uno y escuché al cura que hablaba de la importancia de formar una familia cristiana. Esto es lo importante, la trasmisión de la ideología. Y ahí me di cuenta que lo que me producía cierta envidia de estos matrimonios era que podían coger bien o mal, o no coger… Porque el pacto no era ese, sino armar cristianitos. También observé a los del PC. Los matrimonios ahí eran muy parecidos, armaban “pececitos” y transmitir la ideología. En el caso de Sartre y Simone de Beauvoir, me di cuenta que ellos tenían un acuerdo muy fuerte y que duró 30 años: manejar la cultura francesa. Lo hicieron, y no importaba si Simone de Beauvoir vivió 5 años con su amante a 5 cuadras de la cuadra de Sartre. Lo que importaba ahí era el manejo de la cultura. Lo mismo pasa con los matrimonios de la oligarquía argentina, donde lo que importa es el patrimonio.
Las consultas de pareja que nosotros recibimos están vinculadas al amor, no a todo lo anterior. Por eso es tan importante que no se coja nunca, porque si el sexo no está funcionando, se amenaza la pareja. Lo único que sostiene a estas parejas son estas cosas, no hay otros elementos ideológicos como el patrimonio o la religión. Es muy amenazante la irregularidad sexual por esta razón.
Siglo XVIII.
Después del siglo de oro, las mujeres pasaron al interior de las casas. El siglo XV y XVI fue un desconche y ahora las mujeres están en sus casas, rezando con los niños en el interior. Los hombres, afuera haciendo dinero. Aparece la institución del cortejo en España o del chichisbeo en Italia. Las mujeres de las clases más altas tenían un marido y por otro lado un cortejante. Con el cortejante salían y con el esposo solo cogían y nada más. A su vez, el marido podía ser cortejante de otra. Esta institución fue al comienzo muy resistida, pero después se dieron cuenta de que convenía muchísimo: las industrias del calzado y la ropa de las mujeres proesperaron un montón. La ópera y otros entretenimientos causaron una movida económica muy fuerte a partir de esto. Estas mujeres, criadas en su casa, no sabían charlar. Entonces se les ponían profesores para que aprendieran. Pasado el siglo, se confundió todo: pasaron a coger con el cortejante y se disolvió la institución.
Nos trae la novedad de que se podía charlar con la pareja de uno. Es una idea bastante complicada, porque aparece la idea de que con la pareja se tiene una vida sexual, se cría a los hijos y con la que además hay que hablar. Hoy podemos escuchar en los consultorios que alguien sale con otro, que todo muy bien pero que quieren poder hablar de una película. ¿Por qué además de una película hay que charlar? Esto no es espontáneo, tiene que ver con esta institución del cortejo, que apareció y generó la idea que se podía hablar aparte de coger con la pareja. Se termina armando una especie de abuso de persona con la pareja de uno, porque hay que cuidar la vida sexual, la vida amorosa, charlar, entenderse, etc.
Siglo XIX.
Aparece el amor romántico. Se trata de que lo imposible se jugaba en la relación y no en el entre dos. La relación se transformaba en imposible porque uno era tuberculoso, la mujer era prostituta, la diferencia de clase. La relación era imposible, como La dama de las Camelias. La relación directamente es imposible, no se trata de que algo sea imposible en la pareja. Esto en Argentina duró bastante, que está lleno de historias imposibles, como Gricel, Malena y todas estas historias tremendamente sufrientes.
No habrá ninguna igual, no habrá ninguna,
ninguna con tu piel ni con tu voz.
Tu piel, magnolia que mojó la luna.
Tu voz, murmullo que entibió el amor.
No habrá ninguna igual, todas murieron
en el momento que dijiste adiós.
O sea, desde ese momento “no habrá”, ¿pero durante? Es lo imposible de la relación, como en Casablanca, que en una época era el modelo del amor. ¿Qué modelo es ese que la mina se va con el marido y el tipo se queda con el gendarme? Luego se produjo un giro en la ideología del amor, a partir de 1960. Es un giro que puso en juego Cortázar. Él es un gran escritor de lo posible -no de lo imposible- en la escena íntima. También aparecieron algunas letras del rock nacional.
¿Qué sería lo esencial del amor? Que no incluyera todos estos agregados ideológicos. Con Lacan podemos decir que la demanda de amor es demanda de presencia o de ausencia. El amor, en su forma mínima, demanda presencia pero también la ausencia, cosa muy valorada por los fóbicos. Todo lo demás tiene que ver con la época, la ideología, las religiones, etc. Hay una reflexión de la filósofa María Zambrano, que fue la primera mujer que recibió el premio Cervantes. En el discurso de agradecimiento, ella dice que Cervantes tenía una mujer que estaba permanentemente presente, que no faltaba nunca y que no tenía el don de la ausencia. Por eso necesitó inventar a Dulcinea, inventar la posibilidad de la ausencia. En los consultorios tenemos a estas madres que se anticipan permanentemente a lo que el chico pueda llegar a demandar sin que él se lo pida. No tienen el don de la ausencia, que justamente, es poder no estar estando. En cambio en las jarchas, es “te pido que estés”.
Pregunta: Estas formas del amor no son naturales, sino culturales. Y es la misma cultura la que tiene que reglamentarlas. ¿Qué es primero?
E.M.: La cultura crea instituciones, no solo el matrimonio. Hoy en día se tiene que ser algo para el otro, caer en algún cuadradito: ser novio, chongo, amante… Estar ubicado en alguna clasificación, sino se angustia. Lo que es angustiante es no estar en ningún casillero. La cultura ese casillero como manera de poder tramitar estos fenómenos tan complicados. Qué somos y dónde estamos es una pregunta muy frecuente.
A mi este año se me ocurrió hacer una clasificación distinta de las relaciones, basadas en géneros literarios. Hay parejas que están en una tragedia griega. Otras que están en una policial, metiéndose en el celular a ver si averiguan algo y donde el culpable siempre es el otro. Otras que son poéticas, que viven de momentos, porque la poesía son momentos, no es como una novela.
Lacan dice que el amor es una espacio donde puede haber una escritura en común. Hay que ver en la clínica de parejas si siguen escribiendo juntos o cada quien escribe otra historia.
Pregunta: Me quedé con esto de clasificar las relaciones...
E.M.: Aristóteles inventa la lógica de clases cuando tiene que abordar el tema de los animales. Es una lógica de clases que surgió en la zoología. El DSM sigue esta lógica. El tema es que esto, que le sirve a un veterinario, cuando las personas hablan la conducta se vuelve muy confusa. Los pacientes se pueden creer lo que quieran porque están en su derecho, pueden ser marido, novio, etc. A mi gusto, la pareja es algo que autoriza a tratos espantosos. La pareja instala derechos y demandas y entonces se trata al otro como si fuera parte del psiquismo de uno.
Pregunta: (pregunta acerca de la crítica al amor romántico y el sentido de la propiedad)
E.M.: Amor romántico para mi es el amor del siglo XIX. Se dice que poder participar de una relación de 3 o de 4 implica renunciar a la posición capitalista del deseo del Otro y soportar la exclusión. Es amor es simple, pero se lo complica el yo, se lo complica la propiedad, la posesión, la exclusión…
Texto confeccionado en base a los puntes de la conferencia dictada por Enrique Millán, el 17/10/2018.
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