La práctica psicológica organizacional.
Ámbitos institucionales en los que puede actuar el psicólogo organizacional son:
Educativos
Empresariales.
Sanitarios.
Religiosos.
Políticos.
Seguridad publica.
Publicitarios.
Promoción humana.
Deportivos.
Gremiales.
Una institución puede sufrir las consecuencias de que sus miembros sientan apatía, desinterés, abandono de sus responsabilidades, falta de cooperación y buena comunicación entre las diversas unidades de trabajo o departamentos; así también, una competitividad desgastante y contraproducente. Toda esa dinámica puede deberse al mal lugar de trabajo o a las malas relaciones humanas, y, por consiguiente, puede generar conflicto, ansiedad y disminución de la autoestima en las personas, departamentos o estamentos de decisión.
También es considerada tarea del psicólogo organizacional la selección y reclutamiento de trabajadores, la asignación de estos a los lugares de trabajo, la evaluación de rendimiento o desempeño en sus trabajos, su entrenamiento y capacitación, y el incremento de su motivación laboral.
Intervención de un psicólogo en una industria, empresa o institución privada o gubernamental:
Diagnosticar las dificultades o carencias en las organizaciones; tanto en el sistema global como en sus diversos componente.
Planificar posibles cambios organizacionales que favorezcan el bienestar de los individuos y el funcionamiento global satisfactorio del sistema.
Aplicar técnicas de “ingeniería” psicológica que permitan que la institución o empresa modifique la forma como lleva a cabo sus finalidades favoreciendo así que el sistema organizacional y sus integrantes incrementen su bienestar global y personal.
Problemas éticos comunes y generales.
Su deber básico es responder verazmente a esta pregunta: ¿He sido capacitado para este tipo de tarea?.
Por tener el titulo universitario de psicólogo, no por eso esta preparado para trabajar en organizaciones; y un psicólogo clínico no solo podría cometer serios errores de mala praxis sino también podría desprestigiar al conjunto de la profesión.
Es una responsabilidad ética del psicólogo organizacional ser veraz consigo mismo y con las personas que lo consultan con respecto a su capacitación especifica para una determinada necesidad concreta. Si no esta capacitado para llevarlo a cabo debe advertírselo al cliente y derivarlo a la persona idónea.
Las instituciones muchas veces no quieren cambiar sus pautas de conducta. ¿Debe el psicólogo ser cómplice de esta forma de degradación de las personas? ¿Cuál es el limite de tolerancia de las conductas manipulativas o inhumanas?
Es por esto que es esencial que exista un contrato lo mas especifico posible con respecto a sus deberes y derechos.
Lo adecuado seria que los psicólogos org. tuvieran criterios claramente establecidos sobre cuales serian las políticas institucionales que no deberían ser aceptadas por ningún psicólogo cuando ejerza su función organizacional.
La decisión de aceptar determinadas intervenciones sobre las que ya se sabe, de antemano, que son inútiles o contraproducentes es otro asunto a destacar como “mala practica”.
También es un problema ético frecuente lo que se refiere al condicionamiento económico del profesional:
Los intereses pecuniarios del psicólogo pueden llevarlo a que enfoque su forma de atención de las personas en el seno de las organizaciones, según como le paguen por sus servicios y según el monto de la recompensa.
Puede suceder que el psicólogo intente crear dependencia en la organización para que lo consulten una y otra vez. Hay ciertas tareas organizacionales que las puede desempeñar el psicólogo pero también cualquier otra persona de la institución que tenga la debida instrucción. No informar de esta posibilidad implica impedir que el cliente se haga autónomo del psicólogo y genera dependencia.
Puede prolongar innecesariamente su intervención para sacar un mayor provecho pecuniario.
Puede también aceptar “sobornos”.
Es éticamente imperativo que, cada vez que un psicólogo org. tenga una intervención especifica y puntual en una organización, los afectados en dicha intervención estén debidamente informados y que puedan dar su consentimiento libre e informado. Debe poner al tanto a los involucrados sobre los objetivos, procedimientos y posibles consecuencias.
Selección de objetivos y técnicas de intervención. El psicólogo org. debe tener muy claro la justificación ética de los objetivos y la meta de la intervención que la organización quiere que instrumente.
No solo debe conocer las técnicas de intervención, sino estar capacitado para saberlas adaptar a las circunstancias multiformes de la realidad concreta de cada org.
Un problema ético muy fundamental, es todo lo que tiene que ver con el respeto a la intimidad y confidencialidad de los trabajadores o miembros de la institución. Es deber ético la confidencialidad al interior de la organización y hacia el exterior de ella:
Confidencialidad al interior:
Los datos registrados a partir de la relación psicológica, incluyendo notas, datos de tests, correspondencia y otros documentos, deben ser considerados info. profesional para uso en la relación psicológica y no deben considerarse parte de los ficheros de la institución para la cual el psicólogo trabaja, a menos que se establezca específicamente otra cosa por ley. La revelación de otros del material psicológico debe suceder solamente bajo el expreso consentimiento del cliente.
La persona debe saber qué tipo de informaciones, bajo qué circunstancias y con qué objetivos pueden ser requeridas sin su consentimiento.
Confidencialidad hacia el exterior del sistema:
El psicólogo tiene el deber de no transmitir info. de una organización a otra.
Aspectos éticos específicos de la practica en empresas.
No siempre las empresas se preocupan del bienestar de los individuos, además de la producción. Ciertos directivos de empresas o industrias siguen pensando todavía que el “bien” de la empresa, esta siempre “por encima” del “bien” de los individuos.
En determinadas circunstancias, si la empresa en la que esta el trabajador, ha atrofiado de manera prolongada e irrecuperable las posibilidades de respeto a su dignidad como persona y a su bienestar como trabajador, el psicólogo no solo puede recomendarle que cambie de trabajo y de empresa, sino que, en esas condiciones, debe hacerle esa recomendación.
Algunos autores consideran que la aplicación de tests de personalidad o de ciertas cualidades actitudinales de tipo social, son una invasión de la privacidad de los trabajadores.
Estos tests no son hechos a requerimiento de una consulta libre y espontánea al psicólogo, sino exigidos por la autoridad correspondiente de la empresa, en orden a tomar decisiones sobre sus subordinados.
Es correcto preguntarse si es un deber o no, el respetar el derecho del trabajador a negarse a contestar ciertos tests porque los considera intrusivos de su privacidad.
Si un test ha sido hecho con una determinada finalidad, no es licito usarlo para otras, a no ser que, desde el ppio., se haya aclarado al sujeto implicado las posibles utilizaciones ulteriores que podría tener dicho instrumento.
Tests que intentan medir aspectos “sutiles” de las personas (motivación para un tipo de actividad, ansiedad en las tareas): en la medida que las actitudes que miden dichos tests “etiquetan” a los trabajadores, el psicólogo que no haya validado suficientemente el instrumento de medida, puede provocar un proceso de “estigmatización” laboral del trabajador a los ojos de los directivos de la empresa.
Si el psicólogo ha elaborado tests para evaluar el desempeño en el trabajo, la validez depende de los criterios que hayan sido establecidos para considerar lo que es un “buen” trabajo. Dado que estos criterios pueden cambiar, el psicólogo deberá ajustar sus instrumentos periódicamente, cada cierto tiempo.
Un problema especial en conexión con la confidencialidad, es el acceso de los empleados a los informes dados sobre ellos, por otras personas (que no es psicólogo) y cuyos documentos están en poder del psicólogo org. a fin de que este pueda llevar a cabo su función de recomendación o de sugerencias.
Para que tal informe tenga garantías de veracidad tendría que ser anónimo para evitar posibles represalias por parte del implicado.
Si un trabajador se siente afectado por el informe hecho sobre el, tendría derecho a saber quien es el informante del psicólogo, con lo cual habría que romper el anonimato de este ultimo. He ahí el dilema.
Otro asunto a tener en cuenta, es la conservación de los datos sobre los sujetos, especialmente si se trata de candidatos a ingresar a la empresa y a los que se le han hecho una serie de tests. ¿Es licito conservarlos para una posible segunda oportunidad? ¿Es licito pasar esos datos a otras empresas?.
Todas las empresas tienen políticas de personal. ¿Es ético promover en los trabajadores la reacción contra determinadas políticas de la empresa, que lo único que pretenden es la productividad a costa de todos los demás bienes?
Es imprescindible que el psicólogo tenga la capacidad de hacer un justo balance entre las necesidades del sist. institucional y las necesidades de los individuos. La necesidad de este “justo balance” es también responsabilidad ética de los mismo trabajadores y de los empresarios.
La tarea del psicólogo que trabaja como asesor técnico en una empresa de publicidad, seria la de descubrir cuales son las necesidades y deseos escondidos en las personas a fin de recomendar los procedimientos mas eficaces para que la promoción publicitaria pueda ofrecer aquellos bienes y servicios que dispone el mercado. Pero el limite entre identificación de las necesidades del publico para entablar una comunicación publicitaria que llegue a ellas, y la creación de falsas necesidades o de hábitos alienantes, es muy difícil de trazar.
El psicólogo en centros escolares.
Etiquetacion psicológica y estigmatización.
El uso que podrían hacer los educadores de los tests hechos por los psicólogos, puede repercutir fuertemente sobre el futuro desarrollo psicoafectivo de los menores.
Los hechos objetivos deben predominar sobre las interpretaciones subjetivas en las evaluaciones, recomendaciones, informes y registros de datos. (OATA).
Toda apertura de los registros de datos escolares debe ser autorizada por ley, o tener el consentimiento del estudiante. (OATA).
Hay que diferenciar los registros de datos clínico-psicológicos, de lo que son los datos académicos.
El estudiante tiene derecho a conocer los resultados de los tests.
Puede darse el caso que se necesiten los resultados de determinados tests pero que sea imprescindible no dar nunca los resultados a los estudiantes. Esta forma de proceder se justificaría, si se prevee fehacientemente, que dichos instrumentos de medida, brindaran datos que tendrán una clara incidencia beneficiosa para la educación directa de esos estudiantes.
además, los psicólogos deben informar del hecho a los padres para que entiendan de qué se trata, aun cuando se procure tener cuidado de que la info. proporcionada no anule la validez del test.
El deber de confidencialidad.
Conflicto entre mantener la confidencialidad con el adolescente u el informe a los padres: Los datos obtenidos por un psicólogo escolar, bajo la promesa de que se mantendrían confidenciales, no pueden ser accesibles a ningún tipo de personas, sin el consentimiento del niño o adolescente.
Este tipo de registros pertenecen a una “propiedad compartida” que solo puede ser manejada por un acuerdo cc. y libre de ambas partes.
Permanencia de los registros en la institución: El adolescente tiene derecho a solicitar que se eliminen los datos confidenciales, una vez que ha pasado el periodo en que la institución le presta servicios. También tiene derecho a pedir que esa info. se revele a terceras personas, a no ser que haya una razón importante para no hacerlo.
Acceso de un menor a sus propios datos: podría justificarse, siempre y cuando mediara una razón importante que favoreciera el proceso educativo o terapéutico, o que no estuviera de por medio, riesgo de daño o trauma psíquico. En este caso, las autoridades educativas en conjunto con el terapeuta y los padres, tendrían que juzgar su conveniencia.
Ética y opciones psicopedagógicas.
Utilizar técnicas que promuevan la obediencia, la pasividad, la sumisión, la competitividad y el individualismo, supone una opción pedagógica y ética muy diferente a la de promover la creatividad, la cooperatividad, la imaginación, el respeto a los demás y la obediencia critica. El psicólogo debe saber esto y debe informar a los profesores y a los padres de los objetivos conductuales y actitudinales que se están intentando inculcar en la filosofía educativa del centro, del cual él es un técnico.
Practica en instituciones militares, policiales o de espionaje.
En este caso, el psicólogo sirve a los intereses de la institución en la que trabaja, con el fin de que sus miembros conserven el poder de combate o de control.
Confidencialidad: en caso de conflicto, el psicólogo sabe de antemano que las autoridades respectivas harán prevalecer el interés de la institución pos sobre los derechos individuales de los miembros.
Tanto el ejercito, la policía, como los servicios de seguridad del estado, están basados en que sus miembros aceptan libremente, en el momento de ingresar al cuerpo, que ciertos derechos individuales estarán limitados en casos especiales.
El psicólogo sabe que no sirve primordialmente al individuo; o que lo hace bajo la tutela y directivas de la autoridad. Y el individuo también lo sabe y ha aceptado esa situación.
Estas instituciones tienen sus normas propias de conducta, legítimamente autorizadas por los poderes competentes de la sociedad democrática.
Actividades licitas que el psicólogo puede hacer en el ámbito militar:
Selección de personal.
Entrenamiento (desarrollo de liderazgo)
Investigación de desempeño humano.
Desarrollo de entrenamientos especializados (diseño de centros de simulación y evaluación)
Investigación sanitaria (deprivacion del sueño, fatiga)
Prevención psicológica (entrenamiento en técnicas de manejo del estrés)
Una de las consecuencias mas conflictivas de esta preponderancia de lo institucional sobre las necesidades y derechos de los individuos, es el hecho de que el psicólogo se ve envuelto constantemente (con sus informes) en la dada de baja de gran cantidad de hombres de la inst. militar.
Otro problema importante de la actuación profesional, es el limite ambiguo que a veces se establece en ellas entre entrevista psicológica y pericial; entre terapia y “lavado de cerebro”; entre rehabilitación e instrucción propagandística; entre asistencia psicológica al prisionero y colaboración con la tortura.
Promotor y guardián de los derechos humanos.
En los ámbitos institucionales el psicólogo no solo debe ser un profesional individualmente intachable desde el punto de vista ético, sino también promotor y guardián de una ética mínima en ese medio. Esta ética ha de ser, sobre todo, aquella formulada en la Declaración de los Derechos Humanos.
Esta función de defensor, custodio y educador ético, es fundamental para contrarrestar la permanente tendencia a la manipulación de las personas que se da en la dinámica de las organizaciones.
Esta responsabilidad, exige informar y denunciar al resto de la sociedad, todos aquellos abusos y arbitrariedades que se puedan estar produciendo en instituciones privadas o estatales, una vez que se hayan agotado todas las posibilidades de corrección ética al interior de cada una de dichas organizaciones.
Psicología comunitaria.
Su estrategia de cambio es la modificación de la interrelación social o del medio ambiente humano que rodea a las personas o a los grupos.
Considera que el problema mental no es un asunto privado sino de la sociedad en su conjunto. Y, por lo tanto, que su solución depende no solo del individuo, sino de la comunidad.
Se basa en el supuesto de que es mucho mas acertado en salud mental, prevenir que curar.
Su objetivo es buscar que la gente progrese en su buen funcionamiento, dentro del ambiente en que se mueve.
Es preferible tratar los problemas en el seno mismo de la comunidad donde surgen, que en hospitales o clínicas especiales.
Psicólogo comunitario: tiene un rol polifacético:
Asesoramiento de pequeños grupos ante problemas de convivencia específicos.
Desarrollo de redes sociales de soporte psicoafectivo.
Planificación de programas que permitan prevenir problemas psicoafectivos antes de tratarlos.
Desarrollo de habilidades psicológicas en agentes sociales para que puedan ejercer roles de soporte social psicoafectivo en la comunidad y el los grupos.
Desarrollo de estrategias especificas para solucionar problemas particulares de salud mental (drogadicción, alcoholismo).
Desarrollo de estrategias psicológicas de educación para la convivencia social armónica (atención al publico).
Desarrollo de estrategias informativas en salud física y psicológica para cambiar hábitos de conducta inadecuada.
Quizá el problema principal que tiene un psicólogo comunitario es luchar contra la burocracia de las instituciones publicas y aun con al oposición de sus autoridades que no le permiten emprender ideas creativas, ya sea por motivos económicos o ideológicos.
También la inercia, el temor al cambio, dificultan su tarea en medios comunitarios.
La prudencia ética es la única que permitirá saber hasta cuando debe intentar cambiar el sist. en el que trabaja, o transar con sus condicionantes estructurales, económicos e ideológicos.
Desafíos éticos:
¿Cómo desmitologizar la “consulta mental” para que la gente requiera la ayuda del psicólogo comunitario y pueda verse beneficiada con su acción?
¿Cómo respetar los valores culturales, éticos y sociales de grupos, comunidades o clases sociales muy diferentes a las del psicólogo?
¿Cómo resistir la tentación de la decepción frente a las dificultades del sistemas social? ¿Cómo resistir la tentación de acomodarse a lo fácil y, en cambio, emprender iniciativas creativas e innovadoras?
¿Cómo prevenir la tendencia a la repetición mecánica e ineficaz del psicólogo que se siente desbordado por los problemas que, uno tras otro, son similares?
¿Cómo seguir siendo un profesional de la salud mental, sin convertirse en un activista político, un promotor social o un educador popular?
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