jueves, 24 de junio de 2021

El concepto de sujeto en la filosofía y sus consecuencias para la clínica

El pensamiento occidental comienza así:

Canta, diosa, la cólera aciaga de Aquiles Pelida,
que a los hombres de Acaya causó innumerables desgracias
y dio a Hades las almas de muchos intrépidos héroes
cuyos cuerpos sirvieron de presa a los perros y pájaros
de los cielos; que así los designios de Zeus se cumplieron
desde que separáronse un día, tras una disputa,
el Atrida, señor de hombres, y Aquiles divino.
Ilíada, I, 1-7


La palabra griega "menis", traducida como resentimiento al comienzo de la Ilíada, también se traduce como cólera y voz. La cólera canta. Los rápsodas cantan a la Ilíada, pues el idioma griego es muy melodioso y su poética se cantaba. En la época de Homero todavía no estaba la escritura, por lo que las cosas se transmitía de manera poética. 


La pasión cólera tiene una cuestión de acción, porque canta. Así comienza la literatura y el pensamiento universal. Si menis es en primer tiempo una pasión, con la misma se inicia la iliada. En el mismo sentido, otra pasión recurrente que rápidamente se instaló con el mismo tenor fue "álgos", que podría traducirse como dolor. El dolor que hace pensar que algo se mueve a partir de las pasiones.


Las pasiones, en la época griega, estaban traducidas más en función de los dioses. Los dioses creaban intervenciones psíquicas, lo cual hoy en día nos permite hablar de inconsciente. 


De la misma manera termina el pensamiento universal. 


El sujeto

¿Cuál es la problemática inicial de la filosofía? Se trata de un problema muy importante para los del campo psi: el sujeto. En los ateneos, escuchamos que se habla del sujeto, lo que hizo, dijo, etc. ¿El sujeto es el ser o no lo es? Parece algo sin importancia, pero este tema se pensó durante mucho tiempo.


Un autor,  Heidegger, se apartó del término subjetividad, que lo había inventado Kant. Heidegger propuso otro término: "sujetidad". Para nosotros el término subjetividad nos parece progre porque nos aparta de la psiquiatría positiva, que trata de objetivizar las cosas. Los manuales DSM, por ejemplo el IV, tiene un prólogo donde textualmente dice que no es un libro de cocina. Un libro de cocina, inversamente a lo que se cree, por lo menos da la chance de improvisar en la culinaria. 


Cuando usamos el término subjetividad, pensamos que estamos avanzando sobre la pretendida objetividad. Pero esto, no deja de ser una cuestión fantasmática, pues es una objetividad obtenida a partir de suponer ciertas premisas al sujeto. En el grado cero de la subjetividad, persiste el dilema de qué es el sujeto, pues el sujeto no se cierra sobre la subjetividad. Por eso Heidegger trajo este término de la sujetidad.


Sujetidad es la búsqueda del sujeto en su grado cero, que quedó atrapado en toda la dinámica de pensamiento metafísico, que tiene que ver con el ser


La problemática del ser

Si uno aprende el significado del verbo ser en griego, aprende la mitad de lo que la filosofía tiene para dar.

En griego, el verbo ser es un verbo transitivo. En griego, el infinitivo del verbo eimi (primera persona del singular) es einai. El verbo ser (participio, cuando el verbo se sustantiviza) puede tener una función transitiva o existencial.

Cuando uno responde a la pregunta ¿qué es? la respuesta pregunta a la esencia. Cuando uno responde a lo que es, la respuesta es existencial: tal cosa es. Pero el verbo ser es irregular.

El participio singular es to on, el plural es ontos. "On" es aquello que es.

En latín, la palabra se transforma en "ente". Ente es lo que es. De allí que la ontología es la disciplina que se ocupa del estudio de los entes, aquello que es.


Cuando alguien pregunta qué es, tiene que predicar. Ejemplo, ¿Qué es una pelota? Algo con forma esférica que se infla, de tal color… Aparecen un montón de predicados que le dan un estatuto a eso que es. Esa forma de respuesta genera una forma de pensamiento filosófico que es por la vía de la esencia. La pregunta del ser pasa a ser una pregunta por la esencia. 


El predicado en griego se dice categoría. Es una esencia a través de las categorías. Cuando uno pregunta "lo que es", uno solo puede responder "tal cosa es", siendo una respuesta del tipo existencial. Por eso decimos que el verbo ser tiene una forma transitiva y otra existencial. De acá podemos pensar dos líneas de pensamiento filosóficas:

  1. Metafísica u ontológica.

  2. Filosofía existencial, que trata de responder acerca de lo que se es aquí y ahora, en el dasein.


Heidegger, fundador de la filosofía existencial,  trató de responder a esa pregunta desde algo muy complejo que vamos a ver posteriormente. 


¿Qué diferencia hay entre la filosofía y el psicoanálisis? La diferencia radical pasa por el hecho de que el psicoanálisis no es un pensamiento solipsista, sino que interviene o da lugar a una alteridad. En el discurso lacaniano, se trata del Otro. No se trata de otra persona, sino de un lugar. Hegel habló de ese Otro, lo cual es tramposo porque en alemán todos los sustantivos se escriben con mayúscula y fue Alexander Kojeve quien lo tradujo Autre, Otro. El concepto de transferencia cambia el pensamiento y la filosofía no lo ha abordado. 


Sujetidad y subjetividad.

La problemática del ser se puede situar en la filosofía y los primeros problemas que se presentan y que Heidegger marca en el texto Sujetidad y Subjetividad, va a decir que la metafísica lleva la cuestión del ser a una pluralidad esencial.


Dice Heidegger:

"En su comienzo pleno, la metafísica moderna lleva, según la historia del ser, la esencia del ser como realidad efectiva a una pluralidad esencial que, a partir de entonces, no llega nunca a la palabra de modo unitario y por lo tanto resulta siempre deformada en algún aspectos por títulos posteriores. No obstante, precisamente por ello, el primer intento de señalar hacia la historia del ser quizás pueda recurrir a la ayuda de tales títulos, aunque ese proceder sólo sirva a la tarea más próxima, la de preparar de una vez que el recuerdo que se interna en esta historia que nos es temporalmente más cercana vaya necesariamente al encuentro de la pluralidad en sí conclusa de la esencia del ser”.


Aristoteles dice que el ser se puede decir de muchas maneras y esa pluralidad no termina de definir que estaba en el medio de todo eso, cuyo nombre propone que sea sujetidad. Para Heidegger, el término subjetividad grava el pensar inmediato de modo inmediato y demasiado obstinado con opiniones erróneas que toman toda relación del ser al hombre, y más aún a su yoidad, como una destrucción del ser objetivo, como si la objetividad, con todos sus rasgos esenciales, no tuviera quedar presa dentro de la subjetividad.


Para Heidegger, la subjetividad se relaciona con lo que desde el inicio se estructuró como el yo. Plantea que en la filosofía hay una querella esencial.


El sujeto es un término y al mismo tiempo un concepto difícil de dilucidar. Se encuentra en una larga punta que involucra quizá toda la historia del pensamiento filosófico. Se podría proponer que incluso esto podría denominarse como una gran querella en torno al sujeto donde se advierten diferentes posturas entre quienes consideran esta temática desde un punto de vista o de otro.


El concepto de subjetividad es un concepto relativo casi a la noción de agente. Habitualmente, o por lo menos en la actualidad, se circunscribe la utilización del término sujeto a un concepto relativo casi a la noción de agente del acto o del pensamiento. Esta propuesta, de pensar al sujeto como un agente, está más ligada a lo que podríamos llamar sujeto en la modernidad, porque parte de una premisa construida en el pensamiento cartesiano, según Heidegger. 


Descartes había dicho, en referencia de aquello que hace al sujeto, "pienso, luego soy", donde pone al ser en función al acto del pensamiento. Esta noción limita al sujeto a ese acto, con lo cual Heidegger va a decir que se trata de una falacia que nos hace perder tiempo y que se olvide de temas que había planteado la filosofía presocrática, que tenía un pensamiento más genuino con la cuestión del ser.



En la filosofía de Descartes, con su "pienso, luego soy" encontró ese punto de certeza para poder construir una ciencia.


Habitualmente se dice que el sujeto de la modernidad comienza bajo la égida del dominio cartesiano. En otras palabras, en el momento en que Descartes promueve un giro en el pensamiento en el cual el sujeto surge como un elemento arquimediano y bajo la nueva formulación del pensamiento científico el sujeto toma un lugar dominante, pues se trata de un sujeto con certeza y que puede gobernar a la naturaleza. La idea de un agente de una acción representa la idea de que el sujeto adopta el lugar de ser un soporte o un supuesto (supositio).


La falacia de esto es que para decir "pienso, luego soy" se implica que "soy… una sustancia pensante", de manera que se objetaliza todo lo que tiene que ver con el sujeto


La idea cartesiana puso un discurso del sujeto como soporte, que a su vez es una idea que tiene una relación directa con ciertas concepciones de la Edad Media. Por eso, es interesante deconstruir los discursos construidos a partir de todo un desarrollo filosófico que comienza, fundamentalmente, a desarrollarse bajo la problemática del ser. 


Si uno sigue la lectura que invita a leer a Foucault o Heidegger (y continúa Lacan) se puede desentrañar dentro de esta propuesta otra modalidad de pensar la problemática. Efectivamente, Heidegger propuso pensar por un lado la subjetividad y por otro, pensar la sujetidad. De esta manera Heidegger propone restablecer, o repensar cierta dimensión originaria de este concepto que, según él, queda desatendida por la propuesta cartesiana. 


Ante estas preguntas, tanto Heidegger, como Foucault y Lacan tuvieron sus ideas. La vertiente lacaniana es la que a nosotros nos interesa para la clínica.


El sujeto, entonces, aparece como un hiato que nos lleva a esta problemática del ser.


Suponer entonces un sujeto ya presupone una distancia, un hiato que lleva esta problemática de ser confrontado con un cierto grado de dificultad. Esta idea surge particularmente en una lectura aristotélica que se lleva adelante a través de la edad media, en donde el término agente ligado a la acción, como supuesto de la acción de un sujeto, queda en oposición a la idea de pasión o padecimiento.


Aristóteles nos da un pequeño punto para pensar esta problemática. Se trata de una paradoja muy compleja, pero por ponerlo rápidamente, diremos que se trata de dos tipos de sujeto


Uno es el sujeto de la modernidad, el sujeto ligado a la razón, que construye la subjetividad. Este se construye a partir de la lógica cartesiana y el que le da su ímpetu es Kant como sujeto racional. Este sujeto tiene un arrastre medieval. Antes de la edad media, el sujeto no existía ni como concepto ni se podía inferir… Existía la dimensión de persona, de individuo, de hombre, pero no de sujeto.


La inversión del principio inicial dice que toda acción supone un sujeto y proponer un principio subjetivo de la acción.


Resulta de todo esto la compleja posición de afirmar que podríamos entonces considerar un sujeto por la vía de la acción invirtiendo el.principio inicial, que dice que "toda acción supone un sujeto" y proponer un principio subjetivo de la acción que va a tener mucha diligencia en la.época medieval. 


Y está ese otro sujeto, que se escapa al sujeto de la razón y que es el que tratan de buscar Heidegger, Foucault y Lacan


En el momento cartesiano, Foucault va a decir que en la historia del sujeto hay puntos donde pareciera que está fuera del camino, puntos determinantes y puntos eruptivos. Cuando Foucault se refiere al momento cartesiano, aclara muy bien que dicho momento no quiere decir que haya una remisión a un evento en particular, sino que es producto de un cambio relativo a una época que se fue dando a partir de una serie de circunstancias conexas y que promovió una modificación radical en la modalidad de pensar a este concepto de sujeto. 


El sujeto racional se caracteriza por la condición de agente, o de una agencia, que remite a la autoría y al mismo tiempo a la pretendida autonomía, del autor y del acto. En ese sentido, confluyen la idea de sujeto, con la de agente, idea de autoría, pero también con la idea de autoridad. El sujeto tiene dominio sobre el acto de pensamiento.


Para Kant "hay que animarse a saber" y se considera que ese es el pasaje a la adultez de la filosofía. El sujeto, ligado a la razón, es agente y actor de las acciones. Si antes se pensaba que el hombre era producto del creador, ahora el hombre es creador. Esto crea un gran problema, porque si bien se avanza sobre la naturaleza, ese sujeto de la razón hace que la razón tenga una hegemonía absoluta, el alma constitutiva de todo pensamiento.


Los autores más contemporáneos como Max Horkheimer y Teodor Adorno caracterizan eso como una razón instrumental, donde la razón se independiza del agente y pasa a tener una característica instrumental, lo que es un peligro para el propio sujeto racional


Autores posmodernos como Liotard dicen que la posmodernidad es lo impresentable de la modernidad, presentando aquello que en la modernidad estaba como germen. Dice que la posmodernidad es el resultado de la forma más perfecta de pensar la realización del proyecto de la modernidad, poniendo como ejemplo los campos de concentración y los proyectos del Tercer Reich, que justamente fueron pensados desde la razón, que se desvía y da lugar a eso. Pensemos en la autoridad de la técnica hoy en día, donde decir "de acuerdo a la ciencia" lo torna incuestionable. La ciencia hoy ocupa el lugar de Dios. Nietzche dice que la ciencia es un monoteísmo, un monótono monoteísmo y para Heidegger la ciencia es una onto-ontologia. Antes se creía en lo divino y ahora en la razón.


Foucault vuelve a traer a colación no es tanto la búsqueda del conocimiento de sí en tanto paradigma postulado de la filosofía del conocimiento del ser, sino algo que se experimenta en las relaciones amorosas. 


En La hermenéutica del sujeto, Foucault va a explorar qué es lo que pasa en una lectura que él hace de El Banquete de Platón. Allí Sócrates había dicho que el amor no es una ciencia y ahí participa Alcibíades, que es un enamorado de él. Estando borracho, alcibiades dice que estaba enamorado de Socrates, pero en otro texto dice que Socrates le responde a esa declaración de amor algo así como "Cuidate a vos mismo", pero también se puede traducir como "Inquietate de tu ser". Foucault marca ahí la emergencia de otro tipo de sujeto, que bo esta ligado a la razón, sino a algo que pasa. 


El sujeto del amor

Sabemos que el amor es una cosa absolutamente rara. Socrates dice que todo lo que sabe del amor se lo dijo una mujer, aspacia, que era la amante de Pericles, el gobernador mas poderoso de esa época. Pericles la tenía de amante, era una hetaira, pues las esposas debían ser atenienses. Las hetarias eran extranjeras, pero no prostitutas. Tenían gran influencia. A Pericles lo condenaron al ostracismo porque tenía expresiones públicas de amor con esa hetaira. 


La hetaira Aspasia de Mileto le dijo a Sócrates lo que era el amor, que tenía que ver con algo demoníaco y no con un saber. No tiene que ver con una ciencia, sino con un saber hacer. ¿pero ese saber de quien parte, del sujeto racional o de algo diferente? 


Otra mujer muy interesante dijo que si en el amor había algo patológico, eso no era amor. Lo digo ¡Susana Gimenez! En el amor hay algo patológico. Pathos viene del griego, donde paté es pasión. Lo patológico se construye sobre un tipo de sujeto racional. Algo anda mal. Recordemos a Roland Barthes, que sin poder hablar sobre un discurso total del amor, da pequeños fragmentos. Por ejemplo, si el amor es ternura, ardor, algo que se abisma, desesperación o desesperanza…


En la escuela de los epicureistas, la ética estaba ligada al placer. Todo lo que no daba placer estaba mal. Los epicureistas decían que lo que nos hiciera perder libertad estaba mal. La afrodisia, coger, estaba bien. Enamorarse, por otro lado, no estaba bien, porque Eros encadenaba. La palabra vínculo viene del latín cadenaLa obra San Pietro Vincoli quiere decir San Pedro encadenado. 


Cuando uno se enamora puede quedar encadenado y en ese punto, resta autonomía. Esto es lo que pasaba a Alcibiades con Socrates, que de ser un hombre valiente de la guerra quedaba como un esclavo frente a Sócrates. Ese sujeto que aparece aquí es un sujeto marginal de la filosofía, pero que es interesante desarrollar.


La inquietud de si

Existe un divorcio entre la técnica de la ciencia y la vida. ¿Qué es la vida y la existencia? Heidegger propone a la angustia como una cuestión existencial y la angustia es frente a la nada. 


Ahora, alguien que está por morir y decide morirse, no es algo que pueda decidir. En la historia del pensamiento, la gente moría con su familia. ¿Qué es la muerte digna? ¿Que lugar para la eutanasia? Heidegger propuso que la ciencia se abría completamente de la cuestión del ser. 


Queda acentuado entonces que el problema estaba en que no todo se podía saber si una experiencia de la interrogación a sí misma a través de un movimiento que tomaba un asidero en la función de un interlocutor. Pero el que interrogaba debería tener una posición, un movimiento propio que la ayudase a participar en esta relación. Foucault se interesa en explorar la cuestión del sujeto a través de otro concepto que podríamos llamar la inquietud de sí. 


Heidegger no demonizó la técnica, que ha dado lugar a progresos. La ciencia oculta la cuestión del problema del ser y apela a su desocultamiento. Heidegger apela a una palabra griega de Aleteia, que significa desocultamiento. Los griegos pensaban que al morir su alma atravesaba el río Lete, que les hacía olvidar todo lo que habían experimentado. Como ese alma se volvía a montar sobre otro cuerpo, esperaban que ese saber volviese a ellos a través de poder volver aquello que habían olvidado. A-leteia es deshacer lo que el rio les hizo olvidar. 


El desocultamiento de Heidegger motiva a pensar que la técnica oculta. Por ejemplo, podemos vivir más años, pero los problemas esenciales de la vida y el sujeto continúan. Heidegger marca que la técnica nos ha llevado a discusiones muy fuertes, como si es ético sostener un cuerpo que orgánicamente funciona gracias a los dispositivos de la técnica. ¿La vida es conservar ese cuerpo o calidad de vida? 


A veces la ciencia pretende tener una hegemonía sobre aquellos puntos en que la cuestión no se resuelve por ese lado. Se plantean una serie de dilemas bioéticos como el hecho de que quien va a morir no decide nada; prácticamente se expone a la decisión de los demás. Estos temas de la muerte digna tienen que ver con la responsabilidad. Una cosa es la responsabilidad del ciudadano y otra con la responsabilidad del sujeto. Lo mismo ocurre con el suicidio.


Heidegger tuvo una solidaridad bastante cuestionable respecto al nazismo, como haber echado a profesores judíos. Esto fue descubierto muchos años después. Luego del nazismo Heidegger se llamó a silencio y quien lo volvió a traer a escena fue una amante suya, que había sido una brillante alumna de él y maestranda de Jaspers: Hannah Arendt.


Hannah Arendt rehabilitó a Heidegger luego de mucho tiempo de estar separados. Hay una serie de cartas amorosas entre ellos, como vimos, esas cuestiones del amor. Los reportes de Arendt sobre el juicio de Eichmann le hicieron darse cuenta que este último era un kantiano. ¿Qué nos ubica desde el lado de la razón o del deseo?

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