lunes, 27 de abril de 2020

Psicología Forense: ¿Qué es la simulación y cómo detectarla?

La simulación es el acto de fingir algo que no existe. En casos judiciales, el actor puede utilizarla para lograr la inimputabilidad, por ejemplo. Podemos concebirla como la actitud psíquica consciente y voluntaria donde se representa plásticamente un determinado evento mórbido con la intencionalidad y finalidad utilitaria de engañar a un tercero. Entonces, tenemos los siguientes caracteres:

  • Actitud psíquica: se caracteriza por una activa disposición mental cuya motivación radica en obtener un beneficio secundario a través del engaño.
  • Consciente y voluntaria: vale decir la capacidad psíquica para discernir y ejecutar un acto previamente elaborado y planificado.
  • Representación plástica: consiste en hacer presente por medio de la expresión psicomotriz el evento mórbido que se utiliza para el engaño.
  • Evento mórbido: es decir, la patología que se desea representar.
  • Intencionalidad y finalidad utilitaria de engañar: es la actitud utilizada por el simulador para obtener un beneficio legal vinculado a su situación jurídica.

Diferentes modalidades de simulación:
Disimulación: el enfermo oculta la patología que padece con el fin de obtener cierto beneficio personal o de convalidar futuros actos jurídicos. Surge con mayor asiduidad en pacientes internados y que desean lograr el alta médica.
Parasimulación: el individuo representa un evento mórbido distinto al que ya padece. Suele verse en pacientes internados y que desean obtener beneficios secundarios por medio de simular síntomas ya padecidos o vistos en terceras personas.
Sobresimulación: se exagera o sobreactúa la sintomatología de un evento mórbido que padece o que está simulando. Es posible detectarla en la población carcelaria que desea ser trasladada al Hospital o en aquellos internos que intentan modificar su calificación penal.
Metasimulación: actitud psíquica voluntaria e intencional de sostener en el tiempo la sintomatología del cuadro psiquiátrico ya desaparecido. Se observa con mayor frecuencia en el fuero civil.
Presimulación: simular una enfermedad antes de la comisión de un acto antijurídico con el fin de poder liberarse de la responsabilidad legal que en tal sentido le cabe.

Motivaciones para incurrir en simulación: se califica las motivaciones para simular y a los simuladores en: sujetos con un íntimo sentimiento de inseguridad, delincuentes que recurren con mucha frecuencia a la simulación por su propia iniciativa o por sugerencias de otras personas, personas que se consideran superiores a los demás, los que simulan para atraer la atención de los otros y los que simulan miedo a la muerte, al ridículo o la vergüenza. Por último tenemos a los que hacen de la simulación un medio de vida.
A diferencia de la simulación, la motivación principal para padecer un cuadro clínico real es inconsciente y tiene el único fin de evitar o reducir la ansiedad. La motivación para los simuladores y la justificación de su conducta está basada en contingencias ambientales que lo llevan a evadir la responsabilidad penal o judicial del hecho perpetrado, al ser declarado inimputable. La inimputabilidad es un concepto asociado al de enfermedad mental y simulación en el sistema judicial.
Según el Código Penal, no son punibles aquellos que no hayan podido en el momento del hecho comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones
Signos para la detección de la simulación:
Comportamiento durante la evaluación forense:

  • Retención de información y falta de cooperación: la memoria de un simulador tiene vacíos importantes, es cauteloso y piensa que entre menos información tenga el examinador, es mejor. Afirman haber olvidado muchas cosas o no saber. Los sujetos tratan de tomar el control de la entrevista y se comportan de una manera intimidante, gastan tiempo para pensar las respuestas que van a dar. Presentan abundancia de respuestas evasivas si están dirigidas a una cuestión vital para el simulador; contestaciones buslescas, irónicas y ridículas; ausencia del trastorno de la afectividad.
  • Exageración: creen de forma equivocada que entre más extraños parezcan, más creíbles son.
  • Llaman la atención sobre su enfermedad: lo cual contrasta con la conducta de los enfermos reales que a menudo, son reticentes a hablar de sus síntomas.
  • Los acusados actúan comúnmente como sordos y tontos: se muestran excesivamente psicóticos, intelectualmente impedidos y con amnesias y delirios.
  • Ausencia de alteración afectiva clínicamente asociada con la enfermedad que simula: falta el típico contenido afectivo de ansiedad en alucinaciones y delirios; o el tono afectivo de temor, rabia o depresión asociado a cualquier diagnóstico. Si hay auto lesionismo, éste no reviste gravedad, estando bien calculado el acto.
  • Ausencia de perseveración: la perseveración es un signo de consistencia en la personalidad o en la patología. Los simuladores no la presentan.
  • Incoherencia entre resultados de pruebas y funcionalidad del evaluado: la inconsistencia entre las respuestas del sujeto referida a ejecutar correctamente ejercicios complejos e incorrectamente ejercicios más sencillos que implican los mismos procesos cognoscitivos y el fallo en ítems muy simples. Otros indicadores de este signos son el rendimiento por debajo de lo esperado al azar en pruebas de elección entre dos alternativas, la inconsistencia en la ejecución de diferentes pruebas que exploran las mismas funciones.
  • Alteraciones del lenguaje no verbal: el tono y la intensidad de la voz varían significativamente ante la mentira, la velocidad de fraseo es lenta y evasiva, el evaluado tarda en responder porque necesita pensar varias veces para contestar con coherencia, produce pausas y errores en el discurso, además es de carácter indirecto, las expresiones faciales varían contingentemente con el contenido temático. Las características de la mirada tienen mucha importancia: la del auténticamente trastornado se caracteriza por su mirada fija y expresión extraviada; la mirada del simulador es menos franca, se muestra con una expresión de desconfianza como temeroso a ser descubierto.

Características de los síntomas simulados:

  • Los síntomas del simulador son generalmente inconsistentes con los síntomas legítimos de la enfermedad mental: el simulador actúa de manera normal cuando no se percata de que está siendo observado. Por lo general confunde los síntomas psicóticos con los impedimentos cognoscitivos y cree que la persona que escucha voces no sabe, por ejemplo, en qué año está. Pretenden tener alucinaciones visuales o auditivas y hablan con personas imaginarias.
  • La simulación es más difícil de mantener por períodos largos: por eso hay más oportunidad de descubrir el engaño durante una entrevista larga.
  • Dificultad para fingir síntomas fisiológicos: generalmente el simulador desconoce los síntomas fisiológicos de la enfermedad y por eso no los actúa; si llegara a simularlos puede ser descubierto porque los sobreactúa o tiene dificultades para hacerlo.
  • Simulan síntomas evidentes y en relación con el conocimiento previo de la enfermedad: los simuladores tienden a fingir los síntomas más conocidos y característicos de la enfermedad dejando de lado otros que están asociados con el mismo pero no son tan conocidos u observables.
  • Se fingen más síntomas que cuadros diagnósticos íntegros: los síntomas pueden haberse elegido de varias enfermedades y por ello pueden presentar quejas inusuales, atípicas o inexplicables o inconsistentes con los desórdenes conocidos.
  • Informan síntomas severos con aparición aguda en contradicción con el desarrollo crónico conocido por los clínicos: por ejemplo, pueden informar que los síntomas de “locura” comenzaron cuando el imputado tenía 40 años, poco antes del incidente judicial y el clínico sabe que la esquizofrenia tiene un inicio cerca de los 20 años y la enfermedad se desarrolla crónicamente.

Aspectos del historial clínico y judicial:

  • Discrepancia entre el auto-reporte y los archivos médicos.
  • Los simuladores parecen no tener ningún motivo o comportamiento psicótico asociado a sus ofensas: no relacionan los delitos con sus síntomas o alteraciones.
  • Evidencia de complicidad: en los casos en los que se alega que el acusado presenta un determinado tipo de patología mental, se sospechará simulación si hay un cómplice implicado en el crimen.
  • Engaños anteriores: las investigaciones retrospectivas algunas veces revelan evidencias como utilización de alias, escapes de la prisión. Es común encontrar un patrón de comportamiento antisocial engañoso.
  • Historia laboral incoherente con la enfermedad: una persona que padece una enfermedad mental, difícilmente puede tener un óptimo funcionamiento laboral.

Neurosis de renta.
Definición: Es un estado mental de algunos individuos siniestrados o accidentados, de personalidad litigante, que exageran inconscientemente la impotencia funcional, prolongan anormalmente la incapacidad laboral, acentúan las secuelas objetivas, con otras subjetivas y emprenden una actividad PARANOIDE creciente en busca de una indemnización máxima.
Dada la existencia de un trastorno de la personalidad previo antes del daño, no dan derecho a valoración de incapacidad como secuela de accidente del trabajo.
NOTA: Por las características de estos exámenes de evaluación de la incapacidad laboral, deberá estudiarse para descartar las posibles: Simulaciones, Metasimulasiones o perseveración y Sobresimulación.

  • SIMULACION: Producción voluntaria de síntomas psíquicos o físicos falsos o exagerados, motivados por la consecución de algún objetivo, como la obtención de compensaciones económicas.
  • METASIMULACION O PERSEVERACION: Caracterizada por descripción de síntomas desaparecidos o patología ya curada.
  • SOBRESIMULACION: Exageración de síntomas subjetivos que pudieran subsistir.

Lo antes expuesto lleva en más de una ocasión a los peritos médicos a incurrir en error o engaño, dificultando la evaluación correcta de incapacidad.

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