El Texto de Tenti Fanfani “Culturas juveniles y cultura escolar” parte del siguiente planteo: ¿Qué es lo que se ofrece como educación escolar para adolescentes y jóvenes en América Latina?
Hubo 2 grandes cambios que caracterizan el desarrollo de la educación básica en nuestro continente:
Masificación: la vieja escuela debe responder a la demanda de nuevos ingresantes.
Cambio social profundo de los individuos.
La escuela para los adolescentes está en expansión. Pero el crecimiento cuantitativo de alumnos no fue acompañado por un aumento proporcional en los recursos públicos invertidos al sector. Hubo que hacer más con menos.
Los viejos dispositivos que regulaban la relación profesor – alumno se erosionan. La masificaciónestá acompañada por un cambio muy significativo en la morfología social de los alumnos: son más y diferentes. Ingresan los que antiguamente estaban excluídos. Estos recién llegados al nivel medio traen consigo todo lo que ellos son como clase y como cultura.
Todas estas transformaciones en la demografía, morfología y cultura de las nuevas generaciones pone en crisis la oferta tradicional de la educación escolar. Los síntomas más avidentes con la exclusión y el fracaso escolar, el malestar, el conflicto y el desorden, la violencia, las dificultades de integración y ausencia de sentido de la experiencia escolar. Los que “llegan” tarde, ingresan a una institución ajena.
Se enfrentan 2 culturas: la de los jóvenes adolescentes vs. La propia tradición escolar. Cuando los excluidos llegan a la educación media se produce el conflicto y el desencanto. Conflicto por los nuevos desafíos a veces contradictorios y desencanto y frustración porque cuando llegan a la escuela media los pobres se encuentran que no existe correspondencia entre escolaridad y puestos de trabajo.
Sentido y valor de la enseñanza media en el mundo de hoy.
La enseñanza media hoy tiene un significado distinto al que tenía. En un principio, se trataba de un antesala de los estudios universitarios o posiciones. Estaba solo reservada a los herederos, a los hijos de las clases dominantes y a algunos pobre meritorios. Hoy la enseñanza media es la última etapa de la escolaridad obligatoria. Es una enseñanza final para la mayoría de la población y un momento de un proceso de formación de una minoría.
En un principio, los más capaces de superarlos llegaban al final y adquirían el derecho de entrada a la universidad. El fracaso era un fenómeno habitual. Cuando la enseñanza media se convierte en obligatoria, hasta el segundo año de la vieja escuela secundaria, se producen fuertes contradicciones entre los viejos mecanismos pedagógicos y disciplinarios, las expectativas de docentes y alumnos y las nuevas disposiciones legales y normativas.
Todos los adolescentes deben estar en la escuela, es un mandato de la ley. Y al mismo tiempo, un mandato social, del mercado de trabajo. Hoy la institución ha perdido la capacidad de imponer reglas que determinen la permanencia o el abandono escolar. Ir o no ir a la escuela, ya no es una elección discrecional. El examen y la evaluación ya no pueden cumplir una función selectiva, sino estrictamente pedagógica y los problemas de aprendizaje no se resuelven por la vía fácil y corta de la repetición y la exclusión. Lo mismo ocurre en los problemas de conducta y disciplina.
La educación para los adolescentes se convierte en el eslabón más crítico de las políticas educativas nacionales. Propongo discutir estos nuevos desafíos alrededor de 3 ejes problemáticos:
Identidad y cultura: La adolescencia y juventud son construcciones sociales. Tienen una base biológica, pero es la sociedad la que produce determinados cortes y rupturas. Esas fronteras que marcan los límites no tienen una señalización material u objetiva. No estamos en condiciones de decir cuándo empiezan y cuando terminan estas etapas de la vida. No siempre existió la adolescencia. La vieja escuela primaria fue pensada y diseñada para los niños de la escuela media, pese a sus esfuerzo de adaptación tiende a reproducir los mecanismos de la educación infantil. Tiende a tratar a los adolescentes como si fueran niños. Son diferentes.
Los adolescentes son portadores de una cultura social que no coincide necesariamente con la cultura escolar. Los saberes que ofrecen la escuela están alejados de la cotidianeidad. Hoy resulta imposible separar el mundo de la vida del mundo de la escuela. Los adolescentes traen consigo su lenguaje y su cultura. A veces las instituciones tienden a negar su existencia. El conflicto es más probable en los jóvenes de clases sociales dominadas.
Un nuevo equilibrio de poder entre las generaciones. Los equilibrios de poder entre los jóvenes y adultos. La edad estructura la relación de dominación en todas las sociedades. El niño percibe que solo basta con ser aplicado y obedecer para tener éxito en la escuela. El adolescente considera que debe desplegar una estrategia. Los niños tienen una contibuidad relativa entre su estatuto de niño y estatuto de alumno. Los adolescentes viven una tensión entre sus estatutos de alumno y adolescente.
El problema del sentido de la escuela: Los profesores deben construir su autoridad en forma cotidiana.
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