San Agustín personifica el pasaje del contexto de la filosofía antigua a la filosofía medieval.
Vamos a fechar al Medioevo en una periodización un tanto caprichosa. Desde el S. IV, V al siglo XIV. Vamos a incluir al siglo XIV, hacia el 1300, en la época de Petrarca, el primer humanismo.
En los primeros siglos después de Cristo (IV y V), había mucho lastre de la antigüedad, pues sabemos que los cambios históricos nunca son repentinos.
Desde el siglo IV se venía dando un hecho político, social, económico, lingüístico, religioso muy importante que culminó en el S. V, que fue la caída de Roma. Cae esa suerte de tentáculos de la cultura, hasta donde llegaba este mundo romano, donde llegaba su poder, su influencia lingüística y religiosa… Todo eso empieza a resquebrajarse. En el 476 DC cae el Imperio Romano de Occidente e Imperio Romano de Oriente. El imperio romano de occidente queda dividido, explota. Y el imperio romano de oriente seguirá hasta el siglo XV, que es una de las fechas que vamos a tomar como inicio de la modernidad.
Se rompe la cúpula, occidente queda sin un poder central. Se pierden las unidades políticas, religiosas, lingüística, económica… Quedan pequeños pueblos a merced de las invasiones bárbaras. Los bárbaros admiraban el imperio romano, de hecho muchos de estos pueblos quisieron reproducir esta unidad romana, por lo que intentaron reponer este imperio. Ejemplo de bárbaros son los Godos: los visigodos en España y los Ostrogodos en Italia.
Entonces, como hecho fundamental, para entender a San Agustín tenemos que tener en cuenta el contexto de la caída del imperio romano, un imperio que ya había dado muestras de su debilidad.
En el imperio eran politeístas, pero en el siglo IV Constantino se convierte al cristianismo impulsado por su madre y en la época posterior con Teodosio decretó que la religión oficial del imperio fuera el cristianismo. El imperio muta. Antes, mientras los paganos pagaran tributo a Roma era suficiente, ahora el cristianismo era la unidad política. La unidad cristiana marca un posible comienzo de la Edad Media.
En el otro extremo tenemos el siglo XIII y XIV. Por un lado tenemos rasgos de modernidad (empezar a desconfiar de esta teología medieval, del poder político de la Iglesia). Pero sin embargo, si analizáramos las diferencias entre un hombre del siglo XIII y uno del siglo XVI o XVII, es que el primero creía que su mundo era el centro del universo. Y el hombre del siglo XIV, no (Copérnico y la teoría heliocéntrica).
Ya teniendo la periodización bien marcada y argumentada, ahora podemos ubicar en estos 10 siglos todo el Medioevo. Cuando hablamos de la Edad Media, obviamente hablamos de varias edades medias.
Recapitulemos. Comienzo de edad media (S. IV – S. V): Cae la unidad política romana. Entonces se forman pequeñas ciudades fortificadas ante el avance germánico y de los árabes. La cultura occidental estaba en riesgo de morir. En el 711 DC entran los moros por España. Y se quedan ahí hasta 1492. En ese año hubo la primera gramática en lenguas modernas y el descubrimiento de América. A partir del siglo XI, XII, los moros son una amenaza cada vez más arrinconada.
Pese a que todos pertenecían a un mundo en común, aunque estuviera amenazado (mitad de Italia copada, mitad de francia copada, mitad de España copada, bárbaros en Alemania), así que fue el cristianismo que mantuvo unida a la edad media.
En este contexto aparecen hechos importantes, como la orden de San Benito, u orden benedictina (fines del S. VI y principios del S. VII), estos monjes levantaban monasterios, iglesias, bajo el lema “ora et labora” – Reza y trabaja – Estaban las órdenes de los Franciscanos y los Dominicos. Estas órdenes no solo trabajaban la tierra y los animales, sino que también impartían la Biblia. Daban clases en voz alta de la biblia (no todos sabían leer, ni habían tantos libros). También cuidaban los textos que hoy tenemos como los de Cicerón, las obras de Aristóteles, etc, en grandes bibliotecas donde los reunían. Esto no es un dato menor, porque el cristianismo empieza así a recobrar fuerzas. Desde el siglo XI y XII ese saber empieza a salir de los muros,
La Estructura social y política del Medioevo tenía esta estructura estamental o piramidal:
1) Oradores (papa, los sacerdotes)
2) Guerreros.
3) Campesinos. (actividades artesanales)
Esta estructura tiene otra representación piramidal en el Kosmos:
1) Dios.
2) Hombre. (No vive en la naturaleza, vive en el mundo, domina a la naturaleza pero está sometido a Dios.)
3) Naturaleza.
Y también la pirámide en lo humano:
1) Cabeza. (La razón)
2) Corazón. (instinto)
3) Genitales. (instinto)
Esta es la estructura de un mundo claro y conocido, que tiene una forma lógica en donde no hay ninguna duda que Dios es el amo del hombre y el hombre es el amo de la naturaleza. La naturaleza sirve al hombre y el hombre sirve a Dios.
El tiempo ya no es cíclico como en la antigüedad griega (Los griegos se regían por tiempos cíclicos, el tiempo para ellos volvía sobre sí mismo), a partir del cristianismo el tiempo son momentos irrepetibles, vemos al tiempo como algo que avanza. El episodio más importante por excelencia es Cristo. Esto se da en la poesía también: aparece la figura del enamorado esclavo del amor. A la amada se le canta como si fuera Dios “soy tu siervo, soy tu esclavo, yo te rezo…”. En el siglo XV y XVI esto cambia.
La esclavitud, para ese entonces, ya era un pecado “El hombre es libre por naturaleza”. Los siervos tenían protección, es un gran avance del mundo medieval respecto del mundo antiguo. Se abolió la naturaleza de la esclavitud, recordemos que Aristóteles decía que el esclavo lo es por naturaleza, que era un animal que habla. Los siervos sirven pero no son esclavos, la esclavitud pasa a ser una una injusticia, porque todos los hombres son iguales ante los ojos de Dios. En términos filosóficos y jurídicos esto significa que los hombres son libres e iguales por naturaleza. Y esto es importante porque el cristianismo se secularizó. Esos valores cristianos pasan a ser de toda la sociedad.
Ahora sí, San Agustín...
En el 354 nace Agustín, y muere en el año 430. San Agustín fue uno de los más grandes padres que ha dado el pensamiento filosófico. Nació en Tagaste. En algún momento algo del cristianismo lo conmueve y se convierte.
Él presencia la caída del imperio, que hasta ese momento era considerada la ciudad eterna. Aparece la posibilidad de que El Imperio Romano pudiera venirse abajo, ¡Roma era la invención más importante del hombre y estaba sujeta a la destrucción! Los guerreros ya no podían contener las invasiones bárbaras y la unidad política más importante de la historia se estaba resquebrajando por todos lados. Todo lo que era verdadero se empieza a corromper…
San Agustín se dio cuenta que ninguna invención del hombre es verdadera, que está condenada al paso del tiempo, a la corrupción que trae el paso del tiempo. Se dio cuenta que las cosas compuestas por materia se corrompían. Hay un texto de Agustín que se llama La ciudad de Dios, en donde Roma se opone a la ciudad divina. Dice que los hombres pueden pertenecer a una ciudad que es la comunidad de Dios, que compartan los mismos valores. Se trata de una comunidad sin patria, donde pertenecer a esa ciudad es compartir una ley común aunque no supieran que se trataran de las leyes cristianas. Todo aquel que comparta determinados valores, pertenece a la Ciudad de Dios. No se trata de una unidad política ni perteneciente al estado.
Patrística y escolástica: La patrística es la de los padres fundadores de la Iglesia, originada en el siglo I. San Agustín es uno de los padres de la Iglesia porque le da sentido a La Revelación. Los escolásticos (los “doctores de la iglesia”) interpretan esto, se dedican a leer e interpretar estas doctrinas que predicaban los padres de la iglesia. San Agustín es el primero en intentar que los filósofos paganos antiguos se adecuen al cristianismo, y encuentra muchas similitudes. Así le da un estatuto filosófico a la doctrina de Cristo.
Habíamos visto del 354 al 430 D.C., que San Agustín había presenciado la caída del imperio romano, que Costantino había adoptado la religión cristiana, que luego pasaba a ser la religión oficial del Imperio. Y que luego la unidad política se empieza a resquebrajar. Hablamos de La Ciudad de Dios, esa suerte de comunidad espiritual que era atemporal, vs. la ciudad de los hombres, que hasta la intención más sublime de los hombres está corrompida por su naturaleza material. Esto de la ciudad de Dios es importante, porque es como una peregrinación, del hombre en busca de elevarse de una naturaleza caída (propio del contexto medieval) a partir de los valores divinos, para encontrarse con Dios. El hombre en sí mismo tiene la huella de este creador, es a su imagen y semejanza y la luz interior. Esta huella del creador es la que hace que el hombre intente superarse en esta peregrinación para encontrarse con este creador.
San Agustín dice, acerca del conocimiento, que hay que creer para tener fe y hay que tener fe para creer. Hay un doble movimiento, no se puede conocer sino se tiene algo previo de fe y no puede tener fe de que no conozca. Esto es muy fuerte, porque uno tiene que suponer que va a encontrar algo antes de buscarlo. Se trata de dos momentos fundamentales.
El problema del mal. ¿Cómo ha creado Dios al mundo? A partir de la nada. Y “nada” ya es algo, ni siquiera “nada” había. Para un cristiano, el mundo y el tiempo se crearon juntos. Antes del tiempo no había nada y “antes” significa tiempo.
Dios crea todo, ¿necesitaba algo Dios? No. ¿De dónde tomó la materia? ¡La creó! El mundo no es una engendración, porque engendrar algo implicaría que el mundo tuviera la misma materia que Dios. Si yo engendro a un hijo, él tendría carne, hueso y sangre como yo, la misma materia. El mundo no tiene la misma materia de Dios. El mundo es creado de la nada, no había nada y Dios crea a la materia, crea algo distinto de sí mismo. Por eso el mundo es naturaleza caída, está sujeto a lo temporal, ¿qué significa? Que se corrompe, que muere, que nace, que se degrada… Mundo y tiempo son la misma creación, pero Dios no está sujeto ni al mundo ni al tiempo. ¿Y de dónde viene Dios? Esa pregunta para San Agustín no tiene sentido, porque al no estar afectado por tiempo o la materia, no tiene un lugar o tiempo de donde venir. Dios significa principio universal. Es un principio constructivo, rector, ontológico, y ontologinacte, hace cosas de la nada. Dios no es el señor de barba, es el principio de lo que es, el principio ontológico. ¿Qué es Dios? Lo que hace ser todo.
Dios crea a todo de la nada y crea a la materia, es decir, el mundo está creado por Dios. Entonces Agustín se pregunta “¿Por qué hay MAL en el mundo?”. Mejor dicho, ¿hay mal en el mundo? Las pestes, un chico que nace con una discapacidad motora, un tsunami… ¿Por qué hay mal en el mundo si Dios creó al mundo? Agustín dice que hay cosas que en el mundo que el hombre vive como males.
Vamos a ver cómo evoluciona el pensamiento de San Agustín. Fíjense de cómo pasamos de la ontología (lo que es) a la ética. San Agustín dividió entre mal físico y mal moral. No es lo mismo una peste, un árbol que cae y mata alguien o una tempestad que un problema de acción. Acá hay problema moral, lo que el hombre elige hacer. No es lo mismo un tsunami que un asesino. A los 2 los vemos como mal, pero no es lo mismo.
Agustín muestra que el mal físico no es un mal, porque en la mirada del hombre finita y temporal, lo que tomamos como mal no sabemos realmente si es un mal. Agustín dice que desde nuestra mirada vivimos cosas como mal que no tenemos la menor idea de si son malas o no. En el orden de la creación, no podemos decir que un problema físico sea un mal. Es la finitud del hombre la que supone que hay un mal en los hechos físicos.
Una vez que se sacó de encima el problema del mal físico, pasó al mal moral. Dijo que el hombre tiene la capacidad de elegir (un animal que se come a un niño no es responsable porque no puede elegir). Puede elegir entre hacer una cosa y otra, no vive en la naturaleza. Dios ha creado al hombre libre.
Ahora hay otro problema, que es sacarle a Dios de encima la causa del mal moral, porque sino Dios habría creado un animal defectuoso. El hombre tiene libertad, o sea, la disponibilidad de elegir. El mal para Agustín es el producto de una acción libre del hombre, del libre albedrío mal usado.
Con esto llegamos a la conclusión de que el mal no es, es producto de una creación del hombre. No tiene estatuto ontológico. El mal es una elección libre del hombre. Pero no hay nada malo a priori.
Nos quedó decir por qué San Agustín es el padre de la Iglesia y no Platón. Agustín tiene un acento fuertemente marcado en Platón mientras que Tomás es aristotélico.
Hay un principio que nace a partir del cristianismo al decir “Todos somos iguales ante los ojos de Dios” que es el la igualdad. Esta igualdad universal y novedosa no estaba en el Imperio Romano. El único avance que había era el tema de la persona jurídica (concepto abstracto) y por supuesto no estaba en el mundo griego. El principio de la igualdad y la libertad es de este ¿bendito? cristiano. A partir del cristianismo va a ser mal vista la esclavitud. Siervo no es lo mismo que esclavo. El siervo es una persona y el esclavo un animal que habla. El siervo tiene un salario, sirve a un amo… En esta nueva de concebir al hombre, LA CULPA, tiene un problema filosófico.
La culpa como problema ético es una manera de concebir al otro, es una manera de relacionarse. La culpa implica un grado de interiorización mayor de lo que se veía en la antigüedad. Agustín es el que de alguna manera trae esta forma de concebir al otro, no porque haya sido él, sino que se estaba dando con el avance de los siglos. La buena nueva es la forma de concebir al otro.
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