Ya hemos sostenido en otra nota publicada por este medio, la legitimidad estricta del uso del concepto "terapia" en psicoanálisis.
Resumiendo: No es verdad que el concepto de "terapia" implique el retorno a un estado anterior, como se sostiene ampliamente en el ámbito lacaniano, basándose justamente en una crítica que hace Lacan (que habría que entender en el contexto de sus polémicas y no tomarlas como verdades absolutas y sin más). Ningún uso del término autoriza esa lectura, cosa que puede comprobarse en una búsqueda exhaustiva de en las fuentes autorizadas disponibles (enciclopedias, diccionarios...de suficente jerarquía...etc.).
Por otro lado salvo en restrigidos ambientes psicoanalíticos, la palabra psicoterapia para el tratamiento psicoanalítico está socialmente sostenido y no se puede ignorar esta nominación en el lazo social, en una insistencia claramente dogmática que que de hecho coloca al psicoanálisis por fuera del lazo social.
Nadie concurre a un psicoanalista sólo para conocerse o lograr un estatuto discursivo superior (la idealización del fin del análisis), se lo reconozca o no.
Por otro lado sabemos que en el malestar y el sufrimiento se juega el síntoma y el psicoanálisis apunta a mejorar la condición de ese malestar y el sufrimiento. El mismo Lacan no tuvo pudor en usar el concepto de cura e inclusive explícitamente en uno de sus últimos seminarios sotuvo que el tratamiento psicoanalítico es un sesgo práctico para sentirse mejor. Si bien no necesitamos la autorización de la enseñanza de Lacan para sostener nuestra posición, no está de más citarlo por las razones ya expuestas. En Freud la condición terapéutica del psicoanálisis siempre fué explícita y textual en su obra.
Por lo tanto es un error teórico y clínico negar la condición terapéutica, bajo pretextos tales como el expuesto en la afirmación de Lacan, o el famoso "el síntoma se cura por añadidura" parafraseo de una dicho de Freud, tomado también fuera de contexto.
Por otro lado ese "sesgo práctico para sentirse mejor", tiene una dimensión que no sólo es práctica. No es algo ortopédico y resistencial como en cualquiera de las otras prácticas "psicoterapéuticas".
El psicoanálisis en cualquiera de los ámbitos donde opera un psicoanalista, desde la guardia en un hospital hasta el tratamiento psicoanalítico propiamente dicho, basa su eficacia con el síntoma en el posicionamiento del sujeto frente a él. La relación con la verdad permite una mejor calidad de vida, y esa mejor calidad va ligada a la cura misma, cuya eficacia va desde el alivio, hasta la resolución de los síntomas que muchas veces implica hasta el plano orgánico.
Se trata del acceso del sujeto a su verdad y su posicionamiento frente a ella...eso cura y hay que decirlo.
La cura psicoanalítica no es ortopédica como sucede con las "psicoterapias" varias, sino lo reiteramos: es el posicionamiento del sujeto frente a la verdad, de eso resulta ese "sesgo práctico para sentirse mejor" de la cita de Lacan que mencionamos anteriormente.
Creo que los psicoanalistas debiéramos tomar esto suficientemente en cuenta.
Eso no ocurre muchas veces. Y suele ser el resultado de una enorme negación ... ya que es muy difícil pensar que alguien pueda prácticar el psicoanálisis sin tener esa aspiración...lo reconozca o no.
Y si se trata del lugar del psicoanálisis en el lazo social, la difusión de esa negación de la condición terapéutica del psicoanálisis sólo conduce a la resistencia frente a él.
Victor Iunger, " LA CONDICIÓN TERAPÉUTICA DEL PSICOANÁLISIS"
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