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El problema de la estructura y la ley se puede definir, en Lacan, en los siguientes términos:
“Antes de toda experiencia, antes de toda deducción individual, aun antes de que se inscriban en él las experiencias colectivas que se refieren sólo a las necesidades sociales, algo organiza este campo, inscribe en él las líneas de fuerza iniciales. Es la función de lo que Claude Lévi-Strauss nos presenta como la verdad de la función totémica y que además reduce su apariencia: la función clasificatoria primaria” (22 de Enero de 1964).
Dice Freud, en Moises, su pueblo y la religión monoteísta:
¿Qué tipo de inconsciente es el freudiano? En el ensayo de 1912, El inconsciente, Freud habla de un inconsciente de tipo descriptivo, tipo tópico y uno dinámico. En esa primera tópica, habían cosas que a Freud no le empiezan a cerrar. Porque más allá de la dimensión descriptiva y tópica, tiene una dimensión dinámica.
El inconsciente descriptivo es aquel que tiene que ver con las representaciones cc, pcc e inc. El tópico es el inconsciente que se ubica en un sistema; el inconsciente dinámico es aquel en que actúa el mismo inconsciente, se articula a algo. Lacan leyó esto para decir que está el inconsciente freudiano y nuestra lectura sobre el inconsciente. hace referencia a que el inconsciente freudiano no es el inconsciente romántico:
El inconsciente no es un invento freudiano. Eduard Von Harmann escribió "La filosofía del Inconsciente" (1896). Allí describe al inconsciente como el principio metafísico último como Absoluto empleado por los idealistas alemanes. El inconsciente freudiano es una combinación de Von Harmann con el inconsciente de Schopenhauer y tiene que ver con el deseo, aunque también con la razón.
Para Lacan, el inconsciente va a estar más ligado a esos puntos donde se falla, se tropieza, fisura, donde la articulación racional no cierra del todo:
Recordemos el olvido de Freud, al ver un cuadro de Signorelli. Él recuerda "elli" y le sale Boticelli, pero olvida "Signor". Por el resto metonímico "elli", él asocia Boticelli.
Y por otro resto, "Bo", por desplazamiento, lo remite a Bosnia. Por se mismo resto, por metonimia, lo remite a Boltraffio. El resto traffio le remite a Traffoi. Recuerda que entre Herzegovina y Bosnia había algo que decían los turcos: cuando uno tiene un problema en la sexualidad, no hay nada más que decir, es preferible la muerte. Freud recuerda un paciente que se había suicidado por un problema en la sexualidad. Herr, lo remite por asociación externa, que Herr es Signor en italiano. Ahí recuerda "Signorelli".
Lo que aparece olvidado en esto es la implicación de Freud en todo esto. El olvido de "Sig" lo remite a su propio nombre Sigmund, según Lacan, para decir que en el inconsciente hay algo que a uno lo señala, lo implica. Es decir, en el inconsciente se encuentra la falla, la fisura y pese a que ontológicamente el inconsciente no existe, se puede dislumbrar bajo la única evidencia de la discontinuidad y nada más. Y que eso lo implica a uno, en la dimensión metafórica.
Una paciente trae un sueño a análisis: Veo muchas cosas DINSEMINADAS en la playa. El analista le pregunta por dinseminadas, a lo que ella responde que fue un error. El analista insiste con esa palabra, la paciente se angustia y trae una escena en donde ella mantuvo relaciones sexuales en la playa, con un amigo de su pareja. Ella tenía miedo, pero a la vez deseo, de quedar embarazada de ese hombre. Ese "dinseminada" remite, entonces, a la diseminación y a la inseminación. En esta paciente, ella había diseminado las cenizas del padre en la playa.
El paciente va a venir hablando por una línea significante. De repente, aparece otra línea significante que empieza a remitir a otras cuestiones que tienen que ver con su vida.
Esta paciente había traído una premisa mayor: todos los hombres son cogibles. Hay que tener en cuenta que la primera premisa, en la histeria, es falsa. El analista la confronta diciendo que si su padre era un hombre, entonces era cogible. Ella dice que él no, con lo que el analista ubica un punto de ruptura del silogismo.
El análisis se inicia cuando el inconsciente se abre a la transferencia y el analista es incluido. El síntoma se revela allí como formación del inconsciente.
La ética del psicoanálisis responde al deseo del sujeto, pero el instrumento que usa el analista tiene que ver con el decir. Ese instrumento se llama deseo del analista. El deseo del analista es un instrumento, es el deseo que se le supone al Otro. Si el analista asume el deseo del Otro, el analista porta un deseo y ese deseo inquieta, porque no es deseo de algo en particular, sino de cualquier cosa.
La interpretación va hacia un rehallazgo, que tiene que ver con el término invención. Invenire, en Latin, es volver sobre las huellas que ha dejado lo perdido. Es la invención de un saber. Por eso Lacan dice:
Con esta metáfora, Lacan quiere decir que el analista busca algo que ya está perdido y cuando lo reencuentra, lo vuelve a perder. La lectura es un poco complicada, pero es la misma que Roland Barthes hace en la literatura. Barthes dice que el poeta baja hacia las profundidades del infierno como Orfeo, buscando algo que ha perdido: lo que no se puede decir, lo impronunciable.
De aquello que no se puede decir, el poeta trae algo a la superficie, pero cuando se da vuelta a ver aquello que ha amado, eso es ya una palabra muerta. Por eso, la creatividad es una invención de algo que desde la poética tiene que ver con lo indecible, que cuando se transforma en palabra ya es algo del orden de lo dicho. El acto de decir es algo absolutamente original. Lo que uno busca en el análisis es esa originalidad en el decir, que rompe los sentidos de lo dicho, del decir corriente, y va hacia lo particular y lo singular de aquello que define a cada sujeto.
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