miércoles, 17 de mayo de 2017

Cómo reconocer la estructura a partir de una alucinación.

Las alucinaciones no son patrimonio exclusivo de las psicosis: pueden aparecer también en los cuadros neuróticos. La fuente de error más común de equiparar las alucinaciones con la psicosis se que se toma la categorización que hace la psiquiatría.

La diferenciación de estructura se hace escuchando a la letra el fenómeno discursivo en cuestión.

Definición general de la diferencia:

  • La alucinación neurótica da cuenta de la estructura que la promueve. Es posible hacer una lectura de la misma; a partir de dicha lectura, nos encontramos con. que la castración no está forcluida en lo Real; por el contrario, es posible leerla, reprimida, en dicha. alucinación.

  • La alucinación psicótica siempre pone en juego un significante excluido del mundo simbólico, pero este significante implica siempre a la castración expulsada.

Diferencias entre ambas estructuras y los fenómenos relativos a cada una de ellas.

  • Las neurosis se caracterizan por estar construidas alrededor de la castración, cuya represión genera los síntomas. En la manifestación de las neurosis, encontramos las "Formaciones del Inconsciente", que reúnen todas una serie de características comunes, las que ya señalara Freud, tales como las de ser producto del Inconsciente, responder al motor del deseo y tener como núcleo la castración. En comparación con la psicosis, la neurosis dispone de más recursos para enfrentarse a lo real.

  • En las psicosis la castración no ha tenido cabida en el registro simbólico y ha sido expulsada a lo Real (forclusión). En cuanto a las psicosis, donde el inconsciente y el deseo no están estructurados por la castración, las manifestaciones que les son propias y que designamos "Formaciones elementales", se caracterizan por ser la expresión de aquel significante que, forcluido en lo Simbólico, aparece en lo Real. Siguiéndolo a Lacan, éste es el registro portador de la castración simbólica excluida y cualquier movimiento que se produzca en él hará sobrevenir la castración no simbolizada.
El Inconsciente en la psicosis está más inerme ante lo Real que en las neurosis. Las Formaciones elementales" son el modo según el cual la estructura psicótica pone de manifiesto su compromiso con lo Real.

...De modo que, si las "Formaciones del Inconsciente" reenvían siempre al agujero que caracteriza al registro Simbólico, las "Formaciones elementales" remiten al significante que, ausente en lo Simbólico, aparece en lo Real. Así, este ordenamiento permitirá que hablemos, por ejemplo, del sueño en las psicosis, sabiendo que su núcleo no será el deseo inconsciente, sino este significante en lo Real.

Casos clínicos.

Caso Nº 1: psicosis.
Relato que nos hace el paciente de su alucinación, en el curso de una presentación de enfermos en el Hospital Borda. El paciente dice que luego de un viaje de vacaciones a Mar del Plata, se encuentra en la ruta caminando durante seis días. Tiene una visión: la de una conjunción, un conjunto de una gaviota y un perro. De pronto, al perro se le desprende la cola. Agrega que eso se convierte para él en una señal: "Estaba diciéndome que tenía que cortar la cola del mal, la cola del mal de la gente."

¿qué términos de la alucinación da cuenta de la estructura?

  1. El uso que el paciente hace de las palabras "conjunción" y "conjunto". ¿Qué quiere decir que ve una conjunción o un conjunto de una gaviota y un perro? Es evidente que allí hay un significante que no está presente sino por alusión, el de la conjunción "Y", la letra "Y", que en nuestro idioma se llama "cópula". La palabra del sujeto sigue aquí el mecanismo de la metonimia, es decir, el desplazamiento de un término a otro. Así, corresponde entender su relato, que incluye esta palabra "conjunción", como la cópula de una gaviota y un perro.
  2. El hecho de que al perro se le desprende la cola. La cola del perro que se desprende, puede ser tomado como un símbolo fálico. Esta interpretación se sostiene precisamente en el punto del relato que alude al hecho de su desprendimiento. En efecto, sabernos que una forma de caracterizar al falo es precisamente ésta, que alude a la castración.
Ahora bien, que este desprendimiento sea el objeto de una alucinación, le otorga una categoría diferente de la que hubiera tenido si aparecía en un sueño. La referencia a la castración en una "Formación del Inconsciente" —como sería el sueño—, nos estaría diciendo de la necesidad, en la estructura neurótica, de encontrar una válvula de escape frente a la represión que atañe a la castración. Algo bien diferente, entonces, de la emergencia de la castración en una "Formación elemental" como es la alucinación. Tal es el caso del dedo cortado en el Hombre de los Lobos, relatado por Freud. Es decir que, en psicoanálisis y a partir de las mismas conceptualizaciones freudianas, alucinar la castración implica que ella no tuvo lugar en lo Simbólico y por eso aparece en lo Real.
3)  El significado que toma para él. La considera una señal, nos dice, un mensaje con sentido dirigido a él. Este sentido, por lo general, se transforma en delirio, esto es, en pensamientos que procuran dar cuenta de esta experiencia alucinatoria.

Caso Nº 2: neurosis (alucinación de Anna O.)
La paciente relata que estaba sentada junto al lecho del padre enfermo, con el brazo derecho sobre el respaldo de la silla. Cayó en un estado de sueño despierto y vio cómo desde la pared una serpiente negra se acercaba al enfermo para morderlo. Quiso espantarla, pero estaba como paralizada. El brazo que se apoyaba en el respaldo se le había dormido y, cuando lo observó, los dedos se le volvieron pequeñas serpientes rematadas en calaveras. Cuando la alucinación desapareció, quiso rezar, pero no pudo hablar en ninguna lengua. Dio finalmente con un verso infantil, en inglés, y a partir de él pudo rezar en ese idioma. Todo esto se interrumpe con el silbido de la locomotora que anuncia la llegada del médico que viene a atenderla.

Tenemos también aquí la presencia del símbolo fálico, pero nada remite a la castración. No hay desprendimiento, ni corte, ni pérdida de miembro alguno. A lo sumo, siguiéndolo a Freud, podríamos interpretar la multiplicación de falos —los dedos de la paciente que se transforman en otras tantas serpientes- como su equivalente. Pero el detalle de que cada una de las serpientes remata en una calavera, nos está indicando algo importante, como es la relación en la que aquí se sitúan la castración y la muerte, en un contexto donde la paciente está cuidando de su padre enfermo, es decir, donde la idea de la muerte está presente.
En el otro paciente (psicosis), el desprendimiento del objeto fálico se mostraba en el texto mismo del relato; quedaba situado como objeto imaginario —i(a)—, objeto fálico que no es otro que el de la castración simbólica. Precisamente porque aparece en el texto de la alucinación, es decir, en lo Real, nos está informando acerca de la estructura,
determinada por la castración en lo Real.
En el caso de Anna O. la castración no aparece figurada bajo el modo del corte, la separación o el desprendimiento del símbolo fálico, sino por su multiplicación. Esto nos indica que el núcleo alucinatorio mismo da cuenta de la presencia de la castración.

La actitud de la paciente neurótica respecto de la alucinación. Anna O. intenta rezar, pero las palabras en alemán (su lengua materna) no acuden, sólo surgen en otro idioma y por
la mediación de la poesía. La sustracción de las palabras es otra manera de indicar qué está ocurriendo allí con el significante: no se trata de una desaparición que deja al sujeto perplejo, como ocurriría en una psicosis —Cf. "El Hombre de los Lobos" y la alucinación del dedo cortado—, sino que el significante que falta, aparece en otro lugar, el idioma inglés.

El hecho de que todo se interrumpa con la llegada del Dr. Breuer señala, además, la importancia de la transferencia algo que no encontraríamos en el caso de un paciente psicótico.

Otras características de la alucinación en la psicosis.

  • En la psicosis, el fenómeno alucinatorio reviste suma importancia para el paciente.
  • Si no lo relata, se debe a que no hemos logrado establecer con él un vínculo de confianza suficiente para que lo haga. La reticencia es, por cierto, un fenómeno bastante generalizado.
  • En numerosos casos, las voces mismas prohíben al paciente hablar al respecto. Las voces tienden, en efecto, a establecer por lo general una relación de intimidad y exclusividad con el sujeto, como si se tratara de otras tantas personalizaciones de aquello que les dio origen: el discurso del Otro.
  • La alucinación se engendra en el significante de la castración rechazado en lo Real, cuyo retorno la determina y hace tan penoso su relato. Asimismo, la alucinación denota, señala, delata, el agujero que se ha producido en el tejido simbólico imaginario a partir, precisamente, de alguna irrupción de lo Real.
  • Una manera de tomar contacto con ese agujero en lo simbólico (con aquello que debería estar en lo Simbólico pero ha sido expulsado a lo Real) es a través de la alucinación. La función restauradora del delirio, es justamente en virtud de sus entretejidos imaginarios, que tienden a llenar ese agujero de la trama simbólica.

Fuente: Héctor Rúpolo: “Clínica psicoanalítica de las alucinaciones” Cap. 9: “La estructura de la alucinación”

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