La popularidad de los ansiolíticos puede verse en los números: 20 millones de cajas de clonazepam vendidas es los últimos 2 años. Si tomamos la cantidad de veces que por Google se ha buscado otro ansiolítico, por ejemplo el famoso Alplax (alprozalam), vemos que en los últimos 5 años su interés ha ido en aumento en Argentina.
Los números de Google Trends reflejan el interés de búsqueda en relación con el valor máximo de un gráfico en una región y un periodo determinados. Un valor de 100 indica la popularidad máxima de un término, mientras que 50 y 0 indican que un término es la mitad de popular en relación con el valor máximo o que no había suficientes datos del término, respectivamente.
Si comparamos las búsquedas, descubrimos que clonazepam ha sido el fármaco más buscado en los últimos 5 años, respecto a otras benzodiazepinas: alprozalam, diazepam y escítalopram. Por otra parte, ninguna de estas drogas ha disminuído en su frecuencia de búsqueda. Se trata de sustancias que minutos después de ingeridas permiten controlar la angustia, la ansiedad y las preocupaciones. Una vez acalladas estas señales, ¿quién encuentra motivación para someterse a una consulta, a un diagnóstico y a un tratamiento? El retardo en la consulta es lo que se ve en muchos de estos casos. Agreguémosle otro factor: resulta relatívamente barata, al menos en comparación con otros psicofármacos.
Pero el encanto no dura por siempre: ninguna pastilla es un atajo ni la solución en sí misma. Se inventaron como parte de la estrategia a seguir en los tratamientos. Como cualquier medicamento, tiene efectos secundarios (sino, no es un medicamento). Potencialmente, crean dependencia psicológica. La dependencia física se evidencia mediante la aparición de un síndrome de abstinencia. La dependencia psíquica puede aparecer en personas con tendencia al abuso de sustancias.
Cada vez más pacientes que vienen a la consulta ya toman clonazepam. Si bien es cierto que la medicación es recetada y controlada por psiquiatras, los casos como el que describí al comienzo demuestran el abuso que se hacen con estas sustancias.
Al recibir un paciente, el que sea, hago al final esta serie de preguntas:
1) ¿Toma usted alguna sustancia, ya sea legal o ilegal? A las mujeres, dicho sea de paso, repregunto por las pastillas anticonceptivas. Descubrí que muchas ni las consideran como significativas. Si responden afirmativamente, preguntar en qué dosis, ya que varía en las presentaciones.
2) ¿Quién se la recetó? En el mejor de los casos, se trata de un psiquiatra. En muchas ocasiones, se los dio un médico clínico. Pero también se escucha la vecina, el farmacéutico amigo de la familia, etc. En los casos que recetó un psiquiatra, corroborar si hay seguimiento del tratamiento.
3) ¿Desde cuándo? Conviene situar el comienzo del uso de cualquier sustancia, si es que el paciente puede historizarla.
4) ¿Sabe usted para qué la toma? Nunca podré agradecerle lo suficiente a mi profesor de psicofármacología la sugerencia de hacer esta pregunta. La sorpresa es que no todo paciente sabe por qué toma una sustancia. No lo sabe o le dijeron que... Y acá entra cualquier discurso.
5) ¿Cada cuánto la toma? Aquí podemos escuchar si hay alguna situación particular que nos ponga en alerta acerca de algún aspecto importante para el tratamiento. Por ejemplo: "Una vez, antes de salir de mi casa a trabajar", "Antes de irme a dormir".
Es importante que cuando un psicólogo sospecha del uso indebido de clonazepam o de cualquier otra sustancia, haga la interconsulta con un psiquiatra, quien deberá evaluar e indicar los pasos a seguir. Tener en cuenta que la suspensión brusca de las benzodiacepinas puede dar lugar a un conjunto de síntomas llamados “síntomas de discontinuación”.
- Recurrencia: reaparición lenta de los síntomas originales. No disminuyen con el tiempo. El psiquiatra puede reiniciar el tratamiento.
- Rebote: retorno temporario y más intenso de los síntomas originales. Aparición rápida.
- Abstinencia: recurrencia de los síntomas originales sumada a la aparición de síntomas nuevos como taquicardia, hipertensión arterial, insomnio, hipersensibilidad a la luz, los olores, u otros. Desaparece a lo largo de 1-3 sem.
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