Quienes trabajan con el deseo de que lo que hacen sea psicoanálisis se han venido planteando la pregunta sobre la posibilidad de reemplazar la atención en el consultorio por la telefónica o a través de otros medios que ofrece Internet. El tema no es nuevo, pero en estos días se hace muy presente debido a las restricciones que impone la cuarentena.
Especialmente entre profesionales que prestan servicios en sistemas de salud, prepagos o públicos, la situación excepcional que vivimos hace patente que en las condiciones de tratamiento pactadas no hubo posibilidad de que el profesional decida, entre otros aspectos, la frecuencia ni el costo de las consultas considerando sólo las conveniencias del caso, como es deseable. Lo más grave de la cuestión en las actuales circunstancias es que lleva a negar lo elemental, que es la posibilidad del paciente de hablar y ser escuchado por aquél que eligió para que lo atienda y que asumió la responsabilidad de hacerlo.
En momentos críticos como éste, cualquiera sea el sistema de salud en el que se trabaja, debe favorecer que los pacientes se comuniquen por el medio que sea con los profesionales que los asisten. Es errado pensar que no se puede tener una buena comunicación por teléfono capaz de disminuir angustias y encarar situaciones difíciles cuando no hay posibilidades razonables de ir a un consultorio. Se requiere, no obstante, un examen detenido de las varias cuestiones a considerar en lo que a la dirección del análisis se refiere, algo que difícilmente puede avanzar en la urgencia.
Fuente: Raúl Courel (2020) "Sobre la atención a distancia".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario