En el aislamiento es un mecanismo de defensa, donde se lleva a cabo en el plano psíquico el llamado tabú del contacto.
Para el aislamiento hace falta que el afecto encuentre una vía de desplazamiento. Al realizarse el aislamiento entre la representación y el afecto no hay represión propiamente dicho, pero se logra un efecto defensivo al desafectivizar la representación.
Ejemplo de aislamiento del afecto: el paciente relata algo al comienzo de sesión, la muerte de un familiar o un amigo querido, con tono monocorde, objetivo, sin describir siquiera lo sentimientos que le surgen. Luego siguen las asociaciones de la sesión, recorre diversos temas, termina en temas del hogar, y al final de la sesión habla de cambios en su escritorio y de cómo no encontró una lapicera 303 que había usado en todo el colegio secundario, que lo acompañó por varios años, y se quedó sentado en una silla en su escritorio, pensativo, recordando los años que la había tenido y que ahora descubre que no está. Y llora un rato...
Freud, en Inhibición, Síntoma y Angustia, indica al aislamiento en el tratamiento como un obstáculo a la asociación libre:
"Lo que así se mantiene separado es algo que asociativamente se copertenece; el aislamiento motriz está destinado a garantizar la suspensión de ese nexo en el pensamiento. El proceso normal de la concentración ofrece un pretexto a este proceder de la neurosis. Lo que nos parece sustantivo como impresión o como tarea no debe ser perturbado por los simultáneos reclamos de otros desempeños o actividades de pensamiento. Pero ya en la persona normal la concentración no sólo se emplea para mantener alejado lo indiferente, lo que no viene al caso, sino, sobre todo, lo opuesto inadecuado. Será sentido como lo más perturbador aquello que originariamente estuvo en copertenencia y fue desgarrado luego por el progreso del desarrollo, por ejemplo, las exteriorizaciones de la ambivalencia del complejo paterno en la relación con Dios o las mociones de los órganos excretorios en las excitaciones amorosas. Así, el yo tiene que desplegar normalmente un considerable trabajo de aislamiento para guiar el decurso del pensar, y sabemos que en el ejercicio de la técnica analítica nos vemos precisados a educar al yo para que renuncie de manera temporaria a esa función, por completo justificada de ordinario."
No hay comentarios.:
Publicar un comentario