Hay pocos momentos tan hermosos como visitar por primera vez a un recién nacido, o ir los domingos a correr con los sobrinos chiquitos por el pasto. No obstante, es conveniente buscar que nuestro amor por esos niños y las ganas de verlos también se vean traducidos en visitas respetuosas, para ellos y sus familias convivientes. Debemos dejar de lado nuestros deseos y ansiedades y poniéndonos en el lugar de los niños y sus familias.
Si vas a visitar a un recién nacido:
Pedir permiso para ir al hospital o al hogar. Los primeros días no son fáciles, es un proceso de adaptación a la nueva situación de vida y tal vez sea conveniente postergar la visita. Las visitas cortas suelen agotar menos a los padres y a su bebé. Conviene dejar de lado los gritos y las estridencias, los perfumes fuertes y el olor a cigarrillo.
Si el bebé está siendo amamantado, tratar de dar intimidad a esa dupla que se está conociendo fuera del vientre. Incluso si la alimentación es por fórmula, es conveniente dar espacio al niño y al adulto que cumple la función de sostén.
Resulta saludable evitar comentarios sobre el cuerpo de la madre, de cómo amamanta, acerca de cuánta leche tiene, cuánta caca hace el bebé.
No tomar en brazos al recién nacido ni tocarlo si el padre y/o la madre no lo ofrece. El amor por un niño va más allá de tenerlo a upa en este momento. El bebé no conoce a nadie más que a su madre y/o su padre. Ya habrá tiempo para conocer a los demás y jugar juntos.
Usar el celular lo menos posible. Los celulares suelen ser un fuerte foco de microorganismos que pueden resultar patógenos para el recién nacido, por lo que se debe tener cuidado si se va a tocar al bebé.
Finalmente, se debe suspender la visita si estamos con mocos, tos o cualquier otrosigno de infección. A veces, contener nuestras ganas es la forma de amor más grande.
¿Qué cosas sí debemos hacer?
Llevarles comida a los nuevos padres.
Ayudar a los padres con los hermanos del recién nacido, si los hubiera.
Ofrecerse a hacer las compras o limpiar alguna parte de la casa.
Recordar que cada familia es un mundo y de lo que se trata es de acompañar en una crianza más respetuosa. Hay familias que les encanta tener mucha gente en casa, lo importante es contar con toda la información.
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