Hay veces que al administrar el Test de Bender observamos la presencia de Temblores. La presencia de temblores acentuados en cualquier producción gráfica nos lleva a plantearnos como hipótesis la presencia de un factor neurológico presente en el evaluado.
Aunque podríamos decir que no siempre. También puede deberse al alto nivel de ansiedad, inseguridad o angustia vital así como en cuadros de estrés instalado psicosomáticamente en el sujeto. Otra causa puede deberse al grupo de enfermedades reumáticas. Como siempre comentamos, tomamos en cuenta la batería en su conjunto.
Caso clínico
En el caso del material gráfico que compartimos podemos observar que en casi toda la reproducción de las figuras del test de Bender que realiza el evaluado el temblor está presente.
El factor etiológico presente en el protocolo de la persona evaluada no era ni de base orgánica, ni neurológica, ni de ansiedad o temor, sino que esta padecía artrosis. La artrosis es una enfermedad muy común y es la más frecuente de las afecciones articulares. Los principales síntomas asociados son el dolor, rigidez, entumecimiento o perdida en casos avanzados de la función articular.
Al observar el material que corresponde al test de Bender realizado por una persona de sexo femenino de más de 70 años podemos observar la presencia de temblores en la mayoría de las reproducciones. También hay dificultades en la juntura unión de las figuras que constan de dos partes función de coordinación muscular y algunos abollamientos en la circularidad de las figuras con curvaturas.
Los temblores presentes en este protocolo se debían al nivel de artrosis avanzada que padecía la evaluada y no con algún cuadro de base neurológico u orgánico. El único indicador psicopatológico presente era la retrogresión o primitivización de la figura 3 en la que el punto fue sustituido por círculo que también aparece no solo en cuadros donde hay una pérdida de la funcionalidad del Yo en lo que hace al control de impulsos sino también como un factor evolutivo en personas de edad avanzada bien está presente en niños a los 5 años de edad.
El resto de indicadores sintomáticos que aparecen tales como tendencia a la colisión, disminución de la curvatura en el cuadrado de la figura 4, del tamaño del hexágono izquierdo de la figura 7 y la secuencia irregular pero de progresión lógica obedece a aspectos de la dinámica de la personalidad que no responde a psicopatología.
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