El dicho popular que dice que los locos siempre dicen la verdad, lo cual es sólo cierto a medias. Es real que son personas que suelen tener una agudeza especial para leer aspectos de los demás que la mayoría pasan por alto, y a veces también tienen pocas censuras para expresarlo en voz alta. Sin embargo, también se dan cuenta que algunas de sus ocurrencias son algo extrañas y que si se las cuentan a los demás, éstos pueden catalogarlos de locos y acabar metiéndolos en algún hospital psiquiátrico. Es por ello que también se convierten en grandes maestros del ocultamiento.
El gran matemático y premio Nobel John Forbes Nash, diagnosticado con esquizofrenia paranoide, cuenta en sus memorias como se las ingeniaba para ocultar sus delirios y parecer una persona totalmente normal ante los demás con el objetivo de pasar desapercibido.
Él relata:
"Creía que era un personaje mesiánico, divino, con ideas secretas, y me convertí en una persona cuyo pensamiento estaba influido por los delirios, pero me mantenía una conducta relativamente normal"
En 1994 escribió:
"Pero tras mi retorno a las hipótesis delirantes, que parecían sueños a finales de la década de 1960, me transformé en una persona de pensamiento delirante, aunque de comportamiento relativamente moderado; y eso me ayudaba a evitar las hospitalizaciones y el tratamiento directo de psiquiatras".
La vida de este gran intelectual fue llevada al cine, aunque no de manera muy fidedigna, en la conocida película "Una mente brillante". Por ejemplo, en la escena donde el matemático ve los números moverse en el pizarrón, correspondería una alucinación auditiva. El cambio fue realizado por una cuestión estética.
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