Muchas de las llamadas ciencias sociales o humanas razonan que se puede atribuir el éxito indiscutible de la física en los últimos tres siglos a la aplicación del 'método científico'. Por consiguiente, para que las ciencias sociales y humanas puedan emular el éxito de la física será preciso primero comprender y formular este método y aplicarlo después a ellas.
Este razonamiento suscita dos preguntas: ¿Qué es este método científico que se supone sea la clave de este éxito de la física? y ¿Es lícito transferir este método de la física y aplicarlo en otros campos?
La idea de que el rasgo específico del conocimiento científico es que se deriva de los hechos de la experiencia puede sostenerse sólo en una forma muy cuidadosamente matizada, si es que en verdad puede sostenerse. Hay razones para dudar de que los hechos obtenidos en la observación y en la experimentación sean tan directos y seguros como se ha supuesto tradicionalmente.
Una reacción ante la constatación de que las teorías científicas no pueden ser probadas o refutadas de manera concluyente, y de que las reconstrucciones de los filósofos tienen poco que ver con lo que en realidad hace progresar a la ciencia, consiste en renunciar completamente a la idea de que la ciencia es una actividad racional que actúa de acuerdo con un método especial. Para el filósofo Paul Feyerabend, la ciencia no posee rasgos especiales que la hagan intrínsecamente superior a otras ramas del conocimiento tales como los antiguos mitos o el vudú. El elevado respeto por la ciencia es considerado como la religión moderna, que desempeña un papel similar al que desempeñó el cristianismo en Europa en épocas anteriores.
1. LA CIENCIA COMO CONOCIMIENTO DERIVADO DE LOS HECHOS DE LA EXPERIENCIA
No se puede sostener el lema “la ciencia se deriva de los hechos”. Quienes lo sostienen, proponen que los hechos son afirmaciones acerca del mundo que pueden ser verificadas directamente por un uso cuidadoso y desprejuiciado de los sentidos. Si se lleva a cabo la observación del mundo de un modo cuidadoso y desprejuiciado, los hechos establecidos de tal manera constituirán una base segura y objetiva de la ciencia.
Empiristas y positivistas son las dos escuelas que han intentado formalizar lo que he llamado visión común de la ciencia, la que afirma que el conocimiento científico se deriva de los hechos alcanzados por la observación.
(Empiristas como John Locke, George Berkeley y David Hume: el conocimiento debía derivarse de ideas implantadas en la mente por medio de la percepción sensorial. Positivistas de Viena en 1920: compartían la opinión de los empiristas de que el conocimiento debía derivarse de los hechos de la experiencia y dan importancia a la lógica).
Decir “la ciencia deriva de los hechos implica dos aspectos:
La naturaleza de esos “hechos" y cómo los científicos creen tener acceso a ellos.
Cómo se derivan las leyes y las teorías (que constituyen el conocimiento) de los hechos, una vez que han sido obtenidos.
Respecto a la postura de que los hechos que son la base de la ciencia, se suele suponer que:
a) Los hechos se dan directamente a observadores cuidadosos y desprejuiciados por medio de los sentidos.
b) Los hechos son anteriores a la teoría e independientes de ella.
c) Los hechos constituyen un fundamento firme y confiable para el conocimiento científico.
Todas estas afirmaciones presentan dificultades.
VER ES CREER
La vista es el sentido que más se usa en la práctica de la ciencia. El funcionamiento del ojo es muy parecido al de una cámara. Hay una gran diferencia, que es el modo en que se registra la imagen final. Aunque dos observadores vean lo mismo, este tipo de representación es seriamente engañoso.
EXPERIENCIAS VISUALES QUE NO ESTÁN DETERMINADAS SÓLO POR EL OBJETO VISTO
La opinión común mantiene que los hechos del mundo exterior nos son dados directamente a través del sentido de la vista. El tema es que 2 personas no tienen necesariamente idénticas experiencias visuales, aunque las imágenes que se produzcan en sus respectivas retinas sean prácticamente idénticas.
Lo que ven los observadores, cuando ven un objeto o una escena, no está determinado únicamente por las imágenes formadas en sus retinas sino que depende también de la experiencia, el conocimiento y las expectativas del observador. Uno tiene que aprender para llegar a ser un observador competente en ciencia. Ej: mirar por un microscopio. O saber hacer un diagnóstico mediante una imagen en medicina. Frente a una misma situación, un observador versado y experimentado no tiene experiencias perceptuales idénticas a las de un novato.
Lo que viene unívocamente dado es la imagen formada en la retina del observador, pero el observador no tiene contacto perceptual directo con la imagen. Muchos observadores pueden ver lo mismo, pero no tienen las mismas experiencias perceptuales.
LOS HECHOS OBSERVABLES EXPRESADOS COMO ENUNCIADOS
Es necesario diferenciar los enunciados de hechos de las percepciones que puedan dar lugar a la aceptación de esos enunciados de hechos. Quienes pretenden aseverar que el conocimiento se deriva de hechos deben tener enunciados en la mente, y no percepciones ni objetos.
Dado que los hechos que podrían constituir una base adecuada para la ciencia deben ser en forma de enunciados, comienza a aparecer bastante equivocada la afirmación de que los hechos se dan directamente por medio de los sentidos. Los enunciados que describen estados de cosas observables (los llamaré enunciados observacionales) no son dados al observador por medio de los sentidos. Es absurdo pensar que los enunciados de hechos entran en el cerebro por medio de los sentidos.
Antes de que un observador pueda formular y hacer valer un enunciado observacional, debe estar en posesión del entramado conceptual apropiado y debe saber cómo aplicarlo adecuadamente.
El registro de hechos observables requiere algo más que la recepción de estímulos en forma de rayos de luz que inciden en el ojo; requiere el conocimiento del entramado conceptual apropiado y de cómo aplicarlo. En este sentido, los supuestos (a) y (b) no pueden ser aceptados tal y como están.
¿POR QUÉ DEBERÍAN LOS HECHOS PRECEDER A LA TEORÍA?
Nuestra búsqueda de hechos relevantes necesita ser guiada por el estado actual del conocimiento. Abandonemos la exigencia de que la adquisición de datos deba venir antes que la formulación de leyes y teorías que constituyen el conocimiento científico.
La formulación de enunciados observacionales presupone un conocimiento significativo, y que la búsqueda de hechos observables relevantes se guía por ese conocimiento. La formulación de enunciados observacionales significativos presupone un conocimiento del entramado conceptual apropiado.
la idea de que el conocimiento debe basarse en los hechos que resultan confirmados por la observación no resulta dañada al reconocer que la formulación de los enunciados que describen dichos hechos dependen del conocimiento. Sólo hay problemas si uno persiste en la tonta exigencia de que la confirmación de hechos relevantes para un campo del saber deba preceder a la adquisición de todo conocimiento.
LA FALIBILIDAD DE LOS ENUNCIADOS OBSERVACIONALES
En la sección anterior, nuestro análisis presuponía que los enunciados observacionales se pueden establecer con seguridad por la observación de un modo no problemático. Pero ¿es licito tal supuesto? ¿Cómo se puede establecer una base observacional segura para la ciencia?
Un enunciado observacional puede ser falso, a pesar de las apariencias. Ej. La Tierra es estacionaria.
Quien opine que el conocimiento científico se basa en los hechos adquiridos por la observación debe reconocer que los hechos, al igual que el conocimiento, son falibles y están sujetos a corrección, y también que son interdependientes el conocimiento científico y los hechos sobre los que se pueda decir que se basa.
La ciencia no es tan directa y segura como se ha supuesto amplia y tradicionalmente por dos dificultades:
La medida en que las percepciones reciben la influencia de la preparación y las expectativas del observador; de tal manera que lo que a uno le parece un hecho observable no lo será necesariamente a otro.
La dependencia que los juicios acerca de la verdad de los enunciados observacionales tienen en lo ya conocido o supuesto, haciendo así que los hechos observables sean tan falibles como los supuestos que les sirven de base.
Fuente: Chalmers, A. (1982). Introducción. La ciencia como conocimiento derivado de los hechos. En Qué es esa cosa llamada ciencia. Madrid: Siglo XXI.
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