Jacques Lacan, en el Seminario 20, Del Goce, dice:
"El amor ciertamente, hace señas, y es siempre recíproco. Digo esto desde hace tiempo, muy bajito, al decir que los sentimientos son siempre recíprocos. Era para que me lo devolvieran: -Y entonces, entonces, el amor, ¿el amor es siempre recíproco?- ¡Pues claro, claro que sí!, Por eso hasta inventaron el inconsciente para percatarse de que el deseo del hombre es el deseo del Otro, y que el amor, aunque se trate de una pasión que puede ser la ignorancia del deseo, no por ello es capaz de privarlo de su alcance. Cuando se mira de cerca, se pueden ver sus estragos. El goce -el goce del cuerpo del Otro- sigue siendo pregunta, porque la respuesta que pudiera constituir no es necesaria y todavía hay más".
Del anterior párrafo, hay algo que se malinterpretó muchas veces: “el Amor siempre es reciproco”. ¿Aún es verdadero en el contexto actual? ¿Qué significa eso? Jacques Alain Miller nos dice:
"Se repite esta frase sin comprenderla, o se la comprende de través. No quiere decir que basta con amar a alguien para que él lo ame. Eso sería absurdo. Quiere decir: "Si yo te amo, es que tú eres amable. Soy yo quien ama, pero tú, tú también estas implicado, puesto que hay en ti algo que hace que te ame. Es recíproco porque hay un ir y venir: el amor que tengo por ti es el efecto de retorno de la causa de amor que tú eres para mí. Por lo tanto, algo tú tienes que ver. Mi amor por ti no es sólo asunto mío, sino también tuyo. Mi amor dice algo de ti que quizá tú mismo no conozcas." Esto no asegura en absoluto que al amor de uno responderá el amor del otro: cuando eso se produce siempre es del orden del milagro, no se puede calcular por anticipado."
En resumen, citando a Silvina Ocampo, "El amor es recíproco, lo que no es recíproco es la imaginación."
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