jueves, 16 de diciembre de 2021

Repensando la escritura terapéutica.

 William Faulker nos dice:

"Los que pueden actúan, y los que no pueden y sufren por ello, escriben"

Una versión más freudiana de la frase de arriba sería algo así como "los que pueden actúan, y los que no, son neuróticos, fantasean,sueñan y hasta tienen síntomas".

La escritura a veces cumple su cometido como actividad sublimatoria, sustitutiva de la realidad y elaborativa de recuerdos traumáticos o estamos emocionales intensos. Algunos incluso, como dice Lacan de James Joyce, se sirven de ella para mantenerse cuerdos y no caer de lleno en la locura.

Tanto el escritor como el neurótico pueden hallar, cada uno a su manera, el modo de llevar a cabo aquello que no se permiten o prohíben, y utilizan el mecanismo típico de la fantasía para al menos realizarlo en su inconsciente o en sus libros.

Casi todo actividad intelectual y artística tiene algo de fruto de una inhibición o frustración en la realidad. Lo natural (animal) es la acción, el pensamiento ya es alto un poco neurótico, y por eso todos lo seres humanos lo somos.

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