El presente trabajo aborda el análisis de una escuela chilena desde el punto de vista de diversos referentes de la psicología institucional en base a la información del texto de Greco “La Igualdad es una Experiencia Sensible o La Igualdad en Escenas de Machuca”, Se intentará ir desde lo manifiesto hacia lo latente, teniendo en cuenta la estructura y la dinámica de la organización.
Según la información que nos manifiesta el caso, podemos precisar que se trata de una escuela chilena, de nombre desconocido, en el año 1973, meses antes del golpe de Estado al Presidente Allende. Evidentemente, se trata una institución del tipo cultural básica según Bleger y, según Ulloa, una institución del hombre aprendiendo, porque en ella se encuentran individuos creciendo emocional e intelectualmente.
Es una escuela de élite, pero su director Mc Enroe ha incorporado a niños y jóvenes de barrios carenciados. Este instituyente consiste en un proyecto igualitario, surgido y sostenido por él, jamás explicado a padres, profesores y alumnos. La articulación normal de la escuela se fractura y el conflicto se genera, según se puede observar, a partir de diversas formas de segregación vinculadas con las diferencias sociales de los nuevos alumnos. Se mencionan miradas poco hospitalarias por parte de los compañeros y trato diferencial de los profesores.
Un análisis más minucioso nos habla de una organización democrática, ya que regulada por la legislación vigente y sus propias normas internas. Existen jerarquías como la de Director, alumno y se menciona la participación de los padres, que financian la institución. La escuela cuenta además con rasgos de organización total, no solo porque al ser una escuela de élite implique por sí misma el control social de los que se están formando, sino por la figura del Director que a continuación analizaremos y la situación política donde está inserta la institución. La característica de organización total, en este sentido, está dada por el freno de las relaciones sociales, según consta en el caso: “no haber buscado acuerdos y consensos, por lo tanto ser autoritario, intolerante, discriminar a quienes no quieren formar parte de él”.
La primera fractura, del orden de las responsabilidades, está en Director Mc. Enroe, quien aparece ocupando el rol de líder, pero su figura concentra varios roles: motor emocional (que aglutina al grupo), programador o administrador, y gestor (relaciones con el exterior). Estos roles parecen haberse patologizado, al observar que el Director toma un rol perseguidor – superyoico, sabotear sistemáticamente las tareas que él mismo logró (discriminar a quienes no quieren formar parte del proyecto resulta una paradoja a nivel lógico) y tomar decisiones impulsivas. La concentración de roles nos habla también de un grupo dependiente, que funciona con una imagen parental y carece de autonomía y eficiencia. En este sentido, el director es un analizador, porque ha puesto en evidencia la estructura de la escuela.
Otro analizador interesante, que presagia el deterioro de la organización, es la aparición de grupos formales: citando textualmente, “los vestidos de uniforme” y “los otros con sus ropas humildes”.
Ulloa nos plantea la existencia de la tendencia a la dispersión en las instituciones. Existe en esta escuela una fragmentación a nivel de las normas, que no hacen estrictamente a la organización institucional en sí, sino al estilo personal, a la identidad de cada sujeto, se establecen pautas en relación a lo que está bien o está mal, coartando la impronta personal, coartando el verdadero estilo personal de los miembros de la organización y su creatividad. Esto nos hace pensar en que el predominio de la tendencia integradora es aparente, y que esta tendencia organizadora no se está acompañando con una real expansión hacia afuera. Se corre el peligro, en este caso, que la tendencia a la dispersión ampute una parte de la institución, por ejemplo, expulsando a los alumnos humildes por diversas formas, o en un caso extremo que se destruya.
Siguiendo a Ulloa, las articulaciones de una organización pueden fracturarse. La información suministrada nos habla de una fractura de las responsabilidades. La fractura articular aparece en lo que psicología social se llama “chivo emisario”, encarnado en los nuevos alumnos, que cargan con las culpas ajenas. Nos importa saber cómo surge y por qué se eligió a ese y no a otro para ese rol fracturado, por qué se produjo ese desplazamiento. Una respuesta posible sería la circulación entre la institución y el contexto socio-político donde está incluida, ya que las instituciones, según Ulloa, reflejan el contexto en donde están incluidas, a la vez que tratan de modificarlo. También podemos pensar en la pertenencia, descripta por Funes Molineri, tomando a Lourau, dada por los segmentos que se aprecian en los integrantes de la institución. Citando textualmente: “unos vestidos con uniforme, otros con sus ropas humildes; […] unos de piel blanca, otros de piel oscura; unos en sus casas lujosas, otros en barrios y construcciones sumamente precarias” inferimos, en este sentido, que la pertenencia o no a un determinado grupo segmentario hace establecer relaciones de dependencias o agonistas con otros grupos dentro de la institución.
Algo sobre lo que podríamos indagar, para conocer el origen de esta fractura, es qué es lo que los individuos de están proyectando sobre la institución y, específicamente, sobre estas personas reales. Deberíamos hacer un examen sobre estas ansiedades prehistóricas, por ejemplo, cómo se vive en estas familias de élite. Porque si no sabemos qué proyectan, no podemos saber de qué se están defendiendo cuando se enfrenten al peligro de la re-introyección.
Otra fractura puede estar ubicada en el factor geográfico, ya que la escuela está ubicada cerca de los barrios pobres donde residen los niños y jóvenes incorporados. No podríamos afirmarlo hasta indagar cuál es la relación entre la institución y los elementos que la rodean, prestando atención a la historia, que podría estar obturando. Así mismo, convendría conocer la historia de institucionalización, cómo se paso de los proyectos individuales a uno colectivo, con qué fin, entre otros. Recordemos que toda institución conserva memoria de los hechos desde el momento de origen, memoria que es capaz de relatar, pero también capaz de reprimir. También hay mitos y variaciones entre la historia escrita y oral.
Lo expuesto hasta aquí me hace pensar en que una escuela en estas condiciones, necesitaría de los servicios de psicólogos institucionales. Las condiciones que me parecen adecuadas serían las de un equipo de trabajo, pues se trata de una institución ajena a nuestro país, y sería útil el encuentro interdisciplinario con locales. Esto requeriría del uso del obrador para coordinar el abordaje y articular objetivos.
El equipo de trabajo debería, por lo menos en este caso, trabajar interdisciplinariamente. Motiva a ello la multiplicidad de causas que atraviesan la institución, aquí no podemos pensar con un enfoque único. Sugiero tomar en cuenta la ecología y evaluar cómo se relaciona la institución con su medio, tener en cuenta la psicología política para conocer las relaciones de poder. Además, se debe tener un enfoque desde la historia y la sociología.
Las intervenciones que sugiero son, por empezar y teniendo en cuenta la rigidez de los roles que ya vimos, la intervención de dinámica de grupos. El examen de la historia institucional, como ya se ha mencionado, también es necesario. La utilización de la asamblea sería sumamente adecuada, porque hay indicios de que no hay representación de los distintos grupos. Pensemos en esos padres cuya utilización de sus fondos no se han utilizado de una forma pactada. Si aceptamos la idea de que se trata de una institución dependiente, creo que el equipo de psicólogos no debería perder la oportunidad de que la institución logre comunicarse de una manera menos patológica.
Bibliografía:
“Psicohigiene y Psicología Institucional”, Bleger, José.
“Análisis Psicoanalítico de las Instituciones”, Ulloa Fernando.
“Estructura y Dinámica del funcionamiento de las instituciones: democráticas, autogestivas y totales”. Matilde de la Iglesia- Alejandro Burlando Paez. Compilado por Dra. Corvalán de Mezzano, en “Psicólogos Institucionales Trabajando”, ed. 2010.
“Implicación y Transferencia Institucional desde la Perspectiva del Análisis Institucional”. María Funes Molineri. Compilado por Dra. Corvalán de Mezzano en “Psicólogos Institucionales Trabajando”, ed. 2010.
“El analizador y el analista” LaPassade, Compilado por Dra. Corvalán de Mezzano en “Psicólogos Institucionales Trabajando”, ed. 2010.
“Permanecer y Transformar” de Alicia Corvalán de Mezzano, capítulo II: “Permanencia y cambio en una consulta institucional”
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