sábado, 14 de mayo de 2022

La desmentida: ¿Es ante la diferencia sexual.... o la diferencia generacional?

Cuando hablamos del fetichismo, sabemos que lo que está en juego es el atribuir un falo a su madre, que hace que el fetichista se defiende de sus miedos de castración. El niñom como lo señaló Freud en "El sepultamiento del complejo de Edipo" ( 1924). tiene únicamente "representaciones" muy imprecisas de lo que constituye el comercio amoroso satisfactorio, pero sabe que en este el pene desempeña un papel. Aún así queda un asunto: ¿Dónde ubicar la castración de la madre?

Dice J anine Chasseguet-Smirgel, en "El ideal del yo. Ensayo psicoanalítico sobre la «enfermedad de idealidad»" p. 36: 

Joyce McDougall. cuyos notables trabajos han hecho progresar mucho nuestros conocimientos de la estructura perversa, pone el acento sobre el papel de la integración de la diferencia de los sexos en nuestra aprehensión de la realidad en general, y sobre la desmentida de que ella es objeto en el perverso. Esta tesis no es nueva. pero lo que la autora destaca -y que coincide plenamente con mis propias conclusiones- es que la visión de los órganos genitales femeninos desprovistos de pene no es sólo terrorífica porque- confirme la eventualidad de la castración, sino también porque la falta de pene en la madre obliga al niño a reconocer el papel del pene del padre y a no negar más la escena primitiva (McDougall. 1971).

Pienso, en efecto, que la roca de la realidad no consiste sólo en la diferencia de los sexos sino en lo que le es absolutamente correlativo, como la otra cara de una misma medalla: la diferencia de las generaciones. La realidad no consiste sólo en que la madre es castrada: la realidad consiste en que la madre tiene una vagina que el pene del varoncito no podría colmar. La realidad consiste en que el padre tiene un pene y prerrogativas que no son sino virtuales en el pequeño. La negación de la ausencia de pene en la madre recubre la negación de la presencia de su vagina. La visión de los órganos genitales femeninos es tan "traumalizante" porque enfrenta al varoncito con su insuficiencia lo obliga a reconocer su fracaso edipico; un fracaso al que Catherine Parat se ha referido luminosamente en su trabajo sobre .. L'organisation oedipienne du stade génltal .. (Parat, 1966).

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