Muchas veces al realizar una evaluación psicológica infantil nos encontramos que el niño recientemente ha experimentado la pérdida de un ser querido, tal es el caso del dibujo de la familia que acompañamos, realizado por una niña de 10 años que había perdido a su mama en un accidente 4 meses atrás.
El motivo de consulta giraba entorno a que la niña experimentaba ataques de llanto en el colegio ante el menor comentario de algún compañero o cuando la maestra le pedía que realice nuevamente una tarea o que la complete. También tenía francas expresiones de hostilidad tanto en el colegio como en su casa.
Estos síntomas comenzaron particularmente luego de la muerte de su mamá.
Hay una reflexión previa que nos gustaría compartir es que en principio los duelos se acompañan y solo mucho mas tarde se tratan.
Esto implica que es muy probable que en los primeros 6 meses posteriores a la pérdida de un ser querido el niño exprese su dolor de muchas formas, esto estará en relación a la personalidad del niño y su situación psicológica y familiar previa.
El niño reacciona ante la muerte de un ser querido de muchas formas, parte de su entendimiento y de sus reacciones se apuntalan también en el nivel de desarrollo madurativo y cognitivo alcanzado. Y en esto cada edad tiene una reacción característica basada en gran parte en estos aspectos. Luego su suman muchos otros elementos tales como:
La causa que ha generado la pérdida: una enfermedad, un accidente, un suicidio, un homicidio. Por otra el tipo de dinámica familiar previo es decir era una familia con un buen nivel de cohesión o había grandes disfunciones, como el rol de la persona fallecida, su relación con el niño, su lugar en la dinámica familiar.
La muerte de un padre afecta en gran medida el sentimiento de estabilidad y seguridad del niño, lo deja en un estado de cierto desamparo.
Los niños pueden expresar inicialmente temor, confusión y escepticismo al referirse a la muerte.
Otros síntomas posibles:
· Somatizaciones.
· Baja en el nivel atención-concentración.
· Aislamiento social (deja de ir a cumpleaños, a casa de sus amigos a jugar).
· Se encierra en su cuarto.
· Depresión.
· Autocritica y perfeccionismo.
· Conductas obsesivas.
· Sentimientos de incapacidad y culpa.
· Pesadillas o sueño irregular.
Estos síntomas con el pasar de los meses seria esperable fueran disminuyendo y las rutinas del niño poco a poco retomar a sus formas previas.
Esto determinara si el proceso de duelo ha tenido las características normales o se ha convertido en un duelo patológico que reviste mayores complicaciones y estrategias de abordaje.
Ahora bien, ante la consulta por un niño por una determinada sintomatología y considerando la situación vital que ha atravesado que aportes especiales podría brindarnos una evaluación psicodiagnóstica que nos permitiera tener una mejor comprensión del niño una y cuáles los test más específicos que como sismógrafos nos permiten ver los efectos y estados de duelo.
Particularmente aquellos test que más vehiculizan la situación vital del niño en su aquí y ahora anudando así lo histórico con lo actual son desde nuestro criterio.
· El test de los Colores (que puede administrarse a partir de los 5 años y que nos permite diagnosticar el estado psicosomático del niño y el equilibrio emocional actual).
· El test del Garabato: porque permite diagnosticar el estado pulsional del niño la presencia de procesos regresivos (según estilo del Garabato), retracción emocional…
· El test del dibujo libre siempre importante porque como un paisaje revela el estado interior del niño y sus preocupaciones, temores o ansiedades de estar presenta.
· El dibujo de la figura humana da cuenta del posicionamiento actual del niño su vivencia del ambiente, su percepción y autopercepción.
· El test de Bender particularmente observar la presencia e intensidad de los indicadores emocionales.
· El test de la familia quizás el más sensible pero también el más movilizante para el niño pero por otro lado es el que más pone de manifiesto la percepción que el niño tiene de su situación familiar.
Para finalizar este trabajo acompañamos el dibujo de la niña que hemos mencionado al inicio de este material. Seleccionamos el protocolo del test de la familia.
Seleccionamos indicadores significativos que podemos observar en el dibujo de la niña.
1) Aún la mama está incluida como parte de la familia. Está emplazada en el centro con tendencia a derecha de la hoja. Es la primera figura realizada. Es significativo el sol a su izquierda.
2) Dibuja en segundo lugar a las hermanas de izquierda a derecha, luego el padre y por último se dibuja a ella misma.
3) Al observar las figuras vemos que en todas, el cuerpo esta ennegrecido lo que denota un importante sentimiento de angustia pero acompañado de tensión y sentimientos frustrantes, sin embargo todas muestran una amplia sonrisa. Esto podríamos pensarlo como defensas maniacas ante situaciones de angustia, que son normales en procesos de duelo.
4) Las figuras están todas en el aire y no comparten una misma línea de base, la más elevada es la figura de la madre. Paradójicamente el suelo es doble hay pastos sombreados, la parte superior hace una loma y la inferior es descendente. Esto nos da cuenta de tensiones conflictos ambientales, aislamiento y sentimientos de inseguridad. El suelo vehiculiza su percepción de su realidad actual, en este caso al ser destacado y paradójicamente no servir de sostén denota necesidad de desconocer esa realidad angustiante pero a la vez la sabe presente.
5) Finalmente las nubes indican presiones y malestar que opresiona a la familia. El sol en la figura materna puede significar una fantasía de dotar a esa imago de una energía que ya no tiene. Grafológicamente todos los nombres están subrayados lo que indica necesidad de apoyo y sostén.
Al considerar entonces que es lo que refleja la producción gráfica de la niña, su etapa en el proceso de duelo podemos pensar que hay confusión, angustia y mecanismos defensivos de tipo maniaco, negación, aislamiento como medios para no conectarse aun con dicha pérdida.
Dado lo reciente de la pérdida estos indicadores están dentro de lo esperable, pero sería adecuada una terapia de sostén para ayudarla a encontrar recursos para expresar sus sentimientos y un espacio de elaboración pero como dijimos al inicio la estrategia aquí es de acompañamiento, sostén y fortalecimiento del Yo en su sentimientos autoestimativo, de seguridad, sentimientos que toda perdida y sobre todo en niños afecta en alguna medida. Sesiones familiares también puede ser importante para todo el grupo familiar y sobre todo para ese papa que en este caso deberá asumir en parte el rol de la madre.
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