Las barbas entran y salen de la moda. Hoy, hay barbas por todos lados, quizá por influencia de los personajes varones de las series posapocalìpticas. No obstante hace unas décadas, si te imaginabas una gran barba fluida, se lo consideraba un estilo antiguo. Se trata de un vago período "antiguo" que la gente imaginaba que podría haber sido a fines del siglo XIX (la época de Freud) porque si se retrocede un poco antes de eso, las barbas eran menos populares que nunca.
En 1830, vivía en Massachusetts un hombre llamado Joseph Palmer, quien decidió dejarse crecer una gran barba. No la hizo crecer para que se viera bien. Nadie se dejaba barba para verse bien en ese entonces. Lo cultivó porque quería tener el estilo de Moisés y Jesús.
La mayoría de la gente no sabía por qué Joseph tenía barba, simplemente sabían que no les gustaba. Una cuadrilla de cuatro hombres se le acercó durante sus rondas repartiendo víveres e intentó cortarle la barba con sus cuchillas. José luchó contra ellos con éxito, pero este no fue el final de sus problemas; como vencedor en la pelea, fue juzgado como el agresor y enviado a la cárcel. Allí, aún más personas lo atacaron e intentaron cortarle la barba.
El condado esperaba que pagara su fianza y se fuera, cosa que no hizo. Mientras estuvo en la cárcel, siguió escribiendo al público sobre las condiciones allí, incluyendo lo pésima que era la comida. Finalmente, sus carceleros simplemente lo tiraron en la acera para deshacerse de él.
Vivió otros 40 años después de eso, el tiempo suficiente para ver cómo las barbas se volvían muy populares. Su lápida incluye un grabado de su rostro, barba del tamaño de Santa y todo, y presenta la siguiente inscripción: Perseguido por usar barba.
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