Dijo Winnicott:
"Enseñamos a nuestros hijos pequeños a decir "gracias". En realidad les enseñamos a decir "gracias" por cortesía y no porque lo sientan.
En otras palabras, les enseñamos buenos modales y esperamos que sean capaces de decir mentiras, esto es, de ajustarse a las convenciones en la medida necesaria para lograr que la vida sea manejable. Sabemos perfectamente que un niño que dice "gracias" no siempre se siente agradecido. La mayor parte de los niños son capaces de aceptar esta deshonestidad como precio que debe pagarse por la socialización. Algunos nunca lo logran. Quizá porque alguien trató de enseñarles a decir "gracias" demasiado pronto, o porque ellos mismos quedaron fuertemente atrapados en este problema de integridad."
- El concepto de Falso Self (Winnicott, 1964) -
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