martes, 25 de abril de 2023

Ver no es lo mismo que mirar. Un ejemplo en la literatura.

Según la teoría psicoanalítica de Jacques Lacan, la mirada es un objeto pulsional que tiene un papel importante en la formación de la subjetividad y en la construcción de la identidad.
En la concepción lacaniana, la mirada no se refiere simplemente a la capacidad de ver o percibir visualmente el mundo que nos rodea, sino que es un objeto pulsional, es decir, algo que despierta un deseo inconsciente en el sujeto. En este sentido, la mirada es un objeto de deseo que tiene un poder seductor y fascinante sobre el sujeto.

Lacan sostiene que la mirada es un objeto pulsional fundamental en la construcción del yo, ya que el sujeto se forma en relación a la mirada del Otro. Es decir, el sujeto se define a sí mismo a través de cómo es visto por los demás, y esto implica una relación de poder en la que el sujeto se siente expuesto y vulnerable a la mirada del otro.

Por lo tanto, la mirada es un objeto que representa el deseo del otro y que puede generar angustia y malestar en el sujeto, ya que éste se siente como objeto de la mirada del otro. De este modo, la mirada es una fuerza que puede tanto seducir como aterrorizar al sujeto, y que tiene un papel fundamental en la construcción de la subjetividad.

El caso Jorge de Burgos

"El nombre de la rosa" es una novela histórica escrita por el autor italiano Umberto Eco y publicada en 1980. La trama de la novela se desarrolla en la Italia del siglo XIV, en la que el protagonista, el monje franciscano Guillermo de Baskerville, es enviado a una abadía a investigar una serie de misteriosas muertes que han ocurrido allí.

El personaje bibliotecario de la novela de Umberto Eco En nombre de la Rosa, llamado Jorge de Burgos, es un monje anciano e invidente, venerado y temido, de enorme erudición, que dirige una abadía donde varios monjes han sido asesinados en extrañas circunstancias.

Dice en la novela:

"Clavaba los ojos en nosotros como si nos estuviese viendo, y siempre, también en los días que siguieron, lo vi moverse y hablar como si aún poseyese el don de la vista. Pero el tono de la voz, en cambio, era el de alguien que solo estuviese dotado del don de la profecía"

Umberto Eco reconoció publicamente la influencia literaria de Borges en el personaje de Jorge de Burgos.

—Me gustaba la idea de tener un bibliotecario ciego y le puse casi el mismo nombre de Borges—

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