viernes, 3 de mayo de 2024

El Fenómeno Psicosomático ¿Por qué deja fuera el inconsciente?


¿Cómo se manifiesta el Fenómeno Psicosomático?

Es muy frecuente recibir en nuestra clínica consultas en donde la problemática sufriente es el Fenómeno Psicosomático. Este se manifiesta como: dolores físicos, fibromialgia, psoriasis, alergias varias, vitíligo, asma, cefaleas, úlceras, vómitos repetitivos, temblores “nerviosos”, entre tantas otras.


¿Cómo definimos el Fenómeno Psicosomático?

El Fenómeno Psicosomático se distingue por ser una lesión producida en un órgano o tejido, sin causa orgánica. Es una manifestación en el cuerpo de un montante pulsional, que no se halla enlazado a una representación de orden psíquico. Por este motivo, no puede traducirse en palabras, afecta y lastima directamente al órgano. El paciente, entonces, no le otorga un sentido,  lo padece -y mucho- a la manera de un cuerpo extraño.

 

¿Por qué el Fenómeno Psicosomático es distinto del Síntoma Histérico?: Claves Clínicas

En el Fenómeno Psicosomático, por no poder formar parte del entramado inconsciente, queda excluido del campo simbólico (es decir, de las palabras). Se trata de algo que en la historia del sujeto quedó mudo, petrificado, sin movimiento alguno, como un cuerpo extraño que ataca de forma cruda y violenta al órgano propiamente dicho (registro de lo real del cuerpo). 

En el Síntoma Histérico aquello que está en juego es la representación psíquica de alguna parte del cuerpo que, por estar reprimida, afecta a sus funciones motoras y/o sensoriales (registro de lo imaginario). Cuando se produce un síntoma histérico (contracturas, vómitos, mareos, temblores, hasta determinadas parálisis sin causa orgánica), en su origen se halla la angustia. Dicha angustia es producto de un conflicto inconsciente que, al no poder expresarse en palabras, lo hace sobre el cuerpo, sin dañar lo real del órgano (como ocurre en el Fenómeno Psicosomático).

El Fenómeno Psicosomático queda por fuera de la territorialidad inconsciente (campo simbólico, de la palabra). Quienes padecen de un Fenómeno Psicosomático no pueden producir asociaciones durante el tratamiento. Por lo tanto, la interpretación analítica clásica no les producirá a estos sujetos ninguna eficacia. Entonces, ¿cuáles son las intervenciones del analista cuando la palabra está suspendida y, en su lugar, aparece el “puro órgano”?


En esta particular y específica manifestación corresponde al organismo que se encontró con un sujeto imposibilitado de realizar una operación de construcción, que hubiera elevado el órgano comprometido en el Fenómeno Psicosomático a la categoría de “cuerpo”. 
 

¿Cómo interviene el analista ante el Fenómeno Psicosomático?

El analista tiene que hacer una operatoria que es tratar de ayudar al paciente a transformar aquello que afectó al órgano y se muestra (por ejemplo: manchas de la psoriasis, del vitiligo, irritaciones alérgicas) en una representación psíquica, es decir, inconsciente, para que pueda darle curso por medio de la palabra. 

 
¿Cómo hacerlo? 

La intervención clínica privilegiada para el tratamiento de los Fenómenos Psicosomático es la “Construcción en Psicoanálisis”. Ellas son las que permiten al psicoterapeuta hacer hipótesis, historizar junto al paciente su vida, lo que ha sido su historia, sus avatares. Poco a poco, se podrá ir involucrando en aquello que padece, acercándole cuidadosamente la idea de que su subjetividad está implicada en aquello que sufre. Así, tratamos de que el paciente pueda realizar el pasaje del mostrar los efectos del órgano dañado  a relatar una historia que involucre su padecimiento actual.

Las intervenciones están orientadas a “inventar un inconsciente”, invención que permite introducir una falta que descongela la fijeza del órgano, comprometido en el Fenómeno Psicosomático (vertiente real), para que se anude a un sentido (vertiente simbólica), que pueda configurarse como una atribución del propio sujeto –y no del Otro-, y a una intrincación dentro de la trama corporal (vertiente imaginaria). 

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