martes, 3 de septiembre de 2019

El problema del primer psicoanalista: Una contradicción del psicoanálisis contemporáneo.


Una de las patas del trípode freudiano es el análisis personal y el psicólogo Félix Morales Montiel encuentra una contradicción en este punto:
(1) Para volverse psicoanalista es necesario haber pasado por la experiencia del análisis con un analista. 
(2) Freud* fue el primer psicoanalista. ---  
(3) Juntando (1) y (2): Para volverse psicoanalista es necesario que Freud haya pasado por la experiencia del análisis con un analista.  
(4) (3) implica que hubo al menos psicoanalista antes que Freud. 
(5) (2) y (4) son contradictorios. --- *También sirve para Fliess, o el que gusten.
Este planteo lo hace en base a una pregunta que él se hace por la necesidad del análisis con otro analista, muy difundido en el psicoanálisis contemporáneo. Si Freud pudo hacer un autoanálisis, no es necesario. La pregunta es por la necesidad, no por la conveniencia o la pertinencia; es decir, el análisis personal como obligatorio, como condición sine qua none.

Chemama nos recuerda que S. Freud tuvo que ser necesariamente su propio analista, pero insistió progresivamente en el carácter limitado de un autoanálisis y en el hecho de que en todo caso este era insuficiente para la formación de un analista. Es innegable, en cambio, que el trabajo del autoanálisis prosigue en el analista de modo más o menos regular luego del fin de su propia cura. El autoanálisis  implica el análisis del sujeto por él mismo, tomando del psicoanálisis las técnicas de la asociación libre y de la interpretación de los sueños.

Por otro lado, el psicoanalista es sobre todo una figura transferencial; en ese sentido, Freud tuvo su figura transferencial en Fliess. Claro, habría que ser Freud para poder llevar a cabo un análisis de esa forma. Hay quien dice que es por eso que con Freud no hay fin de análisis. No es así, el análisis Freudiano no puede tener fin por cuestiones estructurales.

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