Conferencia dictada por Silvia Bleichmar, el 27 de septiembre de 1991 en el marco de XIV Encuentro de discusión y IX Simposium organizado por la Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados.
Le decía antes de empezar, a Luis Córdoba que sentía mucho entusiasmo de poder debatir este tema, tema controvertido en Psicoanálisis -ya parece que hubo controversias en las reuniones de ayer- tema que confronta problemas nodales de la teoría y la clínica freudiana y que implica además abordar una cierta audacia porque al enfrentarlo uno tiene que ir desplegando las contradicciones de la obra freudiana y al mismo tiempo replanteándose qué validez conserva hoy este concepto en nuestra práctica y en nuestra teoría. Hasta dónde el concepto de Pulsión de Muerte sigue teniendo algún tipo de raigambre en nuestro pensamiento cuando nos dirigimos al proceso de la cura y cuando abordamos los fenómenos resultantes o los obstáculos del proceso de la cura en el movimiento de teorizarlos.
De qué manera funciona el concepto de Pulsión de Muerte en la metapsicología de bolsillo de los analistas, como dice Laplanche. Cada psicoanalista tiene una metapsicología de bolsillo, un conjunto de conceptos con los cuales se aproxima a la clínica, con los que la piensa y que está permanentemente en el trasfondo de su procesamiento. Y de qué manera hay conceptos que implican tal vez elementos últimos a partir de los cuales parecerían no estar implicados directamente en los pequeños movimientos con los que vamos resolviendo nuestra tarea y que sin embargo, ofrecen un horizonte de fondo sobre el cual se van pensando.
Yo creo que el concepto de pulsión mismo es un concepto en discusión hoy en Psicoanálisis. Es un concepto en discusión desde varios ángulos. Desde los ordenamientos que se hicieron a partir de los años 60' aproximadamente en Francia, a partir de los 70' en Argentina, fue desgajándose cada vez más un claro intento por desbiologizar la pulsión y por ubicar una perspectiva para ella que la desprendiera definitivamente del instinto.
Es muy interesante... en el Coloquio de la Federación Europea de Psicoanálisis, al cual me voy a referir varias veces, Coloquio de 1984, Hanna Segal dijo que los ingleses debían revisar su traducción del concepto y que no podían seguir llamando instinto al Trieb freudiano sino que tenían que empezar a llamarlo pulsión, en el sentido en que fue planteado por los franceses. Modelo, si Uds. quieren, de pensamiento psicoanalítico en una psicoanalista consagrada que, después de años, se va replanteando hasta dónde siguen siendo válidos los postulados de los cuales partió.
Uno de los ejes que está en juego, constantemente respecto al concepto de pulsión es la cuestión endógena o exógena de la fundación del inconciente. Uds. saben que hay dos maneras de concebir el Psicoanálisis, que parecería que se superponen pero no siempre es así: psicoanalizar como hacer conciente lo inconciente y psicoanalizar como rellenar las lagunas mnémicas.
Si uno se define por una perspectiva endogenista, si uno se define por una perspectiva donde la pulsión es un concepto psicofísico, un concepto de correlato de lo somático en lo psíquico, representante mental del instinto, la phantasy -como lo planteaban los kleinianos en una época- se puede perfectamente analizar haciendo conciente lo inconciente sin rellenar las lagunas mnémicas. Es decir, el análisis transcurre por sistemas de transcripción, de transcripción extraña del discurso preconciente al inconciente, no del inconciente al preconciente, de traducción; y no es necesario entonces recorrer la historia para encontrar los modos de inscripción sobre las cuales el inconciente se ha ido constituyendo.
Pero si uno se define por una perspectiva exogenista de la fundación del inconciente, perspectiva que implica no solamente que el inconciente se modifica a partir de la constitución de las instancias segundas, a partir de la estructuración del narcisismo, a partir de la estructuración del superyo, el problema de la fundación del inconciente queda totalmente ligado al de la huella mnémica y de lo histórico, o de lo histórico vivencial como planteaba Freud al final de su obra en 1938.
La obra freudiana hizo un recorrido muy complejo. Uno podría ubicar a grosso modo que hasta 1900 Freud se define por una perspectiva exogenista de la fundación del inconciente y a medida que la obra "progresa" se va definiendo por un endogenismo cada vez mayor hasta culminar con la teoría del Ello del cual la Pulsión de Muerte ocupa un lugar importante.
Yo tiendo a decir que lo más nuevo no siempre es lo más progresivo. A mí no me convence que San Petersburgo sea lo más novedoso de la humanidad
Entonces, la cuestión de lo exógeno o lo endógeno en la fundación de lo inconciente hace a la estructuración básica de las representaciones sobre las cuales va a operar el análisis. Supongamos que alguien me preguntara -cosa que me ha ocurrido con frecuencia- si yo considero que la huella mnémica y el representante representativo pulsional son conceptos equivalentes. Hay una enorme tendencia en el Psicoanálisis, o en la escritura psicoanalítica a decir: “ah! esto que dice Freud es aquello…”, como si el concepto pudiera ser desligado del orden teórico al cual pertenece; “ah! lo que dice Winnicott de lo especular es lo mismo que dice Lacan...”, “y también tiene algo que ver con lo que dijo Pichon...” Tiene algo que ver no quiere decir que el orden teórico en el cual se constituyen pueda superponerlos totalmente porque el concepto no es la cosa misma sino el intento de acercamiento de la cosa. Por eso el concepto queda permanentemente en contradicción. Es un prejuicio del Positivismo creer que la contradicción es un error de juicio del que conoce. La contradicción es efecto del movimiento con el cual la cosa misma se va manifestando en sus posibilidades de ser cercada. De manera que el concepto siendo asintótico con la cosa, inevitablemente da cuenta de un sistema de relaciones y no de un en sí sustancial.
Después de esta pequeña digresión de por qué voy a ir marcando movimientos de diferenciación con respecto al concepto de Pulsión para llegar al de Pulsión de Muerte, lo que quiero señalar es lo siguiente: el concepto de inscripción, concepto de huella mnémica es un concepto en el cual Freud se inclina por una perspectiva exógena de la fundación de los elementos de base del inconciente. El concepto de representante representativo de la pulsión es un concepto por delegación; con lo cual no son homologables aún cuando ambos puedan ser concebidos como representación; porque lo que sí se sostiene en la obra freudiana es la diferencia entre afecto y representación en ambas posiciones.
Pero yo puedo hacer una vuelta audaz y plantear lo siguiente: si yo me inclino por una perspectiva en la cual la pulsión no existe desde los orígenes, la pulsión no es un producto biológico, la pulsión es el efecto sexualizante del otro humano en inscripciones que a partir de entonces pulsarán para siempre como objetos fuentes al sujeto, puedo decir que el representante pulsional es por supuesto representante, huella mnémica de la sexualidad pulsante materna. Pero para esto hice una alteración total de los órdenes teóricos con los cuales Freud estaba trabajando, lo cual no es para preocuparse si uno toma la obra no como una obra sacralizada, sino como un punto de partida para ir pensando cuestiones y va contraponiendo modelos teóricos en el interior mismo de la propuesta freudiana, tomando partido por un Freud contra otro en muchos momentos.
¿Cuáles son los arrastres de los problemas del concepto de Pulsión que nos encontramos cuando llegamos a "Más allá del Principio del Placer"? Yo creo que "Más allá..." es uno de los textos más difíciles de la obra freudiana -supongo que muchos de Uds. coincidirán en eso-, es un texto terriblemente complejo, imposible de ser leído sin leer el "Proyecto...". Es un texto incluso que uno podría saltar del "Proyecto..." al "Más allá..." y encontrar una cierta contigüidad como por encima del resto de la obra. Y en este texto tan complejo Freud va abriendo procesos contradictorios nuevos y va arrastrando problemas previos. Los problemas previos que arrastra tienen que ver con el primer dualismo pulsional; el dualismo es un eje central, tanto que es impensable ubicar una teoría del conflicto en Psicoanálisis sin dualismo. Dualismo que se expresa en múltiples formas, que tiende permanentemente a ser anulado; dualismo entre: pulsiones de autoconservación o yoicas -en la primera parte de la obra- y pulsiones sexuales; dualismo mente-cuerpo (en todo caso después podemos hacer una breve referencia con respecto a las psicosomáticas). Freud es profundamente dualista, su correspondencia con Groddeck lo marca. Freud no es spinoziano, él piensa que entre la naturaleza y el alma hay bellas diferencias que deben ser respetadas. Dualismo entre dos tipos de energía, ligada y no ligada, dualismo entre sistemas psíquicos. El dualismo es insoslayable si se trata de ubicar una teoría del conflicto.
Pero el problema es a base de qué forzamiento se plantea a veces el dualismo. Si Uds. toman "Pulsiones y destinos de Pulsión", se van a encontrar con que Freud da a veces -con una diferencia de tres páginas-, dos conceptos distintos de la pulsión: uno de raigambre más biologista y otro que lo ubica plenamente en el plano sexual. Por ejemplo, en un lugar plantea que la fuente de la pulsión está en el soma y el objeto es el objeto de satisfacción y en otro lugar plantea que la fuente de la pulsión está en la zona erógena y el objeto es un objeto, es un objeto autoerótico. Acá se ha producido un corte, estamos hablando de dos cosas que son totalmente distintas; más todavía, Freud tiene dos teorías del famoso Anlehnung o del apoyo, también planteado en el "Más allá...", apoyo como derivación de lo somático en lo psíquico y el apoyo como sostén en el semejante para constituir aquello que es del orden de lo sexual.
¿Cuáles son los ejes donde yo ubicaría de contigüidad entre el "Proyecto..." y "Más allá del Principio del Placer"? Ejes que considero además insoslayables. Uds. saben que Freud tiene cuatro conceptos: inconciente, sexualidad infantil, represión y trasferencia... pero hay una serie de ejes teóricos que están presentes a lo largo de la obra. Por un lado la teoría económica ¿es pensable la Pulsión de Muerte sin la teoría económica en términos freudianos? En segundo lugar, la teoría del traumatismo, que abre una vertiente muy importante fundamentalmente porque lo que va a plantear es un sistema que no se cierra sobre sí mismo sino que está abierto siempre a lo real, a algo que insiste desde afuera.
Después quiero desarrollar un poco más esta cuestión no sólo del traumatismo sino de las diferencias entre un aparato psíquico abierto o un aparato psíquico cerrado,… Y abierto ¿a qué? Abierto en las primeras teorías freudianas a la posibilidad de irrupción de inscripciones y cantidades exógenas, y abierto posteriormente en las "Nuevas Conferencias..." al soma. ¿De qué tipo de apertura estamos hablando? ¿De qué modo se va a plantear un aparato abierto a la realidad o a lo real, en cuanto realidad no significada, y sujeto a los embates de esto? Tanto en el "Proyecto..." como en "Más allá..." éste es un eje central.
El otro aspecto que se va a mantener a lo largo de la obra es la diferencia entre representaciones inscriptas y algo que circula entre ellas; pueden ser los sistemas neuronales del "Proyecto...", y, pueden ser afecto y representación, pueden ser huellas mnémicas y cargas que circulan, pero de todos modos acá hay un dualismo que se va conservando siempre y que tiene que ver con un modo de circulación y de un tipo de inscripción por lo cual las cosas circulan.
Y en última instancia, lo que se va a conservar como cuestión central es la idea de un aparato que está sufriendo permanentemente los embates de algo proveniente del exterior, lo obliga a organizar modos de defensa y filtración, modos de organización y modos de ligazón para no ser destruido por las cantidades que ingresan en él.
Uds. saben que el modelo del "Más allá..." es un modelo homeostático, centralmente, donde la preocupación es de qué forma aquello que está afuera implica cantidades mayores que lo que está adentro... porque si las cantidades que están adentro subieran hasta cierto límite, el aparato estallaría. Problema entonces, del estallido del aparato como posibilidad.
Quisiera retomar, antes de volver a todo esto, algunos ejes de los acuerdos y diferencias que hubo en el Coloquio de Federación Europea de Psicoanálisis cuando se abordó el tema de la Pulsión de Muerte en el 84'. Quisiera leerles brevemente algo que dice Daniel Widlöcher en este texto que Uds. lo tienen que está editado por Amorrortu, y dice: "... la elección del tema era importante (se refiere a este Coloquio) se trataba de reunir psicoanalistas alrededor de un tema de investigación nuevo, sea alrededor de un tema clásico pero controvertido (la misma opción que eligió la Escuela hoy). Volviendo a aquel de la Pulsión de Muerte es la segunda opción la que fue tomada..." Introducido por Freud en 1921 en "Más allá del principio del Placer" se trataba en efecto de uno de los conceptos más discutidos de la teoría psicoanalítica. Y no es justo, en efecto, situar los conceptos nuevos introducidos en Psicoanálisis en el mismo plano epistemológico Numerosos son aquellos que responden a una perspectiva esencialmente operatoria y que definen un procedimiento para aislar nuevos datos clínicos de observación; tal es el caso, por ejemplo, para el concepto de sistemas primarios y secundarios de pensamiento o para el de compulsión de repetición. Otros permiten ubicar operaciones de pensamiento y modalidades de la acción; tal es el caso para aquel de libido y agresividad. El concepto de Pulsión de Muerte obedece a una tercera finalidad; se trata, en realidad, de formalizar una teoría general que organiza un más vasto sistema explicativo de interacción de los procesos psíquicos.
La compulsión de repetición es un problema de la clínica. Lo que la determina, el principio general que rige el funcionamiento psíquico es un problema metapsicológico que debe dar cuenta de los modos de la compulsión de repetición.
En principio, entonces, uno tendría que remitirse a las grandes cuestiones planteadas por los ejes teóricos, para preguntarse para dónde va el concepto de Pulsión de Muerte y podríamos ubicar tres o cuatro elementos: en primer lugar problemas que siguen vigentes en relación a: Principio de Nirvana, Principio de Constancia, Principio Placer-Displacer, Principio de Inercia Neuronal.
Voy a empezar por el de Inercia Neuronal porque es el de Freud de 1895 y después retomo los otros. Se trata de una tendencia general del alma o del aparato psíquico a evacuar cantidades que lo perturban. El elemento interesantísimo que plantea Freud ahí es que el Principio de Inercia Neuronal es quebrantado desde los orígenes de la vida por la intrusión del semejante. A partir de la vivencia de satisfacción es imposible la descarga a cero, porque algo queda inscripto y cada vez que haya un ingreso de energía al aparato serán recompuestas las relaciones o las ligazones con aquellas vivencias inscriptas que forman un todo en la satisfacción. No es que se recrea el objeto, se recrea la vivencia en su totalidad. Uno para decirlo de una manera más brutal podría decir: no es el pecho lo que es recreado, es la boca con el pezón en su conjunto, es la complementariedad de ambos. Y más todavía, podríamos plantear -y para esto podemos retomar el modelo de la Carta 52- que no es tampoco el objeto ni la boca sino los signos de percepción ligados a ellos; con lo cual el tema de la alucinación primitiva no es la evocación de un objeto real sino que es la forma en que operan signos de percepción inscriptos una vez que han entrado a formar parte del entramado psíquico Principio de Inercia Neuronal que uno podría asimilarlo al Nirvana.
En mi opinión, el Nirvana sólo podría ser considerado del lado de lo autoconservativo y nunca de lo sexual. La descarga del aparato no podría ser nunca 0 una vez que están producidos elementos de base en él que permitan que algo siga operando, generando energía psíquica interna o endógena. De manera que yo no comparto con muchos autores la idea de que el Principio de Nirvana sería un postulado máximo del Psicoanálisis sino que es efecto de la confusión arrastrada en el interior del Psicoanálisis entre tendencias biológicas a la descarga posibilidades de la descarga psíquica.
Del lado del Principio de Constancia -podemos diferenciar entre Principio de Constancia y Principio de Placer-Displacer- lo económico, Placer-Displacer una vez que hay sujeto. Esto quiere decir que el Principio del Placer implica ya una cualificación sensorial, si Uds. quieren a nivel de lo que Freud consideraba como teoría del afecto del Principio de Constancia. Puede haber incremento y disminución de cantidades de forma automática sin que sean cualificadas por nadie. Gran problema de las hiperkinesis infantiles psicóticas; no es que hay un niño que se angustia ahí, hay un niño en donde opera el Principio de Constancia y no está operando el Principio de Placer-Displacer porque no hay sujeto capaz de cualificar.
De manera que el problema de la diferencia entre Principio de Constancia y Principio de Placer pareciendo problemas tan alejados de la clínica son problemas que permiten ubicar modelos permanentes cuando uno se enfrenta a las cuestiones limítrofes de la práctica, cuando uno se enfrenta a las fronteras del Psicoanálisis, cuando tiene que empezar a operar con las psicosis infantiles graves, con los riesgos de fracaso de la humanización por decirlo de algún modo o cuando se encuentra en algunos casos con entidades psicosomáticas. No es porque un asmático se angustia que tiene una crisis de asma sino porque no se angustia; es una descualificación del afecto la crisis asmática. No me voy a extender sobre las psicosomáticas -ha salido recientemente un texto mío- pero es impensable que, a esta altura de la historia del procesamiento teórico, se plantee que la psicosomática implica un fantasma privilegiado. La psicosomática implica un modo de degradación y descualificación de la energía psíquica que implica la imposibilidad de interpretar, que abre como vía general el problema de la religazón a través del retejido psíquico. Y entonces no se trata de esos consejos: “Señora, no lo angustie...”, sino se trata precisamente que mentalicemos esto que ha pasado al soma y empecemos a producir angustia en lugar de crisis.
Principio de Constancia que puede operar más allá del Principio del Placer o más acá. Cuestión entonces del Principio del Placer. Me he encontrado con alegría con textos que comparten la idea de un Principio del Placer que no estaría operando desde los orígenes. Sería impensable en los términos que lo estoy planteando que el Principio del Placer operara desde los orígenes. No hay sujeto, por otra parte no hay posibilidad de estructuración de la constancia en los orígenes de la vida y entonces el Principio del Placer se instauraría progresivamente... Y yo tiendo a trabajar en este momento ciertos trastornos precoces como la estructuración de un más acá del Principio del Placer.
Voy a dar un breve ejemplo... lamento tener que hacer un desarrollo teórico tan abierto donde tengo que ir retomando permanentemente en forma espiralada cuestiones, pero es que son nudos teóricos los que estamos trabajando. Si uno se plantea la pulsión como pulsión que tiene un objeto que es puntual, que no es objeto de amor, que tiene que ver con el objeto inscripto como autoerótico, como objeto primario, indicios de percepción por llamarlo de algún modo y piensa que la pulsión es efecto de la posición sexualizante del semejante, uno podría plantearse que justamente la posibilidad materna de tener un inconciente que sexualiza pero al mismo tiempo de tener un yo que narcisiza, es lo que abre lo que Freud llamó 'vías colaterales de investimiento' en el "Proyecto..." Las vías colaterales de investimiento están definidas por el hecho que la madre cuando da de mamar -y por supuesto está en una perspectiva sexual del lado de su inconciente- en esta mamada al mismo tiempo sostiene el cuerpo del bebé abre vías colaterales, acaricia, habla y crea ramificaciones sobre las cuales se va a producir un entretejido psíquico.
En este caso yo no podría llamar a la pulsión ni parcial ni perversa -y en esto coincido con Lacan respecto a que la pulsión se caracteriza por su acefalía, que cuando hay sujeto hay posición frente a la pulsión, que en el momento en que la pulsión está operando al margen de las estructuraciones subjetivas posteriores la pulsión es y no es ni parcial ni perversa... Pero no podría ser de otro modo y esto es lo que sigue ocurriendo a lo largo de la vida cuando hay ejercicios pulsionales y no hay posicionamiento subjetivo frente a estos ejercicios. En todo caso voy a dar algunos ejemplos.
Para poder tomar entonces, una pequeña síntesis los elementos que les estoy proponiendo diría lo siguiente: instalación del inconciente a partir de inscripciones representantes de base, retranscripciones de estas inscripciones -propuesta de Freud en la Carta 52- rehusamiento de transcripción en la represión originaria, operancia de aspectos inconcientes que implican no de modo homogéneo una misma forma de funcionar. Es decir, el fantasma inconciente, las formas en que se van estructurando ligazones, son diversas a los modos pulsionales puros que pueden seguir operando cuando no se han producido religazones de dos mismos y pueden persistir a lo largo de la vida del sujeto bajo modos de compulsiones perversas en algunos casos y en otros casos organizan toda la tópica bajo un modo de posicionamiento subjetivo.
Uds. se dan cuenta que, a medida que voy avanzando, cada vez menos voy ubicando la Pulsión de Muerte del lado de la agresividad. Y acá quisiera reubicar otras cuestiones.
Los informes de la Federación Europea coinciden en que hay una ausencia directa de referencia al modelo biológico; se puede dejar de lado el modelo biológico para pensar la Pulsión de Muerte. Esto sería un acuerdo.
Desempeña la compulsión de repetición un papel fundamental respecto a la Pulsión de Muerte -todos comparten esto- pero... ¿es la Pulsión de Muerte una antipulsión o es el prototipo mismo de la pulsión? Ahí es donde se abren las diferencias teóricas centrales, y hay dos autores que toman a su cabeza esto, que son Green y Laplanche. -Hay caras ahí que dicen que no-, hoy en la polémica actual los dos autores que se han enfrentado en el Coloquio son estos. Después podemos ver que hay una historia en Psicoanálisis que avala estas dos posiciones; pero de todos modos me quiero detener en estos porque son autores de discusión actual, de vigencia.
Por ejemplo, la Pulsión de Muerte para Green implica la cuestión de la desobjetalización; la Pulsión de Muerte para Laplanche está más allá del problema de lo objetal o de lo no objetal porque lo que está en juego es el objeto de la pulsión y no el objeto de amor.
Acá se arrastra un problema freudiano que es la cuestión de las relaciones entre autoerotismo y narcisismo. Freud oscila en la obra, en el texto de "Introducción del Narcisismo" por ejemplo, es muy claro que el narcisismo sucede al autoerotismo. En eso no hay ninguna duda.
Pero al mismo tiempo cuando Freud enfrenta el objeto y el sujeto en cierto momento puede caer bajo la postura de la anobjetalidad. Posición que dominó en la Escuela Inglesa hace años cuando -y que sigue dominando- se plantea lo anobjetal narcisístico superponiéndose a lo autoerótico, perdiendo de vista que si hay autoerótico, ya hay objeto de la pulsión.
Yo, en el único caso donde diría que no hay objetalización -pero no en el sentido de objeto de amor- sino de objeto de la pulsión, en los únicos casos que plantearía que es posible esto sería en el caso de los niños ferales y de los autismos puros. El resto de los sujetos tienen inscripta la pulsión y de lo que se trata es de ver si se han producido las formas de ligazón, de la religazón, de las estructuraciones secundarias. Las esquizofrenias infantiles, por supuesto, son formaciones humanizadas; las psicosis simbióticas lo son, son modos de organización espontáneos de aquello que habiendo sido inscripto no ha logrado religazones. Pero esto no quiere decir que no haya objeto en tanto objeto de la pulsión; esto quiere decir que inscripción y represión para mí, son diferenciados y que el problema de la Pulsión de Muerte es que la llamamos Pulsión de Muerte a la pulsión en el sentido que lo plantea Laplanche: descubrimiento de lo sexual como atacante, disgregante, llevada hasta las últimas consecuencias de la pulsión como concepto hoy: partir de que hay yo a partir de que hay aparato capaz de ser atacado por la pulsión.
Si Uds. quieren, la postura de Melanie Klein respecto a la Pulsión de Muerte -o al Instinto de Muerte, como lo llamaba ella- es una posición que puede ser seguida en esta línea en cuanto a percepción del ataque interno de la Pulsión de Muerte. Angustia, como percepción del ataque interno de la Pulsión de Muerte para Klein.
Queda abierto el problema del narcisismo y las formas de muerte en relación al narcisismo.
Afortunadamente estamos muy lejos de la época en que se pensaba que toda conducta que tuviera que ver con la muerte biológica tenía que ver con la Pulsión de Muerte. La teoría del Narcisismo puesta como eje a partir de las producciones importantes de la escuela francesa permite diferenciar entre la muerte como muerte del sujeto, relaciones imaginarizadas vinculadas a las estructuraciones narcisistas, y los procesos de desestructuración que pueden llevar a la muerte más allá del sujeto mismo.
Voy a dar un breve ejemplo: que un sujeto sea un adicto a una droga no significa que quiera suicidarse como se pensaba en una época: si uno piensa la cuestión del narcisismo como forma de ligazón amorosa, derivado del narcisismo parental, el hecho de que este sujeto pueda matarse porque no puede parar la compulsión no quiere decir que quiera matarse sino que quiere decir que su yo, que su narcisismo no tiene el amor suficiente para controlar la impulsión proveniente del inconciente que opera atacando y disgregando las ligazones que le permitirían sobrevivir. No es porque hay una voluntad de muerte que un sujeto hace ciertas cosas sino porque el deseo de vida es insuficiente para parar la compulsión inconciente.
Del mismo modo ha habido deslizamientos terribles en la historia del Psicoanálisis y deslizamientos que hoy silenciamos con vergüenza por el horror que nos pueden llevar a producir. Por ejemplo: la idea de que en cierta época los militantes estaban invadidos por la Pulsión de Muerte, ejemplo como el de IRA en Irlanda, el ejemplo de muchos sujetos que prefieren la muerte como forma de persistencia narcisista indica que no es la Pulsión de Muerte lo que está definiendo su acción sino la forma en que el yo permanentemente inscribe y se imaginariza la propia muerte del sujeto. Hay que diferenciar claramente entre muerte biológica y muerte representacional o simbólica. La muerte tiene formas de imaginarización permanentes en el ser humano que tienen que ver con el narcisismo, que tienen que ver con los ideales del yo.
La muerte biológica en sí misma está totalmente vicariada y transformada .en los seres humanos. De manera que un sujeto puede elegir la muerte como forma de preservar la totalidad del yo o los ideales, y esto no quiere decir que sea la Pulsión de Muerte lo que está operando. Esto quiere decir que, en subsistemas amorosos de ligazón, la muerte biológica es la forma de persistencia de su ser y no puede, entonces, ser concebido de las formas banales en que fue pensado en otra época, en esta correspondencia infantil entre muerte biológica y muerte psíquica.
Uds. saben que el castigo mayor que planteaba Ibsen en el "Peer Gynt" era ser fundido en el caldero de las almas, era la desaparición del ser. Esto es lo que se pretendió en la Argentina durante mucho tiempo; los NN son eso, son la desaparición del ser en la masa informe y la pérdida del recuerdo. Los hombres cuando mueren heroicamente mueren para ser recordados, no para desaparecer anónimamente. Mueren precisamente para persistir en el ser y para que la muerte biológica no se anude a la muerte como aniquilamiento del yo.
Si nosotros volvemos entonces a repensar la cuestión de la Pulsión de Muerte... -me doy cuenta que escribí... tengo muchísimas ideas, voy a recortar un poco-decía que se plantea la cuestión de investimiento-desinvestimiento o de narcisización-desnarcisización. Yo creo que uno podría plantear la cuestión de la Pulsión de Muerte como antipulsión sí uno lo sigue a Green a costa de sostener un principio general que deviene, en mi opinión, metafísico y que se aproxima mucho a lo planteado por Freud en esta idea de muerte como finalidad, muerte del lado del yo, como deseo de muerte del lado del yo.
Hay párrafos que, en el texto de ese mismo Coloquio, de la Pulsión de Muerte, son insostenibles; por ejemplo: qué querrá decir una desobjetalización del lado del inconciente si el problema del inconciente no es lo objetal, el problema del inconciente es el objeto de la pulsión, lo objetal es una cuestión del yo, es una cuestión del narcisismo en el sentido del objeto de amor. Justamente lo objetal es lo que para la Pulsión de Muerte implica formas de ligazón. Con lo cual de hecho estamos planteando acá una cuestión de base que es la siguiente: ¿se trata de una sola energía la que funciona en el aparato psíquico?, como planteaba Jung... Porque la polémica de Freud sigue siendo con Jung respecto a dos tipos de energía. Freud está discutiendo con Jung la idea de una energía y justamente que es una energía centralmente desexualizada, o se trata de plantear que es un tipo de energía que se liga de dos modos distintos. Uds. saben que en "Más allá..." están planteadas las dos posibilidades. Cuando Freud toma la cuestión del traumatismo plantea la Pulsión de Muerte del lado de lo no ligado y la Pulsión de Vida del lado de la ligazón. Más todavía, da una definición de traumatismo que es muy importante que es: "el efecto traumático es igual a la relación existente entre el impacto que proviene de lo real y las capacidades de ligazón del yo..." De manera que el traumatismo lo da como una ecuación prácticamente y si el yo tiene capacidad ligadora el impacto traumático tiene que ser menor.
Si uno se define por dos tipos de energía, arrastra un problema en la clínica que es ¿cómo pasa de la una a la otra? ...si está trabajando de base con dos entidades que son distintas.
Si uno se define por un solo tipo de energía ligada de dos maneras diferentes tiene la posibilidad de desligar lo ligado y religar lo que estaba desligado. Cuestión central cuando uno se propone lo siguiente: no todo lo que hacemos en la clínica es interpretar, lo sabemos. Sabemos también que... -nos enseñaron en la Escuela- interpretación, señalamiento, construcción. Hoy sabemos que hay múltiples formas de intervenciones simbólicas que no se reducen a éstas. Pero yo quisiera simplemente marcar un punto: el concepto de construcción ha sido concebido como un elemento más de la técnica, el que falta en los Escritos de técnica. Freud lo escribió después...
Yo tengo la impresión de que el concepto de construcción es el concepto que Freud aborda después de "Más allá del Principio del Placer" justamente cuando ve los fracasos de la clínica a partir de la sola herramienta de la interpretación. Creo que ante una hipótesis extractiva con la que él ha estado trabajando durante años y los fracasos por la compulsión de repetición, se encuentra obligado a buscar modos de religazón que aparecen en este texto limitado pero importante, bajo el concepto de construcción.
Y creo que hoy nosotros no sólo construimos cuando ofrecemos hipótesis históricas sino cuando rearticulamos de modo diferente, fragmentos discursivos, significantes, estructuraciones lenguajeras que aparecen en el análisis y que no simplemente las interpretamos sino que al articularlas las ligamos de un modo diferente. Creo que el concepto de construcción tiene que ver centralmente con el concepto de religazón de la Pulsión de Muerte.
El otro punto que quisiera abordar en todo esto es siguiente: Uds. saben que "Más allá del Principio del Placer" es un texto que está escrito frente al muro de los lamentos. Freud se desgarra las vestimentas preguntándose qué ha pasado con 20 años de clínica psicoanalítica para que el Psicoanálisis no haya podido curar las neurosis. Es un texto desgarrante de Freud y curiosamente, como siempre, ante situaciones que son tan masivas Freud toma distancia. Trabaja y llega a niveles de especulación muy alejados como si hubiera una especie de necesidad de no dejarse involucrar por la terrible sensación de derrota y de desgarramiento que tiene.
Hay un punto que se arrastra en Psicoanálisis y que tiene que ver con la compulsión de repetición. Cualquiera que lea "Más allá..." -y yo lo he visto en los textos que Uds....en muchos de los textos que Uds. han ofrecido para esta jornada- se da cuenta que hay distintos modos de la compulsión de repetición y que parecería que la compulsión de repetición abarca todo al mismo tiempo. Desde los sueños traumáticos hasta el fort-da pasando por el fenómeno de la trasferencia. Cada vez más sabemos que no son homologables estos modos de insistencia.
Sabemos que la trasferencia no es la repetición pura de algo del pasado. Más todavía, hay en cada fenómeno de trasferencia de trasferencia una neogénesis donde se producen movimientos diferentes y que obligan a veces, cuando uno toma un paciente en reanálisis a tomar en cuenta la historia de las trasferencias como formas de reorganización de, trasferencias infantiles. Claro, si uno trabaja con la idea de que todo permanece idéntico en el inconciente y que lo único que hace es actualizarse, esto cambia. Entonces las vías, los retoños no tienen ninguna importancia porque uno toma puntualmente como una especie de homotecia todo lo que está hoy y lo remite a un punto del pasado y es como si no hubiera habido ahí ningún tipo de transformación.
Esta teoría que está presente en Freud y en el Psicoanálisis es una teoría clásica de la Física, en crisis hace ya muchos años -hace más de cien años- que es newtoniana del movimiento celeste, los astros, donde todo permanece idéntico y donde no habría transformaciones.
La teoría de la fijación y la regresión parecen tener la misma característica en muchos puntos de la obra -no es homogéneo pero parecen tenerla-. Uno va del presente al pasado y encuentra lo mismo que había. Esto es incluso el planteo que hace Freud respecto a la indestructibilidad de lo inconciente. Es indestructible lo inconciente por un lado porque todo permanece pero al mismo tiempo plantea que es indestructible porque es inmodificable.
¿Podemos seguir sosteniendo hoy, en estos términos, el planteo de la inmodificabilidad?... Yo trabajé algunas ideas provenientes de la Física, con las siguientes características: creo que hay una discusión interteórica y hay una discusión intrateórica, les decía antes. La discusión intrateórica tiene que ver con las contradicciones que arrastra el concepto de Pulsión de Muerte, para Freud, en relación al concepto de pulsión; sí hay pulsiones del yo, si hay pulsiones autoconservativas, si la pulsión no es justamente patrimonio del inconciente y es la sexualidad en su estado más desligado, discreto, relacionado con la pulsión con significantes primarios, con representaciones de base, con signos de percepción... pulsión de indicio, la llama Laplanche a veces, que tendría que ver con que la pulsión no tendría otra forma de operar que no fuera yendo a la búsqueda de su objeto y en la medida que va en la búsqueda de su objeto -como se decía en la vieja edición de López Ballesteros 'para mientes' en el objeto -que era una expresión muy divertida-, 'me importa un rabanito lo otro'.
Si uno, entonces, toma partido por ésta idea, la Pulsión de Muerte tendría que ver con las formas permanentes de ejercicio de lo pulsional. El problema es que lo pulsional no actúa de forma directa salvo cuando fracasa la represión y sus modos de religazón. Esta es la diferencia que hace Freud en la Carta 52 entre represión y compulsión: la compulsión es una falla de la represión, todo lo que viene pasado por la represión son formaciones del inconciente; si son formaciones del inconciente, los sistemas segundos ya están operando en él con lo cual formas de repetición o de compulsión pura son muy pocas las que podemos ver en la clínica, que a veces las vemos.
Hay un material clínico -hace dos años aproximadamente alguien lo expuso y es una persona que está acá- de una paciente que había sido estimulada en sus primeros tiempos de la vida por un déficit de nacimiento; se le había hecho estimulación sensorio-motriz y se había producido en la pancita… se le habían dado masajes... Cuando esta paciente llega a su primera sesión de análisis, ya a los ocho o nueve años, se levanta la blusa y le pide al analista que le acaricie la panza en forma circular. Bueno, acá algo permaneció idéntico, algo no se ligó, algo no se transcribió. Y yo después voy a tomar un ejemplo de un paciente adulto donde esto ocurre.
Pero no es la modalidad permanente de la compulsión de repetición. La modalidad permanente de lo que nosotros llamamos compulsión de repetición tiene que ser revisada, en mi opinión, porque son formas transformadas, transcriptas, transpuestas e incluso resimbolizadas y donde hay operancia de complementariedad de los sistemas psíquicos.
Quisiera detenerme un momento en la discusión interteórica presente. Quisiera detenerme en la discusión interteórica porque nosotros no podemos seguir defendiendo la Física de Weissman o los modelos biológicos de Weissman. Nosotros no podemos seguir apuntalándonos, para ser estrictamente freudianos, en los modelos de la Ciencia de la época de Freud.
Hay una parte de la obra freudiana que, en mi opinión, es un anticipo genial de propuestas que se producen hoy en Ciencia que es la teoría del après-coup, donde la teoría del après-coup no plantea nunca que lo primero se sume a lo segundo. La teoría del après-coup lo que plantea es que lo segundo resignifica a lo primero, o articula de un modo distinto lo primero. Es una teoría que yo creo que nosotros hoy podríamos repensar dentro de lo que se llama estructuras disipativas, estructuras de tiempos disipativos, y que tiene que ver con la cuestión de si el inconciente es transformable o intransformable. Prigogine plantea cómo la dinámica clásica expresaba el punto de vista de la naturaleza, cómo el tiempo se había reducido a un parámetro, siendo el presente y el futuro equivalentes. Tomen acá, si Uds. quieren, teoría de la Regresión en términos clásicos, teoría de la Ciencia Clásica o teoría la Dinámica Clásica. ¿Cuáles son, dice, las hipótesis de las cuales la Ciencia actual se ha liberado? .Fundamentalmente aquellas que se centraban alrededor de la convicción básica de que el mundo microscópico es simple y está gobernado por leyes matemáticas simples. Es a nivel, no de los ladrillos, sino del edificio todo donde vemos el efecto del tiempo y del estilo con el cual fue concebido el edificio.
Yo creo que hay una tendencia en Psicoanálisis a buscar los ladrillos y a perder de vista la estructura del edificio. Lo veo por ejemplo, en el kleinismo a través de la recuperación de la phantasy permanentemente y lo veo en ciertas modalidades del lacanismo a través del juego del significante, concebido el significante como átomo y no engarzado en las complejidades estructurales en las cuales se van rearticulando los modos primarios en que, si Uds. quieren, se ha inscripto la letra.
Dice Prigogine: “... hoy la irreversibilidad juega un papel esencial en la Naturaleza y se encuentra en el origen de muchos procesos de la organización espontánea" Irreversibilidad, gran cuestión del funcionamiento psíquico no es solamente permanencia de lo idéntico sino la cuestión de lo irreversible. El problema de un acting out en análisis no es solamente que se produjo sino que una vez que se produjo es irreversible. Esto es el gran escándalo del acontecimiento como decía Sartre; hay algo que una vez producido no tiene mucha vuelta de retorno, lo mismo pasa con los traumatismos severos a lo largo de la historia de un sujeto. El hecho de que una mujer haya tenido intensas fantasías hostiles hacia el vientre materno no quiere decir que la lleve a desencadenar una neurosis grave; pero si esta mujer por razones orgánicas deviene estéril en algún momento de su vida el fantasma se encontrará con lo real y de algún modo se estructurará ahí otra cosa que ya no es tan fácil desentrañar como cuando era de una materialidad fantasmática pura.
Dice, "...nos encontramos en un modelo azaroso, un mundo en el cual la reversibilidad y el determinismo son sólo aplicables a situaciones límites y casos simples siendo por el contrario la regla, la irreversibilidad".
Posiblemente, podríamos pensar el ejercicio de los modos no ligados permanentes idénticos de ciertas compulsiones de repetición constituyen estos casos límites pero no son el modo general de funcionamiento de la clínica. 'El hecho de que cada molécula no cambie durante el proceso -dice- caso de un gas que ha alcanzado progresivamente una temperatura uniforme implica que el tiempo no defina el sistema como un todo. No es a nivel de la molécula donde se juega la cuestión sino a través de la totalidad". La famosa ilusión de desmantelamiento del inconsciente, la famosa teoría extractiva que hacía que los niños fueran analizados de los cinco a los noventa y cinco años, porque el inconsciente era una bolsa de fantasmas de las cuales había que ir extrayendo hasta que se vaciara, indudablemente perdía de vista un eje freudiano central, que es que lo inscripto constituye los fondos de lo inconsciente y de lo que se trata es su recomposición a través de rearticulaciones significantes ó reelaboraciones que permitan desactivamientos que no pongan en riesgo permanente al aparato en cuestión.
La Ciencia ha descubierto nuevamente la realidad del tiempo, ¿podrá el Psicoanálisis hacer lo mismo? Tenemos, en Psicoanálisis, una serie de conceptos que nos permiten replantear la cuestión de la temporalidad. La temporalidad no como temporalidad de conjunto del aparato. Uds. saben que, en el inconsciente, la temporalidad deviene sistemas de recorridos espaciales. El tiempo en el inconsciente es espacio, no hay secuencia lógica, la temporalidad, la historicidad es una cuestión del preconciente. Pero, a medida en que nosotros retrabajamos las representaciones inconscientes, rearticulamos trayectorias, rearticulamos modos de engarzamiento que hacen a que la captura por la temporalidad de parte del preconciente varíe.
Quisiera retomar una sola cuestión que es la siguiente: hay algo que funciona como un principio general de la obra freudiana y que es el hecho de que lo inconsciente, lo inscripto tiende permanentemente a seguir sistemas de recorridos que tienden a pasar al polo motor. Se ha trabajado en exceso con el concepto de regresión en Psicoanálisis y no se ha pensado esta cuestión de la progresión. Qué pasa cuando lo inconciente progresiona; cuando en realidad se trata de tener una teoría traumática de las neurosis, no una teoría de las neurosis traumáticas, que dé cuenta de que lo que desencadena una neurosis no es un simple desencadenamiento, sino que es una rearticulación por après- coup de sistemas representacionales previamente inscriptos y que entonces, aquello que está inscripto través de una historia, puede producir en ciertos momentos formaciones patógenas que no son simplemente desencadenadas sino que son recompuestas. No es que había una neurosis inconciente y que un día se reactivó y apareció; es que había sistemas de representaciones inconcientes en los cuales, el acontecimiento como azar, entra en forma significante y rearticula estos sistemas, entonces, teoría traumática de las neurosis.
Si nosotros trabajamos con una teoría traumática las neurosis sabemos que la gran cuestión del aparato psíquico es el retorno permanente de lo reprimido y que bajo la forma del Principio de Constancia algo tendrá constantemente, una vez que se ha investido, tendencia a la descarga bajo los modos que el aparato pueda. Podrá ligarlo o podrá producir un pasaje a lo motriz o lo pasará al cuerpo, algo hará, el aparato, con las cantidades que le ingresan.
En la mayoría de los pacientes neuróticos lo que se producen son formaciones del inconciente, formas de religazón o de recomposición. Pero Freud planteaba esta tendencia originaria del aparato, un principio de funcionamiento, un más acá del Principio del Placer en el cual lo que no se liga puede emerger en forma pura. Cuestión de la psicosis. Ahí es donde yo planteo que hay un doble estatuto de lo inconciente: un estatuto que tiene que ver con lo ligado bajo formas diversas, ligado al lenguaje del preconciente bajo formas diversas, y algo que permanece bajo las formas de, si Uds. quieren, con lo que tendría que ver con traumatismos masivos sufridos en momentos en que el aparato no estaba en condiciones de simbolizarlo Por ejemplo, en algunas adopciones producidas en ciertos momentos de la vida donde ya hubo inscripciones originarias los objetos posteriores ofrecidos son metáforas de los objetos originarios pero nunca devienen metonimias. Hay lazos que se han cortado, lazos de contigüidad que se cortaron; esto permanece bajo el modo de lo arcaico y la sensación extraña que a veces tenemos en algunas sesiones con niños adoptivos de que hay una parte disociada que emerge en cierto momento y que no tiene que ver con el material general con el cual la sesión estaba siendo llevada. El niño puede tirarse en un rincón, empezar a tocar algo, usar ciertas cosas, buscar texturas, meterse en agua, tienen que ver más con lo arcaico que con lo originario. No es necesariamente lo que está en los orígenes de la vida sino que aquello que, estando en los orígenes de la vida, se funda por represión y se fija al inconciente. Estas son formas como no fijadas.
En otros casos, cuando se sufren traumatismos muy graves lo arcaico reaparece también y la categoría de arcaico, entonces, yo la tomaría más en el sentido de algunos desarrollos que hace Piera Aulagnier, donde de lo que se trata es de algo que habiendo sido inscripto nunca pudo ni simbolizarse ni haber sido absorbido por el tejido psíquico.
Uds. saben que el modelo del "Más Allá…” se caracteriza por plantear que todo traumatismo tiene que ser o ligado o contrainvestido. Los traumatismos masivos en algunos casos no son religados nunca y lo que se produce es una especie de cicatriz queloide en el psiquismo, efectos de contrainvestimientos masivos que no pueden ser soldados. Tema para pensar seriamente en los sobrevivientes de guerra o en la gente que ha pasado por situaciones extremas.
Esto no quiere decir que la totalidad del aparato quede insensibilizada sino que, quedan núcleos insensibilizados, cicatrices queloides con las cuales el analista tiene que ser sumamente cuidadoso porque están al servicio de la preservación de un estallido.
El ejemplo que quiero dar es el de una paciente que había pasado por situaciones muy extremas durante la guerra Una paciente a la cual le he tomado en distintos momentos, distintos fragmentos y que por el nivel gravemente traumático que había tenido aparecían entonces, formas de repetición o de compulsión, algunas que parecían sintomales y otras no tanto. Lo interesante era lo siguiente: ella iba contando episodios no ligados sino como relato, y en cierto momento aparecían formas conductuales en el consultorio pasaje de la trasferencia que no podían encontrar formas asociativas. Yo les diría que tenían la forma precisamente aquello que no puede ser simbolizado.
Hay varios ejemplos pero uno de ellos era muy interesante. Para tomar esta idea de pulsión de indicio, como que la pulsión se constituye siempre por relación a signos de percepción y que se produce siempre en el traumatismo. La paciente que era una persona mayor, de algo más de 60 años cuando yo la traté, en la mitad del tratamiento que era llevado cara a cara con situaciones muy difíciles para mí -por la conmoción que presentaban ciertos relatos que ella traía- me cuenta en un momento del tratamiento la siguiente escena: ella había sido dejada en un convento en adopción por su hermana, que dijo que era huérfana, única forma de que esta niña judía pudiera sobrevivir adoptada por las monjas. Una de las monjas se da cuenta y la bautiza, nombre con el cual yo la conozco porque nunca volvió a su nombre anterior. Cuando la monja la bautiza después de un tiempo ella está en misa y su madre que trabajaba de empleada doméstica en el pueblo va a verla y ella está en la nave de la iglesia y se miran ella y la madre pero no se pueden saludar y no se pueden saludar porque si se saludan ella evidentemente da cuenta de que no es una niña huérfana y además tiene miedo de no poder controlar las emociones. Ella me lo cuenta y me dice: “¿Se da cuenta?... era como si fuera una película.
Por supuesto yo hago una intervención clásica ahí en la cual le digo que, bueno, me lo cuenta como si fuera una película porque tomar contacto con esto es tan doloroso que mejor verlo como una película que está transcurriendo afuera y que no tiene que ver con ella. Lo cual le produce un enorme dolor, un acceso de llanto y se empiezan a descongelar ciertas cosas que estaban muy cristalizadas. Pasa el tiempo y esta paciente comienza una relación homosexual; pasión homosexual extraña porque ella era heterosexual, donde estaba totalmente capturada por los ojos de la mujer de la cual se había enamorado. De repente ella está extrañada ante esto que le está ocurriendo, angustiada además, y unas sesiones después me cuenta este episodio: cuando ella estaba en el ghetto empiezan las primeras evacuaciones; ella tenía un enamorado, este enamorado -tenían catorce años, sus primeros amoríos- es evacuado y ella me está contando cómo es llevado hacia el tren, se da vuelta y la mira... se queda helada y me dice: “...la misma mirada...". A partir de lo cual yo ligo por supuesto, esa mirada, la pasión homosexual y luego tengo que rearticular la mirada de la madre en la iglesia y la situación transferencial que ha, de algún modo, activado esta serie de recuerdos; los ojos aparecen largo tiempo después como una mirada materna que no la veía. Según ella la madre miraba a la hermana. Durante años esta mujer buscó la mirada de la madre que encontró en la nave de la Iglesia cuando ya era imposible tocarse; con lo cual la mirada y el contacto habían quedado separados para siempre. Afortunadamente sobrevivieron y pudieron vivir juntas hasta que la madre murió. Esta mirada tiene que ver más con pulsión de indicio. Es la mirada la que toma a su cargo la totalidad del objeto. En ese sentido uno podría decir que tiene que ver con la Pulsión de Muerte. Lo curioso que tiene que ver con la Pulsión de Muerte no es que la ponga en riesgo de muerte porque en la nave de la iglesia ella podría haberse ido a través de esta mirada... porque podría haberse enganchado en una pasión homosexual que la destruyera a una mujer que no era homosexual y que esto lo sentía como una situación psicotizante en su vida ... sino porque era un indicio del objeto inscripto en situaciones profundamente dolorosas, "no necesariamente placenteras", como dice Freud, que se iba resignificando a lo largo de la vida pero en una resignificación que no lograba una resimbolización sino en superposiciones múltiples y que sólo pudo ser ligado a través del proceso transferencial y de las construcciones.
La dialéctica de la pulsión, Pulsión de Muerte-pulsión sexual, es compelir a lo idéntico más allá de las transformaciones que el objeto pueda sufrir. El problema es que en este compelir a lo idéntico el sujeto se encuentra con otros objetos con lo cual nunca hay absoluta identidad en lo que se repite.
¿Qué rescato hoy del concepto de Pulsión de Muerte y porqué me parece un concepto central que no puede ser abandonado en Psicoanálisis?
No rescato la mitología biológica freudiana por supuesto, no rescato la identificación entre agresividad o autoagresividad y Pulsión de Muerte -en todo caso luego podemos charlar estas diferencias que están ya muy explicitadas. No rescato la idea de que la Pulsión de Muerte pueda estar del lado del yo; en todo caso hay que pensar estos fenómenos -muy bien descritos por Green y útiles para la clínica respecto a los modos de vaciamiento narcisístico del yo y a sus formas de religazón pulsionales- pero sí rescato lo siguiente: el Psicoanálisis -y acá hago una diferencia entre psicoanálisis light y psicoanálisis heavy- opera permanentemente con los riesgos de destrucción a los cuales está sometido el sujeto psíquico. El Psicoanálisis opera permanentemente en la lucha por evitar no sólo la destrucción externa a la cual está expuesto alguien -porque ésta no es la que atañe a su campo específico- sino por evitar la destrucción frente a los embates que lo real produce permanentemente en el sujeto llevándolo a formas que, aún más que él esté buscando la muerte, lo compelen a su propia destrucción.
La pulsión de Muerte entonces no es un más allá de la vida. La Pulsión de Muerte es la forma en que el inconciente se expresa como algo constantemente atacante y destructivo ante lo cual el analista tiene que ser responsable y saber que se enfrenta a abrir la famosa Caja de Pandora, a reactivar representaciones con su posicionamiento en el campo analítico, a producir efectos que van siempre a poner en vías de disposición los aspectos inscriptos más primarios, aspectos inscriptos más primarios que por algo están reprimidos o por algo no pudieron ser ligados..
El Psicoanálisis no es, entonces, una teoría edulcorada de las relaciones humanas; en todo caso cuando uno se plantea la cuestión del holding, se plantea la cuestión del vínculo. Yo uso una metáfora que es la siguiente: las aspirinas se endulzan para que uno las pueda tragar pero lo que cura no es el azúcar que tienen, lo que cura es que son aspirina.
No pienso que el Psicoanálisis sea una aspirina pero sí pienso que todo lo que tiende a permitir la religazón de la Pulsión de Muerte en el interior del análisis es un descubrimiento importante producido en estos años, pero que el objeto del Psicoanálisis no pasa por ahí sino por poder maniobrar en el interior de las ligazones que se estructuran para ligar y resolver los aspectos mortíferos de la Pulsión de Muerte.
Luis Córdoba:
Bueno, queda abierto el espacio para preguntas, comentarios, silencios...voy a aprovechar que tengo el micrófono al lado y entiendo que si bien fue clara me gustaría si Silvia pudiera hacer, extenderte un poco más acerca de cómo entendés la Pulsión de Muerte pero básicamente trasladado a eso de cómo sería un psicoanálisis light Vs. psicoanálisis heavy.
Silvia Bleichmar:
Bueno, hay múltiples formas. Yo pienso que un psicoanálisis light no pasa solamente por una forma de hacer del analista sino por una forma de emplazarse en el campo analítico.
Por supuesto la forma más simple es aquello que uno podría discutir con aquellos que piensan que el análisis es salud, dinero y amor y entonces todo sería sencillo, o discutir con los que plantean formas más adaptativas o adaptacionistas del Psicoanálisis. Yo creo que hay varias tendencias hoy que se expresan en Psicoanálisis, descubrimientos importantes pero al mismo tiempo que -en mi opinión- parcializan y Uds. saben que el error es siempre algo que tiene que ver con la parte tomada por el todo. El problema no es que no haya descubrimientos importantes; el problema es si estos descubrimientos pueden ser reubicados en relación a los ejes fundamentales del análisis. Supongamos: cuestión de los trastornos narcisistas, para hablar claro. Si uno no pone en correlación el problema del trastorno narcisista con aquello que le subyace que es la imposibilidad en el narcisismo de ligar, la imposibilidad del narcisismo de sostener formas de transformación de lo pulsional y entiende la cuestión del trastorno narcisista meramente como una cuestión que tiene que ver con aspectos fallidos del yo y no tiene en cuenta que lo que deja librado los trastornos de estructuración del yo es al embate de la Pulsión de Muerte, uno trabaja en psicoanálisis light. Si uno concibe la posición winnicottiana como una posición que tiene que ver con la relación entre el sujeto y el semejante y no como una relación que tiene que ver con el sujeto y el semejante en tanto recomposición de las formas deseantes, pulsantes y fantasmáticas con las cuales se está jugando siempre una relación mortífera del lado de la pulsión, uno cae en el psicoanálisis light.
Creo que los grandes descubrimientos actuales, que son desarrollos importantes que tienen que ver con el vínculo, que tienen que ver con el trastorno narcisista, no pueden perder de vista que el yo no es una instancia autónoma y parece absurdo que lo tenga que decir a esta altura de la historia, que la problemática del yo se juega por relación al inconciente y se juega por relación a la pulsión. Hay un retorno hoy, en Psicoanálisis, a concebir la sexualidad freudiana cómo genital, hay un intento permanente por despojar al Inconciente de estos caracteres sexuales primarios que tienen que ver con esto que estamos hablando de Pulsión de Muerte. Un análisis que piense que el problema es la recomposición yoica y no entienda que esa recomposición se estructura sobre la base de la recomposición de los nexos pulsionales atacantes del lado del inconciente, que tienen que ver con la Pulsión de Muerte, es un psicoanálisis light, con el agravante de que Uds. saben que el exceso de ciclamato mata.
Yo diría lo siguiente: para ser más polémica no creo que se pueda desplazar el eje freudiano al eje del Narcisismo, creo que el eje freudiano está del lado del Inconciente, y creo que el eje freudiano, estando del lado del Inconciente, toma en cuenta las relaciones entre los sistemas psíquicos en conflicto. Cualquiera que tome una instancia como eje del pensamiento termina siempre en impasse.
Las escuelas han ido tomando partido por las instancias y arrastramos hoy problemas permanentes en relación a ello.
Intervención:
Quería preguntarle a la Dra. Bleichmar si ella piensa en la idea de esta dualidad pulsional de Pulsión de Vida y Pulsión de Muerte... si además de la Pulsión de Muerte cree en la existencia de la Pulsión de Vida. Porque lo que creía entender es que... bueno justamente hizo mención a una especie de forzamiento de Freud de mantener esta dualidad pulsional y quisiera saber un poco más qué piensa al respecto.
Silvia Bleichmar:
Hace tiempo que, yo vengo trabajando un tema cuyo nombre es “Pulsión de Muerte, Narcisismo de Vida”. Entiendo la pulsión de Vida como ligazón. Por supuesto, para esto tengo que enfrentarme a la idea de que la pulsión pudiera inscribirse directamente del lado del yo o que las funciones de reproducción de la especie a las cuales Freud en cierto momento homologa la Pulsión de Vida y hace tabla rasa con el concepto de sexualidad que él mismo planteó, puedan ser rescatadas en psicoanálisis.
Pienso que la estructura misma de la pulsión tiene que ver con lo atacante y lo disgregante. Pienso que su ligazón, lo amoroso es lo que, en sentido extenso, se podría llamar Pulsión de Vida. No creo que haya una Pulsión de Vida del lado de la madre cuando concibe al bebé, creo que hay por supuesto algo que tiene que ver con el deseo de hijo. En esto me mantengo en una perspectiva bastante clásica que va de los textos de Freud del 20' al 29' y que es retomada centralmente por Lacan en relación a la castración materna. Lo que planteo como diferencial sería lo siguiente: la función materna para mí, hoy, no puede ser definida del lado del Narcisismo. La madre como sujeto psíquico clivado tiene una instancia inconciente y tiene el yo y el narcisismo. Del lado del inconciente lo que hace es inscribir la pulsión, lo sexual, autoerótico, disgregado que luego devendrá pulsión de muerte. Del lado del narcisismo, del lado del yo, la madre liga, ve totalidades que tienen que ver con su castración y que tienen que ver con toda la problemática de la completud y la falta. Entonces, sería que, si por pulsión de vida entendemos modos de ligazón, modos de reorganización del yo que son formas ligadas por relación a la pulsión de muerte, sí. Si Pulsión de Vida se entiende formas inmediatas de pasaje de la vida biológica de persistencia de la vida biológica en la vida psíquica, no, no lo comparto.
Luis Córdoba:
Por razones de tiempo y organización deberíamos parar aquí. Silvia ¿querés agregar algo más?... ¿Algo que el tiempo te haya limitado?
Silvia Bleichmar:
No, no... Entiendo que éste es un tema que deja muchas cosas abiertas, entiendo que es un tema de rescate y si Uds. quieren de retorno a Freud, que se haya planteado ayer y hoy en esta Jornada pienso que abre la perspectiva de un reposicionamiento respecto a lo sexual, a la cuestión de la Pulsión de Muerte y de una reubicación frente a deslizamientos permanentes que estamos sufriendo.
La sexualidad siempre -Freud decía, y parece mentira estando en 1991- sigue perturbando a los hombres. La sexualidad infantil, lo inconciente... Y los analistas somos seres humanos e indudablemente a veces nos fatiga sentir que nos movemos en los límites de la vida y la muerte psíquica. Pero creo que si podemos discutir ampliamente estos temas vamos a poder construir una perspectiva en la cual el Psicoanálisis no se agote en un juego de edulcoraciones, vamos a poder enfrentarnos un poco mejor a los fracasos permanentes de nuestra práctica y plantearnos una ética de la transformación que tiene que ver con que estamos permanentemente haciéndonos cargo no solamente de un sufrimiento sino de un sufrimiento mortífero.
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