miércoles, 25 de diciembre de 2019

Insomnio y pesadillas a la luz del Psicoanálisis.


Pino Lorenzo López (Fuente)
El sueño o la actividad onírica en la que nos sumimos todas las  noches, es el guardián del reposo que viene a cumplir el deseo mantenido por el yo consciente de dormir.

El primer paso que dio el Psicoanálisis en su formulación teórica sobre el sueño, fue que todo sueño tiene un sentido, pero que éste solo aparece después de ser interpretado.

Lo que recordamos cuando nos despertamos, todavía no se sabe bien lo que es, es decir, el sueño en sí mismo no significa nada, y para que acontezca la interpretación el sueño debe ser contado en condiciones de asociación libre y en transferencia, que son las dos técnicas que utiliza el Psicoanálisis. Y es en estas condiciones que decimos: el sueño se presenta como una realización de deseos.

Por supuesto, esto también ocurre en las pesadillas o sueños de angustia, aunque pensar la pesadilla como una realización de un deseo puede parecer un contrasentido.

Podemos decir que una pesadilla es aquel sueño que viene a interrumpir el reposo. O dicho de otra manera, siempre que hay una interrupción del reposo podemos hablar de pesadilla o sueño de angustia, aún, incluso, cuando el sueño sea placentero.

Después de las pesadillas suele ser común despertarnos con algunos síntomas de ansiedad, asustados, sudorosos e incluso llorando. ¿Es la pesadilla la que nos produce esos afectos? No, realmente no es que me angustie por el sueño, es por que estoy angustiado, aunque no sea consciente de ello, que tengo un sueño de angustia. Con lo cual, la angustia es previa al sueño.

Todos podemos tener pesadillas ya que nadie está exento de la angustia. Es un afecto estructural del ser humano que a veces se puede hacer acto, que es cuando notamos sus síntomas, y otras veces no.

Cuando un sueño angustioso se repite mucho es cuando se habla de sueños recurrentes. En este caso, lo que lleva a la persona a tener estos sueños que se repiten casi de la misma forma, es un estado de ansiedad o de preocupación excesiva que puede estar provocando un trastorno. Y es este estado de ansiedad o trastorno que provoca el sueño recurrente, llegándose incluso a temer ir a dormir para evitar tener el mismo sueño.

Ya en este último caso estaríamos hablando de uno de los más comunes trastornos del sueño o insomnio.

Resumiendo podemos decir que entonces la teoría que explica las pesadillas o el sueño de angustia pertenece a la psicología de la neurosis, y en concreto a la angustia, y no tanto al sueño. Y la angustia procede de fuentes sexuales. Así que analizando los sueños de este género se puede descubrir, en sus ideas latentes, el material sexual de donde partió.

El insomnio o la incapacidad para conciliar o mantener el sueño, puede ser primario o secundario. El insomnio primario sería aquel donde no se puede identificar una causa clara del trastorno. También en estos casos se dice que su causa es psíquica.

El insomnio secundario, por otro lado, es cuando se produce asociado a una causa identificada, bien sea una enfermedad orgánica, afecciones respiratorias, enfermedades cardiovasculares, o por ejemplo, un consumo excesivo de bebidas con cafeína.

El insomnio primario o de causa psíquica puede deberse a un miedo a soñar. El insomne vendría a pensar: temo a mis sueños y por lo tanto temo a que mis deseos reprimidos y no tolerados por mí se manifiesten en él, y no quiero saber nada de ellos.

El Psicoanálisis ayuda a tolerar los deseos, y a pensar que no por desear algo significa que se va a realizar.

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