Más allá de los casos de consumos problemáticos y la especificidad de la clínica de las toxicomanías, en la clínica corriente se escucha hablar sobre episodios esporádicos de uso de sustancias psicoactivas de procedencia vegetal o del reino de los hongos. De esta manera, podemos ubicar casos de intoxicación por estramonio, por ejemplo.
Hace pocos días se supone la noticia de A. (36 años) viajaba de vacaciones con su pareja B., donde recolectó y comió unos hongos silvestres que encontró en la ciudad de Santa Rosa de Calamuchita (Córdoba). Las noticias señalan que A. integraba el emprendimiento "Bien vegano". El 22/1 fue al hospital de esta ciudad con un cuadro de gastroenteritis, donde le sugieren internarse. El hombre no aceptó quedarse en el hospital y se dirigió el 24 a la ciudad donde vivía y se internó el 24 de enero, con un cuadro de fallo hepático. El 28 de enero falleció a las 12.30 hs. El caso de la muerte del turista por intoxicación con el hongo amanita phalloides nos pone en alerta sobre dos cuestiones:
1) El peligroso fenómeno del consumo de hongos silvestres buscando un efecto recreativo, aunque el caso no menciona si éste era el efecto buscado. Podemos encontrar grandes cantidades de información (de diversas fuentes, más o menos confiables) acerca de cómo identificar hongos que contienen sustancias psicoactivas y su instancia a consumirlos.
2) La extendida creencia de asociar lo natural con lo saludable, máxima contraria al hecho de que algunos animales, plantas y hongos utilizan venenos para atacar o defenderse.
La intoxicación por hongos recogidos directamente del campo es muy frecuente en Europa y genera cuadros de distinta gravedad. Hasta principios de los años '80 se consideraba que las formas graves eran inexistentes en Argentina, pero desde esa fecha aparecieron casos mortales en la provincia de Buenos Aires por amanita phalloides.
Por todo lo expuesto, hoy veremos el aspecto toxicológico de los hongos, según lo expone el libro Toxicología de pregrado de Astolfi.
Además del mencionado hongo, la amanitas muscaria y phanterina también genera efectos severos, aunque no mortales. También hay otros hongos que provocan gastroenterocolitis más o menos graves, asociados o no, con cuadros hemolíticos, difícilmente mortales.
Las intoxicaciones suelen sobrevenir después de consumir hongos frescos, mal cocidos, o conservados durante mucho tiempo, e incluso en hongos secos, donde es difícil encontrar los caracteres diferenciales entre hongos comestibles y los venenosos.
En consecuencia, es muy importante poder establecer esta diferencia, teniendo en cuenta su morfología externa con conocimientos botánicos elementales, desechando todas las formas empíricas o domésticas que carecen de rigor científico, siendo sus resultados frecuentemente falsos.
Los hongos venenosos suelen tener colores vivos en su sombrero, excepto la amanita phalloides y sus variedades: amanita virosa y amanita verna, que presentan un color blanquecino o verdoso. Por otra parte, los hongos comestibles, en general muestran colores blancos, amarillos, ocres o pardos.
Si tomamos en cuenta el tiempo transcurrido transcurrido desde la ingestión hasta la aparición de la sintomatología, los hongos se clasifican en:
Hongos de acción tardía: Los síntomas aparecen entre las 8 y 24 hs. después de la ingesta tóxica. Es el caso del sindrome falloideo, como la causa de fallecimiento del caso descrito anteriormente.
Hongos de acción rápida. Corresponde al resto de los síndromes: síndrome muscarínico, panterínico (o atropínico), lividiano, heomolítico, residiano y nitritoideo.
Existen múltiples especies de hongos, que presentan distintos cuadros clínicos clasificados según su presentación. Distinguimos:
Síndrome falloideo.
Es un cuadro grave, con una mortalidad del 30% de los casos. De las muertes provocada por ingesta de hongos, este sindrome le corresponde del 90% al 100% de los casos. Es más frecuente en otoño y verano y lo provoca el consumo de amanita phalloides, o las variedades amanita virosa y amanita verna.
Características del hongo amanita phalloides:
- Su sombrero mide de 5 a 11 cm. de diámetro.
- Coloración amarillenta verdosa o amarronada. La virosa es más clara y la Verna es blanquecina.
- Tiene volva, que es un repliegue que aparece en el tallo de los hongos venenosos y que no aparece en los hongos comestibles.
- Contiene diversas toxinas: phalloidina (hexapéptido) y phalloina, ambos muy hepatotóxicos; amanitinas B y I (polipéptidos de núcleo indólico), que además de ser hepatotóxico es cariolítico hipoglucemiante; phallina (glucósido) que tiene acción homolítica, pero es menos importante y que se destruye con la cocción y por los jugos digestivos.
El cuadro clínico comienza con una latencia de 8 a 48 horas, que depende de la cantidad consumida y que es asintomática y permite continuar con las tareas habituales.
Luego aparecen trastornos digestivos muy severos, cólicos pronunciados, vómitos, diarreaa profusas coleriformes (parecidas al cólera) repetidas en sus deposiciones (cada 15-30 minutos). El paciente se flexiona por el dolor y la angustia. Aparece una intensa sed, sudor profuso, lengua seca, pliegues cutaneos por la intensa deshidratación provocada por la sudoración, diarrea y vómitos. Hipotensión arterial, calambres musculares. Las extremidades aparecen frías, húmedas y cianóticas. En este período, la muerte puede sobrevenir por colapso irreductible y hemorragias digestivas con peritonitis.
Si se supera este cuadro y de dos a tres días se atenúan los síntomas gastrointestinales, se puede inducir al error de considerar que el paciente evolucionó favorablemente. En realidad, lo que ha comenzado es la más frecuente y temible complicación, que es la hepatosis y que puede preceder a la atrofia aguda del hígado, coma y muerte.
El pronóstico es muy grave, por su alta mortalidad. Dependerá de la edad del paciente, cantidad de hongos consumidos y del tiempo de aparición de los síntomas: cuanto más temprano, más grave. Si el paciente sobrevive, puede curarse sin secuelas pero con una larga convalescencia. En ocasiones, puede evolucionar hacia la cirrosis.
Hongos de acción rápida
Sindrome lividiano: Lo causan los hongos entoloma y tricoloma tigrado. Comienza con trastornos digestivos, nauseas, vómitos, cólicos, diarrea, sed intensa por la deshidratación. Tiene pronóstico favorable, que difícilmente llega a una semana.
Síndrome hemolítico.
Los hongos de las especies Helvellas o morillas, Gyomitra o falsa morilla, Verpes y ciertos agáricos, que aparecen en la primavera, pueden causar esta intoxicación poco frecuente, por la termolabilidad de sus toxinas (desaparecen cuando se cocinan). De todas maneras, su pronóstico puede ser serio, con una mortlidad del 10 al 15% de los casos.
Luego de 5-8 horas despues de consumidos, comienzan los trastornos digestivos, vómitos y diarrea sanguinolenta. Posteriormente aparece ictericia hemolítica y hemoglobinuria.
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