martes, 28 de enero de 2020

¿En qué nos determina nuestro nombre?

En 1911 Wilhelm Stekel publicó "Las implicaciones de los nombres" y Karl Abraham, en el mismo año: El poder determinante de los nombres. A continuación reproduzco una entrada del Diccionario Psicoanalítico de Símbolos.

NOMBRES. (v. Tótem)
Genitales: 
En los sueños, cualquier nombre común de varón o mujer puede ser utilizado para representar los órganos sexuales masculinos o femeninos[1].

“Nomina sunt omina”[2]
Nombre es la apelación distinguible por la cual una persona, lugar, cosa o clase de personas o cosas es conocida. Los nombres de las personas están relacionados inconscientemente con el padre y con los deseos de los padres. El orgullo de llevar un nombre se debe a que en él se encierran mandatos que deben ser cumplidos y una sensación narcisista de ser amado por el superyó. Es la marca de la importancia que adquirió la paternidad. El nombre, al comienzo del lenguaje, está revestido de características omnipotentes. Debido a esas características los nombres son protegidos e incluso los verdaderos nombres son ocultados por los padres para que nadie pueda hacer un daño a sus hijos por medio de una maldición al nombrarlos[3]. La denominación o el apelativo ‘papá’ o ‘mamá’ y la prohibición de llamar a los padres por su nombre por parte de los hijos podría estar significando la prohibición o tabú impuesto por los padres a los hijos de que mencionen su verdadero y original nombre por temor al parricidio. El verdadero nombre pasaría a ser como el nombre secreto.

Como apelación a una clase de personas, los nombres designaban al tótem. Ejemplo de tótems son: el león inglés, el osos ruso, el oso berlinés [de hecho la palabra Berlín deriva de 'ber', oso], el águila americana.

Nadie negará que ese jugueteo con los nombres es travesura de niños; pero el que yo me entregue a ella es un acto de desquite, pues incontables veces mi propio nombre ha sido víctima de tales chistecitos idiotas [Aclaración del editor: <<Freude>> significa, en alemán, <<júbilo, alegría, delicia>>, etc. Entre los posibles <<chistecitos idiotas>> estarían: Freudenhaus (casa alegre, prostíbulo) y Freudenmädchen (muchacha alegre, prostituta)]. Goethe hubo de observar cierta vez cuán susceptibles somos respecto de nuestro nombre, con el cual nos sentimos encarnados como si fuera nuestra piel.[4]

Los nombres, por su relación particular y mágica con su portador, por ser uno de los medios con que se lo identifica, queda en el inconsciente equiparado a la persona nombrada. La prohibición de nombrar se debe a la atribución de un efecto potencialmente agresivo al pronunciar un nombre. “Entre los antiguos hebreos, el nombre de Dios era tabú; no debía pronunciarse ni ponerse por escrito; es este un ejemplo, en modo alguno único, del particular significado de los nombres en culturas arcaicas. Esta prohibición fue observada tan fielmente que hoy desconocemos la vocalización de las cuatro letras [YHVH]. El nombre se pronuncia <<Jehová>> prestándole los signos vocálicos de la palabra no prohibida <<Adonai>> (<<Señor>>)".[5]

En la psicopatología abundan ejemplos de este tipo: pacientes que temen escribir sus nombres y decirlo y que alguien lo pronuncie por temor a que se apropien de alguna parte de su personalidad.

"En la descripción especial del totemismo como sistema religioso, Frazer comienza señalando que los miembros de un linaje se dan el nombre de su tótem y por regla general también creen que descienden de él."[6].

"En su trabajo 'Las implicaciones de los nombres', Stekel ha llamado la atención sobre las ocultas relaciones entre los nombres y las ocupaciones, así como entre los nombres y las neurosis.[7]

Damos a continuación algunos ejemplos:
Alma: nombre de una psicoanalista.
Balza. Apellido de un general argentino campeón de natación.
Barbarulo: apellido de un peluquero.
Bellochio: Cineasta
Beker, Sra.:(en alemán bäker = panadera). Junto con Kristeller (v.) escribió un libro de cocina para freezer
Becker, Betty: Repostera
Brea, Jorge: Presidente de Shell, companía petrolera.
Bustos, Doctor, Especialista en operaciones de mamas.
Caldo, Lic. El apellido de la directora de una institución dedicada al tratamiento de la anorexia y bulimia.
Car, Prof. Sra. Isabel y Luis. "Manejar su auto sin temor y con total seguridad". De un aviso publicado en el diario La Nación. Enseñan a conducir automóvil y se llaman Car (auto en inglés).
Cardani, Pedro: Dueño de una colchonería que vende colchones “La Cardeusse” (Cardador: Persona que carda la lana)
Carman, Cesar: Hombre coche o Hombre-Auto, es presidente del Automóvil Club Argentino.
Carozzo: Semillería
Castro Pueyrredón: Militar. Castrense deriva de Castro que significa campamento fortificado, y este último posiblemente derive del árabe Alcázar (como el Alcázar de Toledo), de este proviene Al-cazar, como Monser Al-cazar, el traficante de armas y narcotraficante a quien las autoridades argentinas le dieron pasaporte argentino en tiempo record.
Coelho, Dr.: especialista en cirugía ginecológica (del cuello uterino).
Congresos, Ana M.: Organizadora de Congresos y Simposios.
Del Caño, Remedios. Nombre de una médica especialista en várices o arteriopatías.
Delialoca: apellido de una psicóloga.
Dellacasa: Arquitecto
Fiedler, Arthur: músico, director de orquesta.
Fleisher, Dr. Emilio: Cirujano: Fleisher significa carnicero en alemán.
Fox, Munro. Apellido del autor del libro La personalidad de los animales.
Frisione, Prof. Juan Carlos. Masajista= fricciones.

Notas:
[1] Calvin Hall, Slang and Dream Symbols, Psychoanalytical Review (1964), 51: 38-48.
[2]Los nombres son presagios.
[3]Ocurre lo mismo que con la magia de las imágenes.
[4]Sigmund Freud, Amorrortu Editores, IV, 220/1.
[5]Sigmund Freud, Amorrortu Editores, XII, 365.
[6]Sigmund Freud. Tótem y tabú. Amorrortu Editores, XIII,107.
[7]Karl Abraham, Estudios sobre Psicoanálisis y Psiquiatría, 29: ‘Sobre el poder determinante de los nombres’(1911).


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