jueves, 24 de septiembre de 2020

¿Cuál es la diferencia entre atención flotante y contratransferencia?

Atención flotante es la escucha analítica de inconciente a inconciente.
Contratransferencia son aquellos sentimientos que el analista transfiere hacia el paciente o analizante provocado por él.

La Atención flotante es una disposición particular que toma el analista para no dirigir la atención a ningún material que le llega a los órganos que captan los mensajes que emite el paciente. Es una decisión tomar esa posición. Es el equivalente de la asociación libre en el paciente, pero no es lo mismo. En la atención flotante el analista pone en juego el inonconsciente no reprimido, el preconciente que está absolutamente en condiciones para asociarse con las asociaciones libres del paciente, que no son tan libres porque siguen un libreto del inconsciente. Cuanto más análisis tiene un analista y mas representaciones preconcientes de expectativa tiene, tendrá más posibilidades que los estímulos que llegan del paciente para receptor queden ligados a las representaciones preconscientes y se entienda más el material del paciente.

La contratransferencia no es manejada voluntariamente y no es preconsciente, sus raices están en el inconsciente del analista y hacen evidente que el paciente en ese momento está representando un objeto inconsciente para el analista. Si el analista no puede disolver por análisis su contratrasnsferencia inconciente o controlar los derivados consciente de esa tansferencia, en analista comenzará a actuar su contratransferencia.

Tanto la transferencia como la contratransferencia pueden ser tomados sólo como resistencias así como lo resistido. Es imposible que un analista no tenga contratransferencias. Si el analista puede ser consciente, como resultado de su propio análisis, de esas contratransferencias, ayudará a entender a quién le representa ese paciente y por lo tanto entenderá mejor la escena transferencial. El problema no es la existencia de la contratransferencia sino no darse cuenta de eso, no entenderla y no dominarla.

No conviene confundir interpretar con traducir. Freud llegó a darse cuenta de las confusiones a que daba lugar y terminó diciendo que debió haber utilizado siempre y más claramente el término construcción. El texto del paciente se traduce, la transferencia se deduce.

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