“La persona que no puede derrumbarse, que no puede abandonar, rendirse ni ceder está condenada a un continuo desgaste de su energía vital que inevitablemente le destruirá. Será víctima de las enfermedades causadas por un estrés continuo: lumbago, artritis, enfermedades cardiovasculares, perturbaciones gastrointestinales. A mi me parece sensato aprender a derrumbarse en determinadas situaciones y abandonar luchas innecesarias (...) uno no puede estar enraizado si está demasiado asustado ante la posibilidad de fallar o caer”.
Alexander Lowen
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