La riqueza se puede medir según la cantidad de efectivo que tengamos en nuestra cuenta bancaria, pero según los expertos ser financieramente libre está más conectado a nuestros gastos.
Muchas personas consideran que ser financieramente libres significa tener mucho dinero, sin embargo no es la cantidad de dinero lo que te asegura esa libertad, como tampoco tener un sueldo fijo, comida, una casa, o ahorros para el momento del retiro. Hoy explicaremos qué significa y si es posible conseguir la tan anhelada ‘libertad financiera’ , un término del que muchos hablan, pero pocos realmente entienden.
La riqueza se puede medir según la cantidad de efectivo que tengamos en nuestra cuenta bancaria, pero ser financieramente libre está más relacionado a nuestros gastos. “Más allá de lo que usualmente la gente cree, la libertad financiera tiene que ver con una saludable relación con el dinero, con un equilibrio económico sostenido en el tiempo, y no tanto con una suma fija de dinero a la que hay que alcanzar para finalmente ‘ser libres’”, sostuvo Ezequiel Starobinsky. “La libertad financiera entendida como ‘llegar al millón de dólares’ o cosas por el estilo son un mito, porque hay gente de muchísimo más dinero que es totalmente esclava del dinero que tiene”, agregó.
Para el broker Ramiro Marra, en la teoría "la ‘Libertad Financiera’ consiste en poder sostener un estándar de vida sin necesidad de tener un trabajo formal o tradicional. En la práctica es solo un mito utilizado por ciertas empresas para jugar con la esperanza de los que están descontentos con su trabajo. No implica ser millonario o tener grandes lujos. Asimismo la libertad financiera trae aparejada un bienestar mayor al individuo ya que por supuesto disfrutara de tiempo libre extra”.
¿Realidad o mito?
La libertad financiera es tener mucho dinero para poder gastar en lo que te dé la gana. (Mito)
Para Marra, “hay que ver en qué tengo ganas de gastar antes de ver cuánto tengo para gastar, porque si no es correr la zanahoria. Es más importante poner presupuestos y metas que gestionar capital”.
Por su parte, Santiago Llul señaló que “no significa tener dinero para no tener que preocuparse por los gastos, es mantener un delicado equilibrio entre el ingreso y el egreso. Al tener mayor ingreso podría destinarse a mayor inversión y por ende mayor rentabilidad. Es importante tener en cuenta la inversión en uno mismo y postergar las compras innecesarias”.
Solo la gente rica o la gente experta en finanzas pueden alcanzar la libertad financiera. (Mito)
“La gente rica o experta tiene más facilidades para tener ese ideal. Claramente cuanto menos plata tenemos de capital menos posibilitad tenemos para alcanzar la 'libertad financiera'. Hay que destacar que solo un grupo de personas creen estar cerca de la libertad financiera, los que reciben herencias, pero esos tienen grandes riesgos de utilizar capital en algún momento y de no tener las mismas consideraciones que tuvieron sus antecesores y no terminar dándole nada a sus herederos. Fuera de dar un mal ejemplo de 'no trabajar' a sus hijos”, planteó Ramiro Marra. Para Llul, “solo la gente que se lo propone lo logra, puede ser asesorada por expertos en finanzas o expertos en diferentes áreas que generen esos ingresos pasivos”.
Cuando alcance la libertad financiera me dedicaré a no hacer nada. (Mito)
“Es un mito total. Excepto que uno quiera gastarse su capital, pero el tener un gran capital requiere dedicación para su administración. Si alguien cree que cobrar 10 alquileres por mes no trae problemas y ocupa tiempo es solo porque no los tiene”, indicó Marra.
Según Llul, “Eso es una decisión de vida, el hombre tiende a necesitar estar en actividad, por un equilibrio sano mental y físico. Cuando estamos mucho tiempo sin trabajar nos sobra el tiempo y nos falta el dinero, es un equilibrio similar”.
Cómo se construye la riqueza que necesitamos: qué evitar y qué empezar a poner en acción
Ramiro Marra planteó que “la principal riqueza que se puede construir en un individuo es la de la conducta, si uno no sabe para qué quiere el dinero ni porque lo gasta nunca va a ser rico porque está perdido. No es un concepto de auto ayuda sino contable, si uno administra su presupuesto, que es tanto ingresos, egresos, inversiones y objetivos seguramente va a llegar ser rico”. “Sin una administración adecuada del capital es más fácil que una persona con dinero termine siendo pobre que una con dinero termine siendo rica”, apuntó.
Según planteó Santiago Llul, “la riqueza se construye desde muy chico a través de la educación financiera, por lo que hay que entender que el ahorro y la planificación financiera es necesaria”. “Controlar los gastos innecesarios y superfluos y entender que la plata debe generar más plata a través de instrumentos de inversión o productivos”, agregó. Según Llul, “la riqueza como vimos anteriormente es un tema más filosófico que monetario, es construir la posibilidad de evitar una de las preocupaciones más importantes de los individuos: ‘el dinero’. Pero también debemos entender las diferentes etapas de la vida de cada uno de nosotros y recurrir a las herramientas más propicias para cada etapa”.
“La riqueza no es opulencia, no es banalidad, no es frivolidad. Uno es rico cuando puede darle a los suyos lo que necesitan y eso genera una gran satisfacción, unas vacaciones, un regalo, un juguete, una vivienda. Todas estos proyectos son de largo plazo, es mejor empezar ahora y entender que el dinero puede trabajar para nosotros”, concluyó.
Para Ezequiel Starobinsky, “hay gente que con mucho menos tiene una relación saludable con el dinero, porque entiende que el dinero es un medio que debería dar libertad y no un fin en sí mismo”. “Cuando equivocadamente pensamos que el dinero es un fin en sí mismo reducimos, curiosamente, los grados de libertad que el dinero entendido como un medio nos brinda”, consideró. En ese contexto, detalló que ‘La libertad financiera´ se va dando en el tiempo cuando, combinadamente, uno cumple las siguientes premisas:
1) Conectarse con un sentimiento de abundancia de las cosas que uno ya tiene en la actualidad, y no con una emoción de carencia por las cosas que nos faltan.
2) Establecerse en un saludable equilibrio (sostenido en el tiempo) entre ingresos y gastos. No gastar dinero que uno no tiene es clave, y sólo endeudarse para adquirir activos que se valorizarán en el tiempo o proyectos de inversión con alta probabilidad de éxito. Endeudarse para gastos de placer es disfrutar hoy a costa de resignar libertad mañana.
3) En la medida que uno pueda, tener cierto nivel de ahorro mensual, por muy pequeño que sea. En finanzas, muchas pequeñas monedas hacen una gran moneda. Con algo de administración del capital buscar ganarle a la inflación en dólares, o como mínimo resguardar el poder adquisitivo del ahorro.
4) Cuando uno se va estableciendo económica y profesionalmente, buscar trabajar en cosas que nos desafíen, que nos gusten y que el salario se transforme en un componente más en la ecuación, pero no el único componente. Trabajar con pasión en lo que nos guste y que sea útil para los demás atrae necesariamente al dinero.
“La libertad financiera se alcanza cuando uno mejora sostenidamente en los cuatro puntos anteriores. Habrá quienes alcanzan esa libertad con un pequeño capital, y otros que no lo pueden hacer ni con varios millones”, insistió.
En ese sentido aconsejó que “en lo práctico, uno debería pensar en ahorrar a largo plazo un capital que, invertido a una tasa de bajo riesgo (4% o 5% en dólares) nos genere una renta que nos ayude a tener más libertad laboral. Por ejemplo, alguien que consigue vivir en casa propia y ahorrar u$s 100 mil adicionales, tendrá una renta pasiva de aproximadamente $ 20 mil mensuales (a tipo de cambio de hoy), que será mucho o poco relativo al nivel de gastos de cada uno”. “´No es rico quien mucho tiene, si no aquél que poco necesita´ es una frase conocida, pero que en la vorágine consumista en la que vivimos, se torna fácil olvidar”, concluyó Starobinsky.
Fuente: SILVANA SALDISURI (17/4/2019) “Libertad financiera: mitos y verdades” - El Cronista.
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