No es posible generalizar que todas las ausencias a la sesión tengan un significado unívoco de resistencia al análisis.
Se entiende que pueden serlo: el paciente falta a sesión porque lo angustia la idea de ir a ella y hablar.
Sin embargo, también podría suceder que el paciente se olvide de ir -a modo de lapsus-, y, al darse cuenta de su olvido, se angustie ante la idea de haber “dejado pagando” a su analista.
Incluso -siendo que a veces tendemos a psicologizar todo- la ausencia puede deberse a exigencias reales de la vida cotidiana; no debe ser leído como un fenómeno de transferencia.
Si es algo a ser analizado, debe ser la expresión de un conflicto intrapsíquico del analizante; y como tal, presentar en su núcleo angustia. Ésta, a su vez, nos indica el punto exacto donde se produce la ruptura narcisista; proporcionándonos un buen punto de referencia para hacer nuestra hipótesis de lectura.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario